7 maneras de fortalecer los pulmones
La respiración es automática la mayor parte del tiempo, aunque tenemos la capacidad de controlarla a voluntad. Esto significa que podemos hacernos cargo del funcionamiento de nuestros pulmones.
A continuación, te presentamos siete alternativas efectivas y sencillas para fortalecer tus pulmones y optimizar su funcionamiento.
BEBE AGUA
- Hidratarse es importante para conservar pulmones saludables. Puesto que al exhalar el aire los pulmones pierden humedad, se recomienda evitar la deshidratación, a fin de que la mucosidad y las secreciones mantengan una consistencia adecuada y, al toser, puedan expulsarse del cuerpo.
NO DEJES DE BESAR
- Además de otros beneficios —reducción de la presión arterial y de los niveles de colesterol, regulación de las palpitaciones cardiacas—, besar nos hace respirar de manera más profunda. Y es que, después de besar, los pulmones trabajan más.
APLÍCATE LA VACUNA ANTIGRIPAL
- Si eres mayor de 65 años o tienes diabetes, asma o alguna enfermedad cardiaca o pulmonar, asegúrate de aplicarte la vacuna anualmente. En muchos países se proporciona de forma gratuita a los grupos de riesgo.
EVITA SENTARTE
- Reduce el tiempo que estás frente al televisor, y no pases horas enteras en una silla. Un breve paseo por el jardín o el vecindario es suficiente para interrumpir la falta de movimiento.
USA TU VOZ
- Siéntate en una silla con los brazos a los costados del cuerpo y respira hondo. Luego, al exhalar, comienza a emitir un sonido sostenido con los labios cerrados. Si te cansas, contrae los músculos del abdomen el mayor tiempo posible y prolonga el sonido.
ALIMÉNTATE BIEN
- Come en pocas cantidades varias veces al día, en lugar de hacer una o dos comidas importantes; además, es conveniente comer con calma y sin apuro, masticando bien. Incluye abundantes frutas y vegetales, para protegerte de las infecciones.
RESPIRA AIRE PURO
- Sin duda, dejar de fumar es clave para tener pulmones sanos, aunque también es importante evitar la exposición a todo tipo de humo; el humo de segunda mano contiene monóxido de carbono, formaldehído y otras sustancias tóxicas. Haz de tu hogar un santuario de salud.