¿Sientes que tu vida necesita un poco de chispa? ¿Te gustaría descubrir nuevas pasiones o desarrollar tu creatividad? La vida está llena de posibilidades, y a veces solo necesitamos un pequeño empujón para descubrir esas actividades que te inspiran.
Si no acostumbras darte gustos, adoptar un nuevo pasatiempo o hacer una pausa a fin de practicarlo suele ser difícil. Hace falta autoconfianza para salir e inscribirse a un nuevo club, conocer gente y dar un salto a lo desconocido. No obstante, si como la mayoría de las personas, tú también tienes algún interés latente (ya sea el deporte, la jardinería, el arte cinematográfico o la literatura), podrás regar esa semillita, expandir tus horizontes y encontrar personas con intereses similares. Así, esas actividades se convertirán en pasatiempos estimulantes y placenteros que te darán la sensación de estar viviendo al máximo.
Invertir tiempo en ti de esta forma puede fortalecer tu estado general de salud, en especial si convives con más gente. De acuerdo con numerosos estudios médicos, contar con lazos sociales fuertes reduce el riesgo de desarrollar cardiopatías y ciertos tipos de cáncer, e incluso podría prolongar la vida.
En este artículo, te presentaremos algunas ideas que te motivarán a explorar nuevos horizontes y sacar el máximo provecho de tu potencial.
Hay un sinfín de actividades allá afuera, desde clases nocturnas en escuelas y universidades hasta sesiones diurnas en centros comunitarios y deportivos los fines de semana, pasando por cursos que podrían tomarse fuera del país. Por supuesto, cada vez es más amplia la oferta de clases en línea. La elección dependerá de tus intereses, tus talentos y tu presupuesto. Sin importar qué decidas, no te limites.
Probar varias actividades diferentes te resultará benéfico, pues algunas te desafiarán mental y espiritualmente mientras que otras te permitirán ejercitarte o adquirir nuevas habilidades. Al interactuar con otros, abrirás tu mente a nuevas oportunidades que quizás nunca antes habías considerado.
Escuchar música aporta beneficios a la salud. Los ritmos resuenan con las ondas cerebrales y ayudan a calmar la mente, según un estudio del Centro de Investigación Computacional de la Universidad de Stanford. La música inspira y reconforta, ya que desencadena una respuesta de relajación, disminuye la presión arterial y produce una sensación positiva de bienestar.
Además, hacer ejercicio es más fácil cuando hay música, y como la actividad física también eleva los niveles de endorfinas, ambos factores combinados tienen mayor potencial de mejorar tu estado de ánimo.
Si te gusta cantar, considera tomar clases o unirte a un coro. De acuerdo con el catedrático Graham Welch del Instituto de Educación de la Universidad de Londres, cantar fortalece la salud tanto física como psicológica. “El canto es una actividad aeróbica que oxigena la sangre y ejercita los principales grupos musculares del tren superior, incluso si la persona está sentada”, explica.
Los beneficios psicológicos se desprenden de los efectos, en general positivos, de reducir los niveles de estrés a través de la acción del sistema endócrino, que está ligado a nuestra sensación de bienestar emocional.
Estos beneficios también se manifiestan cuando la gente canta en conjunto, debido al mayor sentido de comunidad, pertenencia y propósito en común, añade. Otra opción es reencontrarte con ese instrumento que alguna vez tocaste o aprender a tocar uno nuevo. Tal vez valga la pena buscar un profesor cerca de tu domicilio o sumarte a un grupo musical conforme vayas adquiriendo más confianza.
Si simplemente te gusta escuchar música, quizás haya llegado la hora de empezar a investigar más sobre aquel compositor, cantante o grupo que siempre te ha llamado la atención. La clave aquí, como con todo, es hacer algo que capture tu imaginación y te despierte las ganas de dedicarle tiempo.
Mucha gente disfruta participar en obras de teatro amateur o talleres de arte dramático. La actuación es una herramienta útil para reforzar tu seguridad y tus habilidades de resolución de problemas; además, te permitirá mejorar tu capacidad de entender a otras personas. Representar un papel suele ser enriquecedor, pues el actor aprende a ver el mundo desde otra perspectiva, el punto de vista del personaje.
