En la demencia temprana, las actividades y rutinas familiares aún causan poca dificultad. La mayoría de los afectados todavía son capaces de realizar su vida cotidiana de forma prácticamente independiente.
Sin embargo, si se enfrentan a tareas exigentes o no cotidianas, como la declaración de impuestos o la planificación de las vacaciones, aparecen algunas limitaciones importantes, los errores aumentan y tardan un mayor tiempo en completar algo.
Muchas personas, entonces, se impacientan y enojan, otras se deprimen. También pueden ponerse sensibles y ofenderse si los familiares o las amistades intentan quitarles el poder de decisión, o si ya no los incluyen en las conversaciones y actividades. Por tanto, las críticas o incluso los “intentos por educarlos” resultan más bien en vano y aumentan la desesperación de los afectados aún más.
En cuanto a la celebración de contratos importantes o la organización de asuntos financieros complejos, desde la fase inicial de la demencia puede ser necesario que otra persona se encargue de ellos. En determinadas circunstancias, conducir también resulta peligroso debido a que la persona afectada reacciona con más lentitud, por lo que ya no puede evaluar rápida y asertivamente las situaciones del tráfico en constante cambio.
El afectado a menudo no es consciente de ello, pues está convencido de que aún puede controlar su vehículo de forma segura. Si los familiares notan que este ya no es el caso, deberían hablar con él o ella, de ser necesario con ayuda de su médico de cabecera. Particularmente en la primera fase de la enfermedad suele haber problemas con esta renuncia a conducir.
Igualmente, el uso del fuego, como al cocinar con gas, puede volverse problemático y debe evitarse en la medida de lo posible o de vez en cuando realizarse bajo supervisión. Adoptar algunas medidas, como una rejilla de protección para la estufa o un detector de humo, disminuirá estos peligros; sin embargo, las personas con demencia solo deben manejar el fuego bajo supervisión.
Lo mejor es retirar todas las velas, fósforos y encendedores de la casa. Los fumadores presentan un peligro especial, pues olvidan apagar los fósforos o cigarrillos, o los dejan en el sofá en vez de en el cenicero.
Aprovechando los consejos que te damos en esta Guía de Bienestar Selecciones, debes intentar organizar el día a día de tu ser querido de la forma más autodeterminada posible durante el mayor tiempo posible. Esto incluye sus pasatiempos y encuentros con otras personas. Todo esto le da una estructura a su rutina diaria y le sirve de orientación en un mundo que cada vez resulta más confuso.
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