En el ajetreado mundo actual, encontrar un equilibrio entre las responsabilidades laborales, las relaciones personales, el cuidado personal y el tiempo libre puede ser un desafío. Sin embargo, lograr este equilibrio es fundamental para alcanzar la felicidad y la plenitud en la vida.
Algunos ajustes sencillos pueden marcar una gran diferencia. Analiza lo que haces todos los días y por qué, para identificar los elementos de tu vida que han estado restringiendo tu gozo.
Aprender a relajarte es parte de la solución, pero también necesites revisar tu relación con amistades y familiares.
Un estudio publicado en 2010 en Journal of Hypertension descubrió que los participantes que estaban socialmente aislados tendían a manifestar niveles más altos de presión arterial (un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares) que quienes veían a sus amigos con más frecuencia.
Por su parte, un experimento en la Universidad de Toronto sugiere que las personas socialmente excluidas son más susceptibles a las temperaturas más bajas… el frío efecto de que te hagan la ley del hielo.
Equilibrar tu vida no significa necesariamente dividir tu tiempo y atención por igual entre todos los aspectos. Lo importante es identificar una armonía que funcione para ti, en la que puedas encontrar satisfacción en cada faceta de tu ser.
Pasar demasiado tiempo en el trabajo o preocuparse por él es una de las principales causas de desequilibrio en la vida de muchas personas.
Una encuesta de 2010 llevada a cabo por una organización altruista de salud mental arrojó que el 9 % de los entrevistados habían visto a su médico de cabecera como resultado directo del aumento de la presión laboral, mientras que el 20 % dijo que el estrés en el trabajo les había enfermado físicamente, y de ese 20 %, el 25 % incluso llegó a las lágrimas.
Una gran carga de trabajo puede absorber muchas horas del día, y algunas personas se habituaron a trabajar más de lo requerido. Esto puede tener un efecto negativo en la salud, porque todos necesitamos tiempo de relajación y descanso.
Las relaciones también pueden resultar afectadas si el tiempo que te- nemos disponible para convivir con amistades y familiares está constantemente restringido por compromisos laborales. Si el trabajo ha invadido poco a poco tu vida personal, debes tomar medidas para restablecer el equilibrio. He aquí cómo hacerlo:
Todos necesitamos tiempo para relajarnos y desarrollarnos como seres humanos. Sin él, las presiones que afectan a la mayoría de las personas —ya sean padres que pasan el día corriendo detrás de niños pequeños, empleados con exceso de trabajo o cuidadores de tiempo completo— pueden ser abrumadoras.
Cuidar de ti está lejos de ser egoísta; es esencial para tu salud y bienestar
Si tiendes a descuidar tus propias necesidades porque siempre estás haciendo cosas por las demás personas, es posible que debas preparar a quienes te rodean para que te den algo de espacio. He aquí algunos consejos:
Una de las formas más fáciles de hacerte tiempo es crear orden. Si puedes organizar tu vida de manera más eficaz, de modo que sepas dónde está todo lo que necesitas y qué está sucediendo y cuándo, ahorrarás tiempo y reducirás el estrés que resulta de un entorno caótico.
Que tu mantra sea: “Un lugar para todo y todo en su lugar”. Tómate el tiempo y el esfuerzo necesarios para poner tus asuntos en orden, limpiar los armarios y archivar documentos valiosos; las recompensas siempre compensarán el esfuerzo.
Si tu tarea parece abrumadora, hazla por etapas y ve incorporando pasos poco a poco. Por ejemplo, es posible que te descuenta de que te concentras más fácilmente si te ocupas del correo electrónico a una hora determinada cada día. O puedes decidir reacomodar tu cocina y quizás introducir más espacios de trabajo, o crear ese eficaz “triángulo mágico” de fregadero, estufa y refrigerador que recomiendan los especialistas en cocina.
Liberar minutos adicionales puede marcar la diferencia en las vidas ocupadas.
Piensa en mejores formas de optimizar tus tareas. ¿Tal vez podrías preparar y congelar comidas, o lavar y colgar por adelantado camisas, ropa de trabajo o uniformes escolares para toda una semana? ¿Dónde podrías hacerte un hueco para ti?
Quizá podrías programar tu alarma para levantarte una hora antes en ciertos días, y así darte algo de tiempo antes de que los niños se despierten. O asigna un día a la semana en el que te permitas pedir comida a domicilio e ignores otras tareas.
Cada vez hay más personas responsables de atender a un padre, pareja o hijo discapacitado. Si eres una de ellas, sabrás que se trata de un compromiso de largo plazo, lo que hace todavía más vital buscarte un tiempo para ti. No importa qué tan fuerte es tu dedi- cación, el estrés puede hacerte menos capaz de cuidar y menos
eficaz. Aquí te decimos cómo cuidarte tú también:
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