Si no te gusta actuar y prefieres escribir, producir, construir escenografías, diseñar vestuarios o maquillar a los actores, infórmate sobre los proyectos teatrales en tu localidad y haz la prueba. Es posible que el teatro o la iglesia de tu comunidad tenga grupos de actuación amateur. Las escuelas y las universidades también suelen tener grupos de teatro. Si esto no es así, acude a tu centro cultural y pide informes.
Si te gusta escribir, ¿por qué no llevar un diario para plasmar tus esperanzas y planes? En su libro El camino del artista, la autora Julia Cameron describe los beneficios de utilizar lo que ella llama “páginas matutinas” para registrar todos los pensamientos que se te ocurran en tiempo real, técnica de escritura conocida como “fluir de la conciencia”. Todas las mañanas, recomienda ella, justo después de despertar, toma tu diario y escribe cualquier cosa que te venga a la mente. Evita hacer correcciones y volver a leer tu trabajo.
Escribe tres páginas al día. Si no sabes qué poner, repite la frase “No sé qué escribir” hasta que se te ocurra algo o hasta que hayas llenado tus páginas del día. La idea detrás de este ejercicio es que pronto notarás cómo se te ocurren ideas nuevas, lo cual te ayudará a descubrir aquello que en verdad deseas hacer.
Escribir sobre los conflictos emocionales de la vida puede promover nuestro bienestar físico y mental, de acuerdo con el doctor James W. Pennebaker de la Universidad de Texas en Austin, quien ha diseñado varios estudios que demuestran la relación entre la práctica de escribir y la salud. Describir experiencias traumáticas mejoró el estado de ánimo y fortaleció la respuesta del sistema inmunitario de estudiantes sanos durante un estudio.
Según otra investigación en estudiantes con propensión a deprimirse, quienes expresaron sus sentimientos presentaron menos síntomas depresivos después de seis meses en comparación con quienes escribieron sobre sucesos de la vida diaria.
Sin importar lo que escribas, este podría ser el comienzo del libro que siempre has creído llevar dentro o de los cuentos cortos que van tomando forma cuando lees ciertos encabezados o escuchas alguna conversación. Podrías unirte a un grupo local de lectura o escritura, ya sea que te interese la prosa o la poesía. O tal vez simplemente desees destinar un tiempo para ponerte al corriente con la lectura, si eso es lo que más disfrutas.
La arteterapia se ha utilizado durante mucho tiempo en hospitales, escuelas e incluso en prisiones para facilitar la recuperación y ayudar a las personas a expresar sus sentimientos más profundos. Se piensa que la creación de obras de arte mejora el estado de ánimo, incrementa la autoconciencia y fortalece la autoestima.Así que si alguna vez disfrutaste dibujar o pintar y tienes ganas de intentarlo otra vez, ten presente que hallar una forma de expresar tus emociones a través del arte probablemente te resultará muy placentero.
Tal vez sea menos intimidante comenzar a dibujar o pintar por tu cuenta en casa. Si te gusta la naturaleza o la arquitectura, considera hacerlo al aire libre. Otra opción es reciclar trocitos de todo tipo de materiales para transformarlos en collages u obras de arte.
Asistir a clases en un centro local de formación para adultos te permitiría probar cosas nuevas, como la pintura al óleo o con acuarelas, el dibujo de paisajes o de la figura humana, la fotografía, la alfarería, la escultura o el tallado de madera. O tal vez podrías tomar una clase de decoración de pasteles, una habilidad con la cual sin duda podrás complacer a tus familiares y amistades.
Ya que el cuerpo humano está diseñado para el movimiento, la falta de ejercicio puede afectar el bienestar tanto físico como mental. Tras descubrir el nexo entre la depresión y el desarrollo de cardiopatías, investigadores de San Francisco llevaron a cabo más pruebas y comprobaron que un detonante clave del proceso era la falta de actividad física.
Ya sea que decidas ir en bicicleta al trabajo o a la tienda, participar en deportes de equipo, practicar jardinería y cultivar tus verduras o asistir a una clase de baile, pronto cosecharás los frutos, pues el ejercicio que disfrutas te ayudará a relajarte. Y cuanto más te relajes, más lo disfrutarás, así que es esencial escoger algo que puedas hacer con frecuencia.
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