Equilibrar tu vida

A veces, asumir las responsabilidades de la adultez puede frenar la diversión de la vida. Pero no tiene por qué ser así.

 ·  13/03/2024
Equilibrar tu vida

En el ajetreado mundo actual, encontrar un equilibrio entre las responsabilidades laborales, las relaciones personales, el cuidado personal y el tiempo libre puede ser un desafío. Sin embargo, lograr este equilibrio es fundamental para alcanzar la felicidad y la plenitud en la vida.

Algunos ajustes sencillos pueden marcar una gran diferencia. Analiza lo que haces todos los días y por qué, para identificar los elementos de tu vida que han estado restringiendo tu gozo.

Aprender a relajarte es parte de la solución, pero también necesites revisar tu relación con amistades y familiares.

Un estudio publicado en 2010 en Journal of Hypertension descubrió que los participantes que estaban socialmente aislados tendían a manifestar niveles más altos de presión arterial (un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares) que quienes veían a sus amigos con más frecuencia.

Por su parte, un experimento en la Universidad de Toronto sugiere que las personas socialmente excluidas son más susceptibles a las temperaturas más bajas… el frío efecto de que te hagan la ley del hielo.

Equilibrar tu vida no significa necesariamente dividir tu tiempo y atención por igual entre todos los aspectos. Lo importante es identificar una armonía que funcione para ti, en la que puedas encontrar satisfacción en cada faceta de tu ser.

¿El trabajo se apodera?

Pasar demasiado tiempo en el trabajo o preocuparse por él es una de las principales causas de desequilibrio en la vida de muchas personas.

Una encuesta de 2010 llevada a cabo por una organización altruista de salud mental arrojó que el 9 % de los entrevistados habían visto a su médico de cabecera como resultado directo del aumento de la presión laboral, mientras que el 20 % dijo que el estrés en el trabajo les había enfermado físicamente, y de ese 20 %, el 25 % incluso llegó a las lágrimas.

Una gran carga de trabajo puede absorber muchas horas del día, y algunas personas se habituaron a trabajar más de lo requerido. Esto puede tener un efecto negativo en la salud, porque todos necesitamos tiempo de relajación y descanso.

Las relaciones también pueden resultar afectadas si el tiempo que te- nemos disponible para convivir con amistades y familiares está constantemente restringido por compromisos laborales. Si el trabajo ha invadido poco a poco tu vida personal, debes tomar medidas para restablecer el equilibrio. He aquí cómo hacerlo:

Administra tu tiempo de forma más eficaz

  • Monitorea cómo utilizas tu día.
  • Deja de hacer lo que no tienes que hacer.
  •  Haz las tareas más importantes primero.
  • Ayúdate de otras personas y pídeles que realicen tareas que no son estrictamente tu responsabilidad.
  • Di “no” a veces, cuando te pidan que hagas un trabajo adicional: no des razones, simplemente di que no puedes hacerlo.
  • Tómate un descanso para almorzar y sal a tu hora al final de la jornada.

Fija metas

  • Planifica lo que harás durante cada día o semana.
  •  Acepta que puedes cambiar de una tarea a otra siempre que te comprometas a dedicar una cantidad determinada de tiempo a cada una durante el día.
  • Ten claridad sobre lo que quieres lograr y cómo sabrás que ya lo lograste.

Ponte en acción

  • Una vez que te hayas fijado metas, toma las medidas necesarias para hacerlas realidad.
  • Haz algo cada día para alcanzar tus metas más importantes.
  • Si sientes que te estancas, divide las m tas en pequeños pasos que te resulten más manejables.

Cuídate

  • Haz ejercicio todos los días, incluso si eso significa caminar más lejos de la parada del autobús o del estacionamiento, o usar las escaleras en lugar del ascensor.
  • Come más frutas y verduras y deja de consumir alimentos chatarra.
  • Prepara tu almuerzo o, si comes en el trabajo, elige un platillo saludable.

 


Haz tiempo para ti

Todos necesitamos tiempo para relajarnos y desarrollarnos como seres humanos. Sin él, las presiones que afectan a la mayoría de las personas —ya sean padres que pasan el día corriendo detrás de niños pequeños, empleados con exceso de trabajo o cuidadores de tiempo completo— pueden ser abrumadoras.

