Salud digestiva: Mejora tu bienestar intestinal
Controlar tu salud intestinal puede suponer una gran diferencia en tu vida diaria, sobre todo si padeces SII o problemas digestivos similares

Los investigadores han identificado con precisión los alimentos que deben evitar las personas que desean mejorar las molestias intestinales que les aquejan.
Cuando tu salud intestinal está alterada, puede arruinarte el día; un dolor de estómago punzante o la constante necesidad de ir al baño rápidamente arruinarán tus planes. Según autoridades internacionales, un 15 % de las personas padecen síndrome del intestino irritable (SII), un trastorno que se caracteriza por movimientos intestinales inusuales y dolor de estómago. Esto puede ser especialmente molesto, ya que presenta síntomas como hinchazón, calambres, diarrea y estreñimiento.
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Sin embargo, tanto si padeces SII como si solo experimentas un intenso dolor de estómago, probablemente harías cualquier cosa por un poco de alivio. Un nuevo estudio sugiere resultados prometedores si te ciñes a una dieta específica que respete la salud de los intestinos.
El estudio, publicado en la edición de junio de 2024 de Food Science & Nutrition, siguió a 73 pacientes con SII durante cuatro semanas para medir los efectos sobre la salud intestinal tanto de los probióticos como de una dieta baja en FODMAP.
¿Baja en qué?
Los FODMAP son carbohidratos fermentables de cadena corta que pueden aumentar la producción de gases, según la Clínica Cleveland, y se encuentran en diversos alimentos. La palabra FODMAP es un acrónimo de:
- Fermentable
- Oligosacáridos
- Disacáridos
- Monosacáridos
- Y (en inglés, “And”)
- Polioles
Los médicos pueden recomendar dietas bajas en FODMAP a las personas con problemas digestivos como el SII. Esto consiste en eliminar categorías de alimentos ricos en FODMAP que podrían contribuir a los síntomas digestivos y luego volver a añadirlos con cuidado hasta identificar los alimentos problemáticos.
Grupos del Estudio
Los pacientes del estudio de junio de 2024 se dividieron en cuatro grupos:
- Un grupo de control.
- Un grupo que comenzó a tomar probióticos.
- Un grupo que siguió una dieta baja en FODMAP.
- Un grupo que combinó probióticos y una dieta baja en FODMAP.
Se pidió a los pacientes de los grupos bajos en FODMAP que limitaran el consumo de alimentos ricos en dichos ingredientes, como:
- Lácteos: leche de vaca y de cabra, helado, yogurt y queso crudo.
- Legumbres: garbanzos, frijoles (porotos), lentejas y soya.
- Ciertas verduras: jengibre, espárragos, brócoli, col (repollo), hinojo, ajo, poro, okra, cebolla, cebollín (cebolla de verdeo), achicoria, diente de león, coliflor, pimiento (pimentón) verde, champiñón y maíz dulce.
- Ciertas frutas: manzana, mango, pera, sandía, chabacano (albaricoque), aguacate (palta), zarzamora y cereza.
- Alimentos con grandes cantidades de trigo o centeno: cereales, fideos, pan, galletas, bizcochos, harina de centeno cocida al vapor, pasta y almidón de crisantemo.
- Edulcorantes: fructosa, jarabe de maíz, jugo, miel de abeja, sorbitol, manitol, maltitol y xilitol.
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A los pacientes del grupo de control se les pidió que continuaran con su dieta habitual y que siguieran algunos consejos nutricionales estándar, como:
- Hacer comidas regulares.
- Limitar el consumo de grasas, alcohol, cafeína y alimentos picantes.
- Evitar los alimentos que pudieran empeorar los síntomas intestinales.
A los pacientes que comenzaron a tomar probióticos se les dio un comprimido masticable para que lo consumieran tres veces al día durante las cuatro semanas que duró el estudio.
Los participantes rellenaron un cuestionario sobre su experiencia a las dos y cuatro semanas, y se tomó una muestra fecal a las cuatro semanas. Los investigadores descubrieron que, al cabo de dos y cuatro semanas, el grupo que siguió una dieta baja en FODMAP, el grupo que tomó un probiótico y el grupo que combinó ambas estrategias experimentaron un “alivio significativo” de la gravedad y frecuencia de los síntomas del SII, incluidos la hinchazón y el dolor abdominal, así como una mejora en sus deposiciones.
En el grupo bajo en FODMAP, los investigadores observaron que la presencia de varias bacterias intestinales nocivas “disminuyó significativamente”. Además, cuando se añadieron probióticos a la dieta baja en FODMAP en el grupo combinado, las bacterias beneficiosas “aumentaron significativamente”, lo que los autores del estudio relacionaron con la mejora de los síntomas del SII.
Controlar tu salud intestinal puede suponer una gran diferencia en tu vida diaria, sobre todo si padeces SII o problemas digestivos similares. Como revela este estudio, seguir una dieta baja en FODMAP e incorporar probióticos podría mejorar significativamente tus síntomas, así que consulta con tu médico para crear un plan adaptado a tus necesidades y empieza a dar pasos hacia un intestino más sano y feliz.