La microbiota intestinal funciona como defensa contra agentes patógenos que se encuentran en constante contacto con el sistema digestivo. Su equilibrio puede ser una diaria terapéutica para enfermedades neurodegenerativas.
En la actualidad, las investigaciones médicas afirman que la función de nuestro sistema digestivo va mucho más allá de procesar únicamente los alimentos que ingerimos.
Los tratamientos de enfermedades mentales también son utilizados para aumentar el sistema inmunitario.
La autonomía del sistema digestivo
Nuestro intestino puede funcionar solo, afirma Ana Teresa Abreu y Abreu, neurogastroenteróloga y miembro fundador de la Sociedad Iberoamericana de Microbiota, Probióticos y Prebióticos.
Posee autonomía para tomar decisiones en su funcionamiento, precisa.
Una de las hormonas producidas por señales de la microbiota intestinal es la serotonina.
Según el estado de la microbiota, la producción y liberación de esta hormona puede alterarse. Eso se traduce en síntomas gastrointestinales que también han sido asociado al estrés.
También se ha observado que, al disminuir la diversidad bacteriana, se favorece la producción de sustancias involucradas con liberación de cortisol.
La liberación de esa sustancia puede llevar a padecer enfermedades como:
- Ansiedad
- Depresión
- Enfermedades cardiovasculares
- Padecimientos hepáticos
Intestino, clave en la inmunidad
Por esa razón, comenta, la salud del intestino es clave para la inmunidad ante diferentes enfermedades.
El especialista confirma que las investigaciones más recientes sugieren que si se padecen problemas intestinales es más probable que seas vulnerable ante enfermedades comunes.
Una microbiota alterada incluso podría tener algo que ver alteraciones psicológicas debido a que existe el llamado eje microbiota-intestino-cerebro.
En los últimos años se ha puesto especial atención en el papel bidireccional de la microbiota del tracto digestivo y del sistema nervioso central.
La comunicación que establece la microbiota se produce a través de tres vías:
- Neural: A través del nervio vago
- Sistémica: Mediante la liberación de hormonas, metabolitos y neurotransmisores
- Mediación del sistema inmune (por liberación de sustancias inmunomoduladoras) que llegan a nivel del cerebro y ejercen ciertos efectos
La microbiota tiene la propiedad de producir sustancias que pueden actuar como neuromoduladores o neurotransmisores.
Esas sustancias viajan a través de la sangre o directamente establecen comunicación sobre las neuronas a nivel intestinal.
Es por eso que en pacientes con trastornos como TDAH (déficit de la atención) y autismo se sabe que existe un sustrato de alteración de la microbiota intestinal que impacta directamente sobre la salud mental.
Probióticos al rescate
Los probióticos constituyen una herramienta no farmacológica que ayudan en la reducción de los síntomas nucleares de estos trastornos en niños.
También adyuvan en la mejoría de las comorbilidades gastrointestinales, así que son potencialmente recomendables como terapia.
Existen varios estudios que ha demostrado que cambios en la microbiota pueden ejercer una acción sobre el estado de ánimo, la ansiedad, depresión.
Esto se debe a que existen ciertas cepas probióticas que modulan a nivel del sistema nervioso central, es decir, tienen la capacidad de cambiar las conexiones cerebrales tanto de un punto de vista estructural como desde un punto de vista fisiológico.
Aún queda mucho camino por recorrer, dice Ana Teresa Abreu, pero sin duda el equilibrio de la microbiota intestinal puede disminuir el desarrollo de trastornos neurológicos.
Hoy en día se realizan diversas investigaciones que intentan evaluar el impacto positivo de los probióticos sobre algunas de estas enfermedades neurológicas.
Échale una mano
Si quieres mejorar tu salud digestiva puedes poner en práctica algunas de estas acciones básicas que puedes repetir diariamente:
• Adopta una dieta variada para diversificar la microbiota intestinal
• Reduce el nivel de estrés, con terapia mindfulness
• Fomenta la salud del sueño; un estudio demostró que si alteras tus patrones de sueño, tu microbiota también se verá afectada
• Si tienes síntomas intestinales acude al médico
Bajo prescripción médica, la ingesta de probióticos en una cantidad adecuada ejerce un efecto benéfico.
Frutas
Manzana, pera, plátano, granada
Verduras y legumbres
Alcachofa, calabaza, jitomate, nopal, espinacas, quelites, acelgas, lechuga trocadero, lechuga maple, perejil, chía, zanahoria, calabaza
Cereales
Trigo, cebada, avena, maíz, frijoles, arroz integral, salvado de arroz, masa madre, harina de leguminosas, trigo integral de masa fermentada, harina multicereales (cebada, trigo y malta), pan de trigo integral, pan de masa madre, quinoa, trigo sarraceno, germen de trigo, cebada, linaza
Lácteos
Yogur, leche de cabra, leche de camello, leche entera de vaca, quesos fermentados
Evita el consumo de:
• Alimentos procesados
• Alimentos con conservadores
• Alcohol y disminuir el consumo de cafeína
• Refrescos o jugos embotellados
Recuerda que entre más equilibrada esté la dieta más diversa será la microbiota; cada quien puede mejorar su salud digestiva y por ende su microbioma intestinal, Concluye el Dr. Rodrigo Vázquez.