¡Conoce las pausas activas y sus beneficios laborales!
Las pausas activas pueden ser una buena táctica para mejorar tu desempeño y eficiencia laboral.
¿Sabías que después de estar inmersos en una tarea específica por un tiempo constante, podríamos decir que “el cerebro se entumece”? Por lo tanto, nos volvemos incapaces de continuar en esa tarea con un nivel adecuado de concentración y de seriedad. ¡Para eso nos servirán las pausas activas! Aquí te cuento qué son, sus beneficios y cómo implementarlas en tu rutina laboral.
¿Qué es una pausa activa?
Una pausa activa busca detener, sólo por unos cuantos minutos, las actividades que realizamos por tiempos prolongados para destinar ese tiempo a reducir la fatiga laboral y el estrés mediante la actividad física.
Es decir, una pausa activa es un momento de descanso para reactivar la energía, estimular la creatividad y liberar la tensión acumulada en los músculos, lo cual mejora el desempeño y eficiencia en el trabajo.
¿Qué beneficios tiene darle unos minutos a la pausa activa?
- Se relaja el cuerpo y se fortalece la capacidad física y mental.
- Rompe la rutina laboral.
- Reactiva la energía.
- Relaja los grupos de músculos más exigidos en el trabajo y reactiva los menos utilizados.
- Estimula y favorece la circulación.
- Reduce el estrés mental y físico.
- Alivia zonas con dolor y fatiga.
- Mejora la postura.
- Previene lesiones por sedentarismo.
Y claro que alcanzar un mejor desempeño laboral es el resultado de todos los puntos anteriores.
¿Cómo implementarlo en la oficina?
El mínimo recomendado es realizar dos pausas activas a lo largo de tu jornada laboral que duren entre 5 a 10 minutos cada una. Se recomienda hacer una al inicio de tu jornada para preparar tu cuerpo para el trabajo y la segunda a la mitad de tu horario laboral. El ideal sería que realizaras una pausa activa cada 2 horas de trabajo.
Así te mantendrás alerta y estarás recuperando la motivación para continuar con tu trabajo, ya que, al tomar descansos, somos capaces de regresar a nuestro trabajo con un buen sentido de propósito y concentración.
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Ejercicios para una pausa activa (rutina de 6 minutos aprox.)
Para iniciar:
- Ponte de pie.
- Separa tus piernas a lo ancho de tus hombros y pon la espalda y la cabeza recta.
- Inhala profundamente por la nariz y exhala por la boca 3 veces.
Parte superior:
- Mueve tu cabeza y cuello de izquierda a derecha como si quisieras apoyar la oreja en tu hombro, 4 veces de cada lado.
- Lleva la cabeza hacia atrás y en seguida lleva el mentón al pecho. Repite este movimiento 5 veces.
- Gira la cabeza en movimiento circular 4 veces hacia la derecha y 4 a la izquierda, como si quisieras dibujar un círculo con la nariz.
- Coloca tus manos en la cadera con los codos apuntando hacia afuera. Sin separar las manos de la cadera, haz movimientos circulares tan amplios como puedas 5 veces para adelante y 5 veces para atrás.
- Coloca tus manos en tus hombros y en seguida estira tus brazos hacia arriba tanto como puedas, cuenta hasta 4 y posteriormente regresa tus manos a los hombros. Repite este movimiento 8 veces.
- Con las palmas de las manos hacia arriba, abre y cierra los dedos 8 veces.
- Con los brazos extendidos hacia el frente y las palmas de las manos hacia abajo, empuja el dorso de tu mano hacia abajo, de modo que tus dedos apunten hacia el suelo. Cuenta hasta 7 por cada mano.
- Después, empuja tus dedos hacia arriba, de modo que tus dedos apunten hacia el techo. De igual forma, cuenta hasta 7 por cada mano.
- Ahora, con las palmas hacia arriba, empuja tus dedos hacia abajo, de modo que tus dedos apunten hacia el suelo. Y cuenta hasta 7 por cada mano.
Parte inferior:
- Gira la cadera con movimientos amplios, 5 veces a la izquierda y 5 veces a la derecha.
- Toma un empeine y tira hacia atrás de modo que tu talón toque tu glúteo. Sostenlo ahí hasta contar a 7 por cada pierna y repítelo 2 veces más.
- Ahora levanta la rodilla hasta donde te sea posible y mantén esa posición hasta contar a 7, esto por cada pierna y repítelo 2 veces más.
- Da un paso hacia el frente y apoya el talón en el piso con tu pierna estirada. Levanta la punta de tu pie e inclina ligeramente hacia el frente tu cuerpo. Cuenta hasta 7 por cada pierna y repítelo 2 veces más.
- Separa tus piernas un poco más de la altura de tus hombros. Con las puntas de los pies hacia afuera, flexiona una pierna mientras la otra permanece estirada y repite el movimiento intercalando las piernas. Hazlo 5 veces por cada pierna.
- Nuevamente con tus piernas abiertas a la altura de tus hombros, sin flexionar las rodillas, deja caer tu cuerpo hacia el frente para tocar las puntas de tus pies. Cuenta hasta 7 y repítelo 2 veces más.
Para finalizar:
- Las pausas activas siempre se cerrarán con 3 respiraciones profundas. Sostén el aire en tus pulmones tanto como puedas y exhala despacio.
- Relaja todos los músculos.
- De preferencia toma unos tragos de agua.
En realidad, naturalmente el cuerpo no está diseñado para ser sedentario, necesitamos movimiento y actividad física para que la sangre fluya, el cerebro se oxigene mejor e incluso el intestino trabaje adecuadamente.
Dale una oportunidad a las pausas activas en tu rutina laboral y comprueba sus beneficios.