Cuidar de ti está lejos de ser egoísta; es esencial para tu salud y bienestar

Administra tu tiempo

Si tiendes a descuidar tus propias necesidades porque siempre estás haciendo cosas por las demás personas, es posible que debas preparar a quienes te rodean para que te den algo de espacio. He aquí algunos consejos:

  • Anota cuidadosamente cuánto tiempo dedicas a las tareas durante el transcurso del día. Es posible que otros miembros de tu hogar se sorprendan cuando les muestres la lista, y puede ser la motivación que necesitas para disminuir el tiempo que rea- lizas tareas domésticas.
  • Dile a tu familia que la rutina del hogar debe cambiar para que se compartan algunas tareas y permite que ellos participen en la decisión de quién hace qué (es más factible que hagan las tareas si las escogen ellos mismos).
  • Si tiendes a sobrecargarte en el trabajo, delega algunas de tus tareas a miem- bros de tu equipo.
  • Si es esencial que realices determinadas tareas (por ejemplo, porque eres la única persona que conduce), busca una forma más eficaz de realizarlas. ¿Tal vez podrías compartir algunas con una amis- tad, turnándote cada semana?
  • Habla sobre tu necesidad de espacio personal y decide dónde lo quieres. Lo importante es que, cuando lo necesites, puedas ir a algún lugar donde puedas cerrar la puerta y pasar tiempo sin que te molesten.
  • Haz una cita diaria contigo para hacer las cosas que nunca tienes tiempo de hacer. Sé realista y comienza poco a poco con las grandes tareas. Es mejor hacer algo durante media hora cada día que esperar ese ilusorio “día libre” que nunca llega.
  • Deja de hacer lo que no es necesario. No tienes que planchar la ropa. Pregúntate si es fundamental lavar el coche con tanta frecuencia como lo haces.
  • A menudo, la excusa para no hacer algo es: “Lo haré cuando tenga tiempo suficiente”. Sin embargo, la realidad es que nunca encontrarás el tiempo a menos que te comprometas específicamente a hacer lo que quieres hacer.

Cómo empezar a hacerte tiempo

Una de las formas más fáciles de hacerte tiempo es crear orden. Si puedes organizar tu vida de manera más eficaz, de modo que sepas dónde está todo lo que necesitas y qué está sucediendo y cuándo, ahorrarás tiempo y reducirás el estrés que resulta de un entorno caótico.

Que tu mantra sea: “Un lugar para todo y todo en su lugar”. Tómate el tiempo y el esfuerzo necesarios para poner tus asuntos en orden, limpiar los armarios y archivar documentos valiosos; las recompensas siempre compensarán el esfuerzo.

Si tu tarea parece abrumadora, hazla por etapas y ve incorporando pasos poco a poco. Por ejemplo, es posible que te descuenta de que te concentras más fácilmente si te ocupas del correo electrónico a una hora determinada cada día. O puedes decidir reacomodar tu cocina y quizás introducir más espacios de trabajo, o crear ese eficaz “triángulo mágico” de fregadero, estufa y refrigerador que recomiendan los especialistas en cocina.

Liberar minutos adicionales puede marcar la diferencia en las vidas ocupadas.

Piensa en mejores formas de optimizar tus tareas. ¿Tal vez podrías preparar y congelar comidas, o lavar y colgar por adelantado camisas, ropa de trabajo o uniformes escolares para toda una semana? ¿Dónde podrías hacerte un hueco para ti?

Quizá podrías programar tu alarma para levantarte una hora antes en ciertos días, y así darte algo de tiempo antes de que los niños se despierten. O asigna un día a la semana en el que te permitas pedir comida a domicilio e ignores otras tareas.

Entra en acción

Ayuda para cuidadores

Cada vez hay más personas responsables de atender a un padre, pareja o hijo discapacitado. Si eres una de ellas, sabrás que se trata de un compromiso de largo plazo, lo que hace todavía más vital buscarte un tiempo para ti. No importa qué tan fuerte es tu dedi- cación, el estrés puede hacerte menos capaz de cuidar y menos
eficaz. Aquí te decimos cómo cuidarte tú también:

  • Aprende a relajarte por completo y haz que cualquier técnica que utilices para ello forme parte de tu rutina diaria. Tómate 5 o 10 minutos para relajarte mientras la persona que cuidas está descansando o dormida, y pronto sentirás los beneficios.
  • Haz ejercicio para equilibrar tu estrés. Estar constantemente alerta a las necesidades de la persona a la que cuidas es similar a estar en la respuesta de lucha o huida y, con el tiempo, te causará estrés, si no haces actividad física para equilibrarlo. Haz algo de ejercicio aeróbico cuando puedas, como bailar,
    salir a caminar o pasear en bicicleta.
  • Mantente en contacto con amistades y familiares, y habla frecuentemente con ellos por teléfono o en persona.
  • Comunícate con un centro de cuidados local u otro cuidador para que te aconseje sobre periodos más prolongados de relevo de cuidados, lo que te permitirá tener unos días de descanso. Si es necesario, paga a un profesional para que vaya y se quede de vez en cuando con la persona que cuidas y así tú puedas visitar a tus amistades y descansar un poco.
  • Ponte en contacto con otros cuidadores a través de foros o grupos de apoyo locales en Internet. Compartir experiencias puede ayudarte y también puedes obtener información útil.


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