Hazte de un mentor
Tener un mentor puede ser una experiencia muy valiosa.
En la preparatoria, fue la maestra que fomentó tu interés en la literatura y te animó a escribir tu primer cuento. En la universidad, fue el asesor que te inscribió en una pasantía y te ayudó a completar el proceso de selección. Robin tenía a Batman; Luke Skywalker, a Yoda. La vida es compleja, pero un mentor puede hacerla más sencilla.
Elige sabiamente
“Identifica a alguien con las cualidades y habilidades que admiras, o que tenga la suficiente experiencia de la que podrías aprender”, aconseja Tom McGurn, quien colaboró como mentor en la Administración de Pequeñas Empresas del gobierno estadounidense.
“Necesitas a alguien que sea objetivo, que te impulse cuando haga falta pero que a la vez pueda ser crítico cuando se requiera. No te servirá alguien que diga que sí todo el tiempo”. Sin embargo, cuando busques un mentor en el trabajo, es mejor no ir con tu jefe y pedirle que él lo sea.
De hecho, según McGurn, lo más recomendable es hallar un consejero en un sitio distinto de tu lugar de trabajo, pues de ese modo ampliarías tu perspectiva.
Si crees que hay una persona que podría ser un buen mentor, acércate a ella y hazle preguntas inteligentes. Por ejemplo, después del lanzamiento de un nuevo producto, podrías interpelar al presentador y decirle: “¿Por qué te pareció mejor idea destacar las características del producto en lugar del empaque o el precio?”. McGurn sostiene: “Esto hará que el posible mentor piense: ‘Esta persona prestó atención. Tal vez merezca la pena invertir mi tiempo en ella’”.
No presiones de más
Evita precipitarte sobre tu objetivo y decirle: “¿Serías mi mentor?”. De acuerdo con McGurn: “Esto es como salir con alguien. No se puede apresurar ni forzar”. Como sucede con cualquier relación nueva, la conexión y afinidad necesitan seguir su propio ritmo. “La relación ideal es la que evoluciona con el tiempo”, señala el experto.
Una vez que has demostrado ser alguien a quien merece la pena prestar atención, invita a tu candidato a almorzar o a tomar café, asegura Gina Rudan, coach y autora de Practical Genius (Genialidad práctica). Háblale de la situación y hazle saber que estás buscando a alguien que te dé consejos y guía, y explícale por qué piensas que ella sería la indicada.
Dale seguimiento al tema; escríbele un correo electrónico en el que le agradezcas su tiempo y bríndale detalles de tus objetivos o propósitos, así como de tu nivel de compromiso para cumplirlos. Esto le servirá para darse cuenta de la seriedad con que tomas el asunto.
“Las personas listas e interesantes aman los retos”, comenta la experta. “Si sabes venderte bien, será difícil que se resista el mentor al que aspiras”. Cimienta la relación, y verás que podría aceptar tu solicitud en el acto.
Si te pide tiempo para pensarlo y al final te dice que no porque lleva una agenda muy apretada, no lo tomes como un rechazo. Piensa que le estás pidiendo a alguien muy ocupado compartir contigo tiempo que tal vez no tiene. Es mejor conseguir a un mentor que pueda adquirir ese compromiso en lugar de uno tan atareado que no disponga de tiempo suficiente para ti. También puedes pedirle que te recomiende a otra persona.
Establece límites y respétalos
- Una vez que hayas logrado entablar una relación, identifica en qué momentos del día es más conveniente para tu mentor hablar por teléfono, responder correos o reunirse contigo, y ajústate a ellos.
- Nunca lo acoses para obtener información o contactos; más bien, toma lo que te ofrezca con amabilidad y gratitud. Presionarlo para que comparta información o pedirle favores que no puede conceder es una manera segura de perderlo, de acuerdo con la coach de vida Rebecca Kiki Weingarten.
- Por último, reconoce que la conexión entre mentor y discípulo no necesariamente durará para siempre. Aunque muchas de ellas se vuelven amistades de largo plazo, otras siguen su curso y tienen vigencia.
Si has llegado al punto que deseabas alcanzar con la ayuda de tu mentor, invítalo a cenar para darle las gracias y después déjalo ir. Pero pregúntale si es po- sible que sigan en comunicación. Aun cuando la relación inicial haya terminado, siempre es recomendable mantener el contacto.
Consejo experto
El doctor Winston Tan, profesor en la Clínica Mayo, ha impartido clases por más de 17 años y ha ganado numerosos premios de docencia, por lo que sabe lo que se necesita para ser un buen mentor. “Muchos quieren crecer en su vida profesional, pero se les olvida influir en la generación que les sigue.
Eso se logra con la disposición de ser vulnerables, a fin de que los alumnos aprendan sobre la realidad y los retos que hay. Uno debe estar dispuesto a reconocer y compartir sus errores, y hablar de cómo se le han ocurrido las soluciones a los problemas. Esa es la mejor manera de guiar”.