La información que teníamos sobre el envejecimiento está pasada de moda, dicen los expertos en el tema, gracias a los últimos hallazgos hechos con estudios de alta tecnología.
Es cierto, el cuerpo cambia. ¿Eso quiere decir que nuestra salud se deteriorará inevitablemente con el paso de los años? ¡De ninguna manera! Todos podemos llevar una vida sana, radiante, llena de energía… y muy larga. ¿La clave? En realidad, hay 15 pequeños cambios que puedes hacer en tu rutina diaria para retrasar el paso del tiempo.
1. Haz del alimento tu medicina
¿Sabías que comer pescado una vez a la semana se asocia con un menor riesgo de muerte súbita por causas cardiacas? Y no basta con bajarle a las grasas para nutrirse bien; es necesario aprender a distinguir las buenas de las malas, prestar atención a la variedad y cantidad de alimentos que consumimos y adoptar el hábito de elegir opciones saludables. Cuando las malas costumbres están muy arraigadas, suele costar trabajo deshacerse de ellas; no obstante, si modificas tu dieta poco a poco, obtendrás buenos resultados.
2. ¡Actívate!
Probablemente la actividad física sea la mejor herramienta para conservar la salud. Incluso las sesiones más cortas (¡basta con 20 minutos al día!) pueden marcar una gran diferencia, en especial si eres constante y le pones variedad a tu rutina con distintos ejercicios de resistencia, fuerza, equilibrio y flexibilidad.
3. Complementa tu dieta
Tal vez ya sepas que las vitaminas antioxidantes C y E, y el betacaroteno se destacan por su capacidad de retrasar el paso del tiempo. Pero si en verdad te quieres conservar joven, existen otros complementos que debes conocer: la vitamina B12, por ejemplo, es básica, pues su deficiencia —común en personas mayores— puede producir pérdida de la memoria y demencia.
De igual manera, el consumo de calcio podría salvarte de la osteoporosis y, además, se cree que previene el tipo más común de eventos vasculares cerebrales. Pregúntale a tu médico si puedes empezar a tomar estos complementos desde ahora para garantizar una madurez plena.
4. Cuida tu peso
Todos sabemos que la obesidad se asocia con graves problemas de salud y muerte prematura, pero basta con subir 5 o 10 kg para correr riesgos innecesarios, en especial si el peso se concentra en la cintura. El metabolismo se desacelera con la edad y uno ya no quema las mismas calorías que antes. Lo mejor es empezar a comer menos, hacer más ejercicio o poner en marcha ambas medidas a la vez.
5. Sé amable con tus huesos
Si eres mujer, no esperes hasta la menopausia para prevenir el riesgo de padecer osteoporosis. La densidad ósea empieza a disminuir por lo menos una década antes de que se presente la menopausia. Consume suficiente calcio y vitamina D todos los días, deja de fumar y empieza a hacer ejercicios con el peso de tu propio cuerpo. ¿Se aproxima la menopausia? Pídele al médico que te oriente con respecto a los tratamientos de reemplazo hormonal.
Y, hombres, ustedes también pueden desarrollar osteoporosis. Aunque el problema se aproxima a menor velocidad, para cuando cumplan 70 años su situación será igual a la de ellas. Después de los 60, una de cada dos mujeres y uno de cada tres hombres sufrirá una fractura debido a la descalcificación de los huesos.
6. Acude a tus revisiones periódicas
Cuando de prevenir enfermedades se trata, el médico puede convertirse en tu mejor amigo. Acudir a una revisión anual de presión arterial, por ejemplo, podría ayudarte a evitar padecimientos cardiovasculares y renales graves. Las vacunas antigripales, que se aplican una vez al año, te protegerán no solo de la influenza, sino también de las complicaciones relacionadas. Y jamás te arrepentirás de tomar las medidas necesarias para detectar el cáncer o la diabetes oportunamente, cuando aún hay tiempo de hacer algo.
7. Limita tu consumo de alcohol
Tomar una o dos copas al día podría atenuar el riesgo de desarrollar cardiopatías o sufrir eventos vasculares cerebrales, pero esto no quiere decir que debas empezar a beber para recibir dichos beneficios. Con dieta y ejercicio obtendrás los mismos resultados. Recuerda que conforme envejeces las bebidas alcohólicas te afectan más. Beber una copa de jerez y luego otra de vino en la cena está bien a los 40 o 50 años, pero no es tan buena idea si ya se tienen 70, pues a esa edad el cuerpo metaboliza el alcohol más lentamente. En el caso de las mujeres, en particular, el consumo excesivo de bebidas alcohólicas podría aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
8. Dile “no” al cigarro
Los infartos, los derrames cerebrales, las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas y el cáncer son las principales causas de muerte a nivel mundial y el cigarrillo es un factor determinante en todos los casos. Si fumas y quieres vivir, el primer paso que debes tomar es deshacerte de esa adicción. No importa si ya lo has intentado mil veces en el pasado. Haz la prueba de nuevo. Si pides toda la ayuda necesaria, seguro tendrás éxito.
