Una nueva visión de la edad

Envejecer ya no es lo que solía ser. Si te imaginas con una discapacidad o enfermedad, borra esa imagen. Nuevas investigaciones nos confirman que las claves para vivir más y conservar la buena salud están a nuestro alcance.

 ·  11/09/2023
Una nueva visión de la edad

¿Pensaste alguna vez que podrías vivir un siglo? No descartes la idea. Ahora es mucho más probable que antes. Algunos científicos creen que el cuerpo humano, con un mantenimiento perfecto, puede durar 120 años más o menos.La vejez es una etapa natural de la vida, y no debería ser vista como un impedimento.

Tal vez no lo notes, pero el destino te ha dado un regalo maravilloso: naciste en una época en la que la gente vive más que en cualquier otro momento de la historia. En comparación con la inmensa mayoría de las personas que han pisado este planeta, se te han dado 30 años más de vida. ¡Disfrútalos!

Cada vez más gente alcanza los 60 años, y para el 2025 habrá más de 1,000 millones de personas que superen esa edad. En 2050 la cifra podría incluso alcanzar los 2,000 millones, es decir, casi la cuarta parte de la población mundial proyectada.

Redefinamos “vejez”

Es cierto, tu cuerpo eventualmente empezará a mostrar secuelas del tiempo que has pasado en este planeta; es de esperarse, pero la fragilidad y la enfermedad no son inevitables. Comprender los cambios físicos que se presentan con los años y saber qué factores del estilo de vida te permitirán mantenerte bien te ayudará a tener buena salud a largo plazo. Además, obtener mejores diagnósticos y tratamientos médicos implica que, aunque la mayoría de nosotros desarrollemos problemas de salud, todavía tenemos la esperanza de llevar una vida larga y plena.

Hasta hace un siglo, las personas morían, en promedio, a los cuarenta y tantos. Antes de 1900, el ciclo de vida era mucho menor para la mayoría. Empezabas a trabajar a los 10 años, tenías hijos a los 15 y nietos a los 30. Para los 40 seguramente tenías el cuerpo quebrado y estabas en la recta final.

Ahora, la mayoría de la gente que cumple 40 piensa que todavía no ha llegado a la mitad de su vida. Algunos apenas están teniendo hijos; otros finalmente encuentran su “verdadera” misión. En términos biológicos y psicológicos, se cree que la vejez empieza a los 80. Así, después de los 50 queda un periodo de 30 años, durante el cual tenemos que inventar una forma nueva de vivir que antes no habíamos considerado.

La meta: salud duradera

El popular concepto de “antienvejecimiento” es engañoso, pues sugiere que la meta es agregar años a la vida. Si bien una actitud optimista, un estilo de vida sano y cuidados de salud modernos te brindan la oportunidad de vivir hasta una edad avanzada supe- rior a la de nuestros antepasados, el reto hoy no solo es aumentar años, sino lograr una salud duradera.

Esto significa ser una persona activa, feliz y creativa a cualquier edad… sean 44, 64 o 94 años. Implica que no aceptas que las enfermedades tradicionalmente asociadas con la madurez —diabetes, cardiopatías, artritis, demencia y demás— son parte de tu destino. Tener salud duradera equivale a vivir una vida plena.


Cambiemos las percepciones

Estudios en todo el mundo han detectado conexiones entre la idea que se tiene del envejecimiento y la salud y bienestar. Por ejemplo, una investigación comprobó que las personas que veían la senectud de manera positiva tenían más probabilidades de permanecer físicamente activas, un componente clave de envejecer bien. Sin embargo, era menos probable que las que tenían pensamientos negativos sobre el paso del tiempo se mantuvieran activas, y seguramente envejecerían mal.

Tus percepciones en torno a la edad también afectan cómo vives la vida. Así, si piensas que las funciones cerebrales disminuyen con la edad —una falacia total— podrías negarte a aprender a usar una tableta, una herramienta tecnológica valiosa para adquirir conocimientos, estar en contacto con la gente y buscar nuevos intereses. Todo esto genera un círculo vicioso: si crees que la vejez significa invalidez y tu salud o memoria fallan debido a tu creencia, esta simplemente se refuerza y los problemas resultantes son mayores.

Redefine tu edad

Así pues, si te haces cargo de tu salud física y mental, ¿cuánto tiempo podrías vivir? La gente que ha envejecido bien tiende a rebasar los límites de la esperanza promedio de vida, que actualmente es de 77.5 años para las mexicanas y 72 para los mexicanos. Y no hay razón para que tú no hagas lo mismo.

  • No esperes tener una discapacidad. Los estudios demuestran que quienes hacen ejercicio con frecuencia, controlan su peso, no beben alcohol en exceso y no fuman viven más tiempo que quienes no siguen estas pautas. También tienen menos discapacidades o las desarrollan más tarde.
  • No esperes ser frágil. Sin importar tu edad, el ejercicio te hace más fuerte, mantiene y mejora la función cardiovascular y reduce los factores de riesgo asociados con enfermedades como la diabetes.
  • No esperes que falle tu mente. No hay razón para preocuparse simplemente porque olvidaste dónde dejaste la cartera o las llaves del auto. Tu mente seguramente está mejor de lo que crees. ¿Por qué? No se ha detectado que la función mental se deteriore principalmente por la edad, solo con ciertas enfermedades.
  • No esperes perder tu vida sexual. En un estudio de personas de más de 60 años, el 80% de las que tenían pareja mantenían relaciones por lo menos una vez al mes. Una vida sexual activa tiene efectos positivos tanto en la salud física como en la mental… y además te verás muy bien.

Un estudio escocés encontró que las personas mayores que tenían sexo con regularidad se veían hasta 10 años más jóvenes que las que no. Además, las personas mayores sistemáticamente reportan mayor satisfacción con su vida sexual que la gente joven; todo tiene que ver con la madurez.

Tú tienes el control

Cuando te imagines en el proceso de envejecer, recuerda que puedes seguir siendo activo y productivo. Todo tipo de actividades —físicas, mentales, sociales y espirituales— detienen e incluso revierten el proceso de envejecimiento. También lo hacen actos sencillos como comer lo que te hace bien y someterte a los exámenes físicos que necesitas.

Cuando se trata de detener el reloj, las investigaciones demuestran que nunca es tarde para empezar. Así que da el primer paso ¡ahora!


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