El movimiento es esencial para la salud humana. Tiene numerosos beneficios físicos y mentales, como mantener un peso saludable, fortalecer los músculos y los huesos, reducir el riesgo de enfermedades crónicas, reducir el estrés, la ansiedad y la depresión, y mejorar el estado de ánimo, la autoestima y la concentración.
Moverse ofrece una gran variedad de beneficios para todo nuestro organismo. Por ejemplo, fortalece los músculos, construye y mantiene los huesos sanos, protege las articulaciones y, en general, mejora la postura, la flexibilidad y la resistencia. Y tener un cuerpo saludable facilita la vida, pues es una preocupación menos en el día a día.
Moverse de forma regular mantiene y mejora el bienestar, la fuerza y la condición física. Sin embargo, cada tipo de ejercicio tiene diferentes efectos en el organismo: algunos tienden a aumentar la fuerza y la flexibilidad, mientras que otros trabajan el corazón y la circulación. La mayoría de las actividades físicas combi- nan todas estas cosas en mayor o menor medida. Sin embargo, vale la pena saber qué efecto tiene cada tipo de ejercicio en el cuerpo.
Los movimientos que someten al cuerpo a una mayor tensión de la habitual, como el entrenamiento de fuerza o los ejercicios de yoga lentos y sostenidos, obligan a los huesos y músculos a adaptarse al reto, lo cual los fortalece. Sin esta estimulación, los huesos pierden densidad y los músculos se debilitan, y esto termina dificultando incluso las actividades cotidianas y aumentando el riesgo de sufrir fracturas. Tener músculos fuertes también protege las articulaciones. Un factor clave para mantener una buena postura es tener músculos uniformes y articulaciones estables.
Las articulaciones permiten que realicemos una amplia gama de actividades. Sin embargo, para mantener todo el rango de movimiento, se necesitan músculos flexibles y elásticos. Tener una musculatura bien desarrollada también ayuda a mantener una postura correcta. Por desgracia, muchas de nuestras actividades cotidianas requieren de una amplitud de movimiento muy limitada y de que nos mantengamos en posición sentada o con el cuerpo inclinado hacia el frente.
Esto hace que ciertos músculos se compriman y desvíen la alineación del cuerpo. Con la ayuda de ejercicios de estiramiento, yoga o Pilates, las articulaciones pueden recuperar su flexibilidad. Mejorarán la postura y la elasticidad y disminuirá el riesgo de sufrir lesiones.
Todas las actividades que hacen que el corazón lata más rápidamente aumentan la eficiencia de este y de los pulmones para que puedan llevar un mejor suministro de sangre a los músculos: respirarás con mayor profundidad, llevando más oxígeno a tus pulmones; el corazón bombeará más rápido y transportará más oxígeno por tu cuerpo, dándote más energía. El oxígeno y los nutrientes llegarán a los músculos de forma más eficiente y los dañinos productos de desecho se eliminarán con mayor rapidez.
Cuanto más te ejercites, estarás más en forma. La mejora en el flujo sanguíneo au- mentará el suministro de sangre a los huesos y los mantendrá saludables, por lo que la densidad ósea aumentará. Las actividades que desafían y fortalecen el sistema cardiovascular —como trotar, la marcha rápida o los aeróbics— también queman grasa corporal, lo que te ayudará a perder peso y aliviará la tensión en tus articulaciones.
Establecer imagen destacadaEl ejercicio moderado refuerza la resistencia que tiene el organismo a las infecciones bacterianas, a los virus e incluso a algunos tipos de cáncer. El sistema inmunitario depende de que el líquido linfático circule eficazmente por todo el organismo. Este líquido ayuda a eliminar los productos de desecho y transporta los glóbulos blancos hacia los focos de infección.
Debido a que el sistema linfático no tiene una bomba propia para impulsar el líquido por el cuerpo, depende de la actividad muscular para transportarlo desde todas las partes.
Pero el ejercicio no solo beneficia al cuerpo, sino que también hace maravillas con el bienestar mental y emocional: ayuda a aliviar el estrés al relajar los músculos tensos y liberar las sustancias químicas que mejoran el estado de ánimo, como endorfinas y serotonina. Esto también significa que el ejercicio ayuda a aliviar el dolor crónico.
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