Primeros Auxilios: Asistir a un herido
Es la atención inicial que se brinda a alguien que ha resultado herido. Implica evaluar la situación, garantizar la seguridad de la víctima y de ti mismo, y brindar la asistencia médica adecuada hasta que llegue la ayuda profesional.
Cuando se trata de ayudar a una persona herida, es necesario mantener la calma y seguir un plan de acción claro. Ten en cuenta que un escenario donde hay lesiones puede suponer un peligro latente, así que considera tu propia seguridad antes de dar cualquier paso. Una vez que hayas evaluado la situación, podrás brindar la ayuda apropiada. Empieza por hacerte las siguientes preguntas:
- ¿Corres peligro al ayudar? De ser así, llama a un servicio de emergencias y mantente a una distancia prudente, sin perder de vista a la persona herida.
- ¿El herido corre otros riesgos? Mueve a la víctima solo si está en peligro inmediato (y si, al hacerlo, tú no corres peligro alguno).
- ¿Hay alguna prioridad? Analiza si existe alguna condición que ponga en peligro la vida (como pérdida de la conciencia, dificultades para respirar o sangrado excesivo), y trata de atenderla en primer lugar.
- ¿Necesitas ayuda? Es posible que debas llamar a un servicio de emergencias o recurrir a un transeúnte para que solicite auxilio mientras tú vigilas a la persona herida.
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Qué hacer
¿El herido está consciente? Si lo está, en cuanto le hables responderá con un gesto o hará contacto visual. Si no, sacúdele los hombros. Si aún así no responde, pide ayuda y haz esto:
Si está inconsciente
Despeja las vías respiratorias: Inclina la cabeza del herido hacía atrás y levántale el mentón para abrir sus vías respiratorias
Verifica la respiración: Fíjate que su pecho se mueva y trata de escuchar y sentir sus respiraciones por 10 segundo, como máximo.
Si respira normalmente
Circulación: Verifica y atiende todo lo que afecta la circulación, como el sangrado intenso.
Coloca al herido en posición de recuperación: En esta postura (ver recuadro en página opuesta), las vías respiratorias se abren y el herido puede expulsar de manera más segura líquidos o vómito. Recurre a ella solo si no hay peligro, y comunícate al servicio de emergencias.
La víctima no respira
Proporciona RCP: Llama al servicio de emergencias, luego comienza con la reanimación cardiopulmonar o RCP.
Si está consciente
Despeja las vías respiratorias: Retira cualquier cosa que cubra la boca o impida el movimiento normal del pecho.
Comprueba que su respiración sea normal: Resuelve, en lo posible, cualquier condición que le impida respirar.
Circulación: Ocúpate de cualquier situación que afecte la circulación, como el sangrado intenso.
Averigua cuanto puedas: Es importante saber si la persona padece enfermedades que pongan en peligro la vida, conocer la versión de los testigos y observar el aspecto general y el comportamiento del herido. Si es necesario, llama al servicio de emergencias.
Cómo poner al herido en posición de recuperación
- Colócalo boca arriba con las piernas derechas y retira cualquier objeto abultado que haya en sus bolsillos.
- Arrodíllate a un lado de su pecho y coloca su brazo que está más cerca de ti en el ángulo propicio para que la palma de la mano quede viendo hacia arriba.
- Trae hacia ti la pierna del herido que está más lejos de tu ubicación, doblándole un poco la rodilla y haciendo que el pie se apoye en el piso. Al girar al herido, procura mantener su cabeza, espalda y cuello alineados (si es necesario, pide ayuda).
- Levántale el otro brazo, de modo que el dorso de la mano quede contra su mejilla.
Sangrado intenso
Una hemorragia pone en peligro la vida, porque conlleva la pérdida de fluidos esenciales. Detenerla evitará que la víctima quede inconsciente y en peligro de que su respiración y ritmo cardiaco se detengan.
Presiona: Coloca un apósito en la herida y presiona con firmeza (si es necesario, quita o corta la ropa para exponer la herida).
Eleva la extremidad herida: Debe estar por encima del nivel del corazón del lesionado, para reducir el flujo sanguíneo hacia esa área.
Ayuda a la persona a recostarse: Sostén el área herida en alto y apóyale las piernas en una silla, de modo que queden más arriba del nivel del corazón para reducir el riesgo de shock, una afección peligrosa que puede ocurrir tras pérdidas abundantes de líquido.
Fija el apósito con una venda: Esto permitirá mantener la presión en la herida. A continuación, llama al servicio de emergencias. Si la sangre se filtra por el vendaje, cúbrela con otro y asegura con otra venda. Si la sangre se filtra por la segunda venda, quita ambas y coloca una nueva.
Qué hacer a continuación
- Mientras la ayuda de emergencia llega, observa el grado de conciencia y la respiración del herido.
- Controla el ajuste de la venda. Presiona una uña de la víctima hasta que se torne blanca. Libera. El color debe regresar de inmediato. Si no es así, afloja y recoloca la venda. Revísala cada 10 minutos.
Pide ayuda
Pide a otra persona que llame a los servicios de emergencias mientras tú atiendes al herido.