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Cuida tu sistema inmunitario con estos remedios naturales

Está compuesto por una compleja red de células, tejidos y órganos. Cuando estos elementos funcionan con máxima eficacia, se coordinan para protegernos de bacterias, virus y hongos, cuya misión exclusiva es ingresar al cuerpo e infectarlo. Mantener el sistema inmunitario en óptimas condiciones resulta fundamental para hacer frente a los múltiples trastornos y alergias atribuibles a dichos invasores. Esto también te ayudará a evitar el dolor asociado a padecimientos como la artritis reumatoide y la psoriasis, que se presentan cuando el sistema enloquece, percibe amenazas externas donde no las hay y ataca tejidos normales.

Artritis reumatoide

Esta es una enfermedad autoinmunitaria que inflama las articulaciones y las torna:

rígidas
dolorosas al tacto
calientes
inflamadas
dolorosas al moverse.

Las alteraciones de las articulaciones y los cartílagos pueden producir deformidades y afectar músculos, tendones y ligamentos. Aunque no se ha identificado la causa exacta de la artritis reumatoide, se cree que los genes tienen mucho que ver, y se sabe que el ta- baquismo es un factor de riesgo. Sus detonantes más comunes son el estrés y las infecciones.

Lo que puedes hacer: Consume alimentos de bajo potencial alergénico. Según diversos estudios, podría existir una relación entre las alergias alimentarias y los padecimientos autoinmunitarios. Investigadores de la Universidad de Oslo, en Noruega, concluyeron que las concentraciones de anticuerpos debidos al consumo de leche, huevo, bacalao y carne de cerdo son más elevadas entre quienes tienen artritis reumatoide que entre quienes no la tienen. Durante un estudio, pacientes con esta enfermedad que dejaron de comer alérgenos comunes (granos, frutos secos, leche y huevos) entre 10 y 18 días lograron atenuar sus síntomas de manera significativa.

El extracto de semilla de apio es un remedio tradicional contra el dolor articular por artritis reumatoide. Los ácidos grasos presentes en el aceite de pescado ayudan a paliar el dolor, reducir el número de articulaciones sensibles y acortar la duración de la rigidez matutina. La cúrcuma alivia la inflamación y calma el dolor y la rigidez. También es útil beber té verde, pues, según diversos estudios, sus polifenoles (propiedades antioxidantes) atenúan la inflamación y la intensidad de la respuesta inmunitaria relacionada con la enfermedad.

Psoriasis

Se caracteriza por la presencia de lesiones cutáneas, de apariencia gruesa y enrojecida, de textura quebradiza y cubiertas por escamas blancuzcas. Estas placas aparecen en los codos, las rodillas y el cuero cabelludo. A veces las uñas también presentan afectaciones: su superficie parece haber sufrido piquetes de alfiler. Casi una tercera parte de los pacientes experimenta síntomas de artritis en una o más articulaciones. Estos incluyen:

dolor
inflamación
sensibilidad al tacto.

Aún no se entienden del todo las causas de este padecimiento, pero se cree que podría asociarse con el mal funcionamiento del sistema inmunitario. En algunos casos se presenta por estrés, enfermedad o consumo de medicamentos; sin embargo uno de los detonantes más importantes es el cigarro, así que ¡deja de fumar cuanto antes!

Lo que puedes hacer: La vitamina D es un nutriente fundamental en la lucha contra la psoriasis y, dado que la luz solar estimula su producción en el organismo, los expertos recomiendan exponerse al sol entre 15 y 20 minutos al día (sin usar filtro solar) para combatir el mal.

Muchos pacientes juran que los baños de avena son milagrosos, pues esta alivia la comezón y posee propiedades calmantes y humectantes. Pon 2 cucharadas de avena fina en una gasa y átala para formar una pelota. Coloca el remedio en la tina del baño mientras se llena de agua tibia, y frota la piel delicadamente con esta esponja. El consumo de pescados azules —como el salmón, la caballa y el arenque— te ayudará a humectar la piel desde adentro. Estos alimentos contienen ácidos grasos omega 3, que calman la comezón, el enrojecimiento y la descamación.