La grasa no aumenta la glucemia y no requiere insulina para su metabolización, por lo que tampoco eleva los niveles de esta hormona. Además, su carga glucémica (CG) es de cero. Ya que disminuye la velocidad a la que los alimentos salen del estómago, puede reducir el efecto negativo de una comida que haya incluido carbohidratos.
Consumir alimentos ricos en grasas en las comidas también puede ayudar al organismo a procesar mejor los carbohidratos, siempre y cuando se trate de las grasas adecuadas.
Nos referimos a las grasas monoinsaturadas (presentes en el aceite de oliva, los frutos secos y el aguacate [palta]) y los ácidos grasos omega 3 (presentes en los pescados grasos), en vez de las grasas saturadas (presente en la carne roja y los productos lácteos).
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Las grasas buenas son extraordinarias, ya que pueden ayudar a revertir la resistencia a la insulina. Por el contrario, las grasas saturadas aumentan el colesterol “malo” (lipoproteínas de baja densidad, o LBD), lo que eleva el riesgo de padecer cardiopatías, e incrementan la resistencia a la insulina.
Preferir grasas buenas significa comer pescado al menos dos veces por semana, añadir aguacate en lugar de queso entero a las ensaladas y sándwiches, agregar aceite de oliva y nueces tostadas a la ensalada de pasta (en lugar de un aderezo cremoso) y remojar el pan en aceite de oliva o untarlo con crema de cacahuate (maní) en lugar de mantequilla.
Añadir grasas buenas a las comidas hará que cada porción tenga una CG más baja.
Para consumir mayor cantidad de las grasas buenas, sigue estos pasos:
Reduce las fuentes principales de grasas saturadas en tu alimentación.
Empieza por identificarlas, leyendo el cuadro “Consumir”. ¿Con qué frecuencia comes estos alimentos? Si pudieras hacer uno de los siguientes cambios la próxima semana, ¿cuál sería? Usa una carne fría con menos grasa en el sándwich del almuerzo, come filete magro de res en vez de costillas o elige yogurt en vez de crema ácida entera.
Proponte ese simple cambio y, una vez logrado, empieza a pensar en el próximo. Busca ingerir más alimentos de la columna izquierda (y la del centro) de las opciones de grasas y proteínas, y muchos menos del la columna derecha.
Reducir la cantidad de leche, queso, yogurt y crema ácida enteros —o elegir sustitutos bajos en grasa— puede disminuir considerablemente la cantidad de grasa saturada que ingieres, con muy poco esfuerzo.
¿Qué tienen de malo las grasas trans?
Aumentan el colesterol “malo” (LBD) y reducen el “bueno” (LAD), lo que eleva el riesgo de padecer cardiopatías.
Consumir | ||
Todos los días | Algunos días a la semana | Ocasionalmente |
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