Un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tohoku, en Japón, descubrió que beber 5 tazas de té verde todos los días, en comparación con sólo 1 taza, redujo notablemente el estrés psicológico.
Beber té también mejora la salud cardiovascular, según estudios clínicos realizados en Estados Unidos: las catequinas, los principales compuestos del té verde (presentes también en el té negro, aunque en menor cantidad) ejercen efectos vasculares protectores y evitan la inflamación vascular, algo vital para prevenir la acumulación de “placa” arterial.
De igual forma, la actividad antioxidante de las catequinas del té verde es efectiva para deshacerse de los radicales libres y reducir la absorción intestinal de los lípidos (compuestos orgánicos grasos).
Poderosos beneficios que trae el té verde al organismo:
Beber mucha agua alivia la fatiga (esto es lo peor que puedes hacer cansado) y adelgaza la sangre, algo particularmente benéfico durante la respuesta al estrés, que produce factores extras que espesan la sangre.
Cuando no bebes la suficiente, las células del organismo se secan mucho y, para contrarrestar este problema, la toman del lugar que “más les conviene”, es decir, de tu torrente sanguíneo.
El esfuerzo adicional que conlleva bombear la sangre puede hacer que desciendan los niveles de energía y esto te hace sentir fatigado, así como también elevar la presión arterial y el ritmo cardiaco.
Beber suficiente agua también beneficia a tu piel y -un excelente plus- ayuda a evitar las arrugas.
Muchas personas no beben suficiente cantidad de agua. Los parámetros aceptados recomiendan beber alrededor de ocho vasos, o al menos 1.5 litros, a lo largo del día, aunque esto puede aumentar en épocas de calor, o en las personas muy activas.
Toma un vaso de agua al levantarte en la mañana, y mantén una botella en tu habitación para que puedas beber si te despiertas durante la noche.
Los médicos aseguran que el consumo adecuado de agua ayuda a prevenir la formación de cálculos en los riñones. Si no bebes la suficiente, se concentran los desechos del organismo y forman cristales que pueden sedimentarse y crear los cálculos o piedras, como comúnmente se conoce.
Una forma de saber si estás bebiendo el agua necesaria es observar el color de tu orina. Debe ser amarillo muy pálido o incluso clara, excepto en la mañana, cuando no has tomado líquidos toda la noche. Si el color es oscuro en otro momento, debes beber más agua.
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