En cuanto a los fumadores pasivos, tomen en cuenta que sentarse en habitaciones llenas de humo también reduce la cantidad de años que viven. Según distintos estimados, respirar ese aire viciado durante una hora equivale a fumar cuatro cigarrillos. Sé amable pero firme cuando pidas a quienes te rodean que se abstengan de fumar cerca de ti. Recuerda que se trata de tu vida.
9. Toma tus medicamentos
Conforme envejecemos es común que empecemos a tomar cada vez más medicinas. Lo malo de este fenómeno, conocido como “polimedicación” o “medicación excesiva”, es que eleva el riesgo de padecer los efectos de las interacciones entre fármacos y entre estos y la comida, las bebidas alcohólicas o alguna hierba. ¿Sabías que combinar alcohol y paracetamol puede ocasionar lesiones hepáticas? ¿O que uno de cada cuatro casos de impotencia es atribuible a los efectos secundarios de los medicamentos? ¿Y que con el paso de los años te vuelves más sensible y es necesario ajustar las dosis a la baja? No te puedes dar el lujo de desconocer esta información.
10. En casa
En la población mayor de 65 años, muchas de las muertes atribuibles a causas externas se producen como consecuencia de una caída, sobre todo debido a las complicaciones posteriores. Esta cifra aumenta con la edad: entre los 65 y 69 años, 15% de las muertes por causas externas se deben a caídas; a partir de los 85 años esto se eleva al 75%. Para reducir el riesgo, despeja tus espacios, retira los obstáculos del paso, asegúrate de que tu hogar esté bien iluminado (sobre todo de noche) y haz ejercicios de fuerza y equilibrio.
11. Huye del estrés
Conforme envejecemos, empezamos a experimentar otro tipo de tensiones. Tal vez tengas más responsabilidades que nunca en el trabajo, o necesites cuidar a tus padres o pagar importantes gastos médicos. Quizás la jubilación no es como la imaginabas o te abruma la soledad después de la muerte de tu cónyuge. El estrés crónico puede exacerbar el riesgo de desarrollar cardiopatías, cáncer y problemas digestivos; incluso llega a nublar la memoria. Aprender a manejarlo podría alargar tu vida. Al parecer, quienes llegaron a los 100 años echaron mano de estrategias superiores a las del promedio para enfrentar este mal.
12. Piensa joven
Para conservar la vitalidad es necesario mantenerse en actividad y romper las viejas rutinas. Busca algo que te apasione o que te dé sentido de propósito ¡y no lo dejes! Haz trabajo voluntario, prueba nuevos tipos de comida, crea un jardín o adopta un animal de compañía. Es fundamental plantearte desafíos; por eso, aprender cosas nuevas te ayudará a formar conexiones cerebrales adicionales.
13. Conserva tus dientes
Si no quieres tener que usar dentaduras postizas, visita al dentista una o dos veces al año para que te haga la limpieza y revisión correspondientes. Aséate con cepillo e hilo dental todos los días. La enfermedad periodontal puede llegar hasta el corazón y robarte años de vida.
14. Duerme lo suficiente
Con la edad, el sueño profundo y reparador puede ser cada vez más difícil. Sin embargo, dormir bien es fundamental para llegar saludables a la vejez. Existen pruebas de que esta función fisiológica se relaciona con el funcionamiento del sistema inmunitario y con la salud cardiovascular. Si tus patrones de sueño están cambiando, busca información sobre el tema y averigua qué medidas puedes poner en marcha a fin de contrarrestar el problema. Vivirás más y mejor. También puedes aprender técnicas de relajación y aplicarlas con frecuencia para reparar mente y cuerpo.
15. No pierdas contacto con tus seres queridos
Las relaciones familiares y de amistad son mucho más importantes de lo que antes se creía. De hecho, se ha comprobado clínicamente que las redes de apoyo ayudan a prolongar la vida y a reducir el número de visitas a consultorios médicos y hospitales. Si te rodeas de gente que te quiere, enfrentarás de mejor manera las dolencias físicas, el estrés y los problemas emocionales. Además, disfrutarás más de la vida. Entre más conversaciones tengas al día o a la semana, mejor.
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