El cannabidiol (CBD) ha pasado de ser un compuesto químico poco conocido a convertirse en un aliado para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas. Pero, ¿cómo ha sido este camino hacia el reconocimiento científico y su uso en el ámbito médico?
Con más de 80 años de investigación, el CBD ha revolucionado la forma en que se abordan ciertas condiciones de salud, derribando mitos y abriendo nuevas posibilidades para mejorar la calidad de vida de miles de personas. Además en 2017 la Organización Mundial de la Salud la retiró de la lista de sustancias controladas y reconoció su potencial terapéutico.
Para llegar a este reconocimiento internacional fue necesario avanzar un gran camino donde diversas familias como la de Charlotte Figi en Estados Unidos y la de Grace Elizalde en México, tuvieron que abanderar la lucha social con el fin de poder acceder legalmente a este tipo de productos en sus países.
En México esta lucha inició cuando Grace, quien mostraba signos de un desarrollo más lento que los demás niños, y además presentaba crisis epilpépticas, tenía ocho años y con el apoyo del Dr. Saúl Garza Morales, neurólogo pediatra, decidieron emprender el viaje para comprobar que esta sustancia podría mejorar la calidad de vida que tenía Grace.
El primer paso que siguió la familia Elizalde Garza fue leer y buscar información sobre cómo el cannabidiol o CBD funcionaba en el organismo y cuáles habían sus resultados en otros pacientes, como Charlotte, quien sufría un tipo de epilepsia muy agresiva y resistente a los tratamientos tradicionales, para posteriormente, solicitar el apoyo al Dr. Garza Morales, quien les otorgó la receta médica que sirvió como punto de partida para una batalla legal que duró un año y terminó en el amparo que le permitió a Grace ser la primera paciente en utilizar este tipo de productos.
Posterior a este primer permiso, fue el propio Dr. Garza Morales quien inició el primer protocolo de investigación sobre los efectos del cannabidiol en pacientes pediátricos con epilepsia resistente a medicamentos. Para lograrlo, tuvo la colaboración de la empresa HempMeds, quien le otorgó un producto derivado de cannabis no psicoactivo o cáñamo con altas concentraciones de CBD y sin rastros sustancias psicotrópicas como Tetrahidrocannabinol o THC, este producto, denominado RH-Oil fue también el producto que se pudo importar legalmente a nuestro país y en los estudios clínicos del Dr. Garza demostró que al menos el 90% de los pacientes que recibían ese producto lograron obtener el control sobre sus crisis epilépticas[1].
Como resultado de esta investigación, otros profesionales de la salud como el Dr. Carlos Aguirre se sumaron para obtener evidencia científica sobre el CBD. El Dr. Aguirre publicó los resultados de su investigación en la revista Neurological Research International (Vol. 2017), este protocolo de investigación también se centraba en pacientes con epilepsia refractaria y confirmó las ventajas de esta sustancia como coadyuvante en el tratamiento de padecimientos neurodegenerativos, además de posicionar a México como el país punta de lanza en investigaciones de este tipo.
Por su parte, investigadores del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN, y la Unidad de Investigación Médica de Enfermedades Neurológicas del Centro Médico Nacional Siglo XXI, liderados por la Dra. Luisa Rocha, demostraron mediante un estudio preclínico la eficacia que tiene la administración oral de cannabidiol o CBD en el tratamiento de lesiones cerebrales traumáticas para disminuir la liberación excesiva de Glutamato en la corteza cerebral, confirmando la capacidad neuroprotectora que tiene esta sustancia.
Y apenas en 2023, la Dra. Silvia Kochen lideró una investigación en la Unidad de Epilepsia en el Hospital El Cruce “Néstor Kirchner” de Argentina, donde demostró que el cannabidiol es un tratamiento eficaz para disminuir las crisis epilépticas. Particularmente, este estudio se centró en pacientes adultos, confirmando la evidencia científica en torno al uso de esta sustancia en el tratamiento de padecimientos neurodegenerativos sin importar la edad de las personas.
Actualmente existen alrededor de dos decenas de estudios realizados por investigadores latinoamericanos, todos ellos coinciden en que el CBD es un aliado para mejorar la calidad de vida que tienen los pacientes con enfermedades neurodegenerativas, y lo más importante de toda esta evidencia científica es la capacidad de ayudar a que las personas tomen decisiones informadas sobre el uso de estas sustancias, y al mismo tiempo han servido para que algunas empresas como HempMeds, quien Zcolaborado en la gran mayoría de estos estudios, demuestren la eficacia de sus productos.
[1] https://www.topdoctors.mx/articulos-medicos/epilepsia-en-ninos-nuevas-estrategias-de-tratamiento/
Información proporcionada por HempMeds
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