La inflamación defiende tu cuerpo contra lesiones o infecciones. Ayuda al organismo a curarse, y cuando lo logra, disminuye. Al menos eso es lo que la naturaleza pretendía. Pero, ¿qué sucede si este proceso no disminuye?
¿Qué pasa si la inflamación ya no nos cura, sino que se queda y nos causa daños? Gracias a algunas investigaciones recientes, se ha encontrado que la inflamación crónica contribuye de manera importante a casi todas las enfermedades serias, así como al proceso de envejecimiento.
Si la inflamación es de corta duración, no es un problema significativo. Pero nuestro estilo de vida contemporáneo y nuestra dieta pueden convertirla en algo permanente. Los alimentos poco saludables que muchos de nosotros comemos, el exceso de peso que muchos de nosotros llevamos, la falta de ejercicio y el estrés… todo esto tiene a nuestros cuerpos en un estado de inflamación crónica.
Curiosamente, están saliendo a la luz pruebas científicas que sugieren que esta puede ser una causa subyacente clave de las enfermedades cardiacas, el cáncer y la diabetes, así como del propio proceso de envejecimiento y de las condiciones típicas relacionadas con la edad, como
la demencia, la artritis, la osteoporosis y la pérdida de masa muscular.
La inflamación crónica es interna y silenciosa; no se puede sentir ni ver como un dedo dolorido. Pero eso no significa que se pueda ocultar. La mayoría de los tipos de inflamación dejan un rastro en forma de un marcador llamado proteína C reactiva, o PCR, que puede medirse con un sencillo análisis de sangre. Los médicos han comenzado a utilizar el examen de PCR para decidir cuán agresivamente tratar los casos que tienen factores de riesgo de un infarto o un evento vascular cerebral (EVC), como el colesterol alto y la obesidad.
Podemos elegir alimentos que inclinen la balanza hacia la inflamación o lejos de ella. Para ayudar a controlar y reducirla, puedes comer más de los alimentos que te mencionaremos aquí. Estos son los verdaderos antiinflamatorios de la naturaleza.
Arándanos rojos y azules, frambuesas, zarza- moras, cerezas, fresas (frutillas)… todas estas delicias contribuyen a reducir la inflamación al neutralizar los radicales libres en el cuerpo. Además, pueden ayudar a detener la inflama- ción de los tejidos.
La fibra del cereal de salvado se asocia con menos inflamación en las mujeres con diabetes tipo 2. Por su parte, el Estudio de Salud de los Médicos encontró que los doctores que comían cereales integrales todos los días tenían un 28% menos de probabilidades de tener insuficiencia cardiaca en un periodo de 24 años, un efecto que puede estar relacionado con la reducción de la inflamación.
Elige verduras y hojas de tonos intensos de anaranjado, rojo, amarillo y verde, pues es- tán llenas de carotenoides, que son antioxidantes y antiinflamatorios.
Los alemanes usan la manzanilla, o camo- mila, como cura universal, refiriéndose a ella como alles zutraut, o “capaz de todo”. En su papel de agente antiinflamatorio, la manzanilla funciona como el ibuprofeno o la aspirina, que son fármacos aintiinflamatorios no esteroideos (AINE).
Cuando un investigador del Centro Médico de Nebraska analizó la sopa de pollo en el laboratorio, encontró que podía reducir en un 75% la inflamación y la congestión causadas por los neutrófilos, agentes del siste- ma inmunitario que combaten los virus. La sopa de pollo enlatada también funcionó.
Una especia aromática común en la cocina india, el clavo contiene una sustancia química antiinflamatoria llamada eugenol.
Esta semilla es rica en ácido alfalinolénico, que el cuerpo utiliza para generar el mismo tipo de ácidos grasos omega 3 que se obtienen del pescado. Al igual que el pescado, protege contra la inflamación en el cuerpo.
Se ha utilizado durante miles de años para ayudar con una variedad de condiciones, desde dolores de estómago hasta artritis y afecciones cardiacas, debido a su efecto antiin- flamatorio. Puede desempeñar un papel en la prevención y la desaceleración del crecimiento del cáncer, así como en el alivio de las migrañas mediante el bloqueo de unas sustancias inflamatorias llamadas prostaglandinas.
Utilizado durante siglos con diversos fines me- dicinales, el té verde es una excelente fuente de polifenoles, que pueden ayudar a reducir los radicales libres en el cuerpo que tienden a causar inflamación.
Los estudios han asociado a las nueces paca- nas y de Castilla, las almendras, los pistaches y demás frutos secos con la reducción de los marcadores de inflamación.
Contiene antioxidantes llamados polifenoles, que según se ha demostrado en diversas investigaciones ayudan a reducir la inflamación en los vasos sanguíneos y en el cerebro. Busca aceite de oliva virgen extra, ya que retiene más polifenoles que las variantes más procesadas.
Cuando los investigadores dieron a un grupo de voluntarios ya sea jugo de naranja o agua con glucosa, el agua dulce desencadenó una respuesta inflamatoria, pero el jugo de naranja no lo hizo. Los investigadores atribuyen el efecto al contenido de vitamina C del jugo y a varios flavonoides. Elige un jugo 100% hecho de concentrado congelado, que tiene más vitamina C que el recién exprimido después de cuatro semanas de almacenamiento.
Además de tener propiedades antiinflamatorias, en algunas investigaciones esta hierba también ha demostrado que aumenta la me- moria y reduce la hinchazón.
Aporta una gran cantidad de ácidos grasos omega 3, una familia de grasas que ayudan a frenar la inflamación. Los estudios sugieren que aumentar la ingesta de ácidos grasos omega 3 puede contribuir a calmar los síntomas de la artritis reumatoide.
Contiene isoflavonas, hormonas vegetales con propiedades antiinflamatorias. Un estudio de la Universidad Estatal de Oklahoma encontró que las personas con dolor de rodilla reportaron menos molestias y usaron menos medicamentos para el dolor después de comer proteí- na de soya todos los días durante 3 meses.
La curcumina, la sustancia química que le aporta el color amarillo a esta especia, ayuda a disminuir la inflamación que contribuye al crecimiento del cáncer. Los investigadores también están estudiando el efecto antiinflamatorio que puede tener la curcumina en los casos de fibrosis quística.
Beber vino se ha relacionado con un menor riesgo de presentar enfermedades cardiacas, y esto podría deberse a un efecto antiinflamatorio. Pero no exageres. Recuerda que beber en exceso se ha vinculado con el desarrollo de diversos tipo de cáncer
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