Alimentación mágica: Ponles un toque de acidez a tus platillos

La presencia de ingredientes ácidos puede amortiguar la respuesta glucémica del cuerpo a una comida rica en carbohidratos. Por eso, ¡haz del vinagre tu gran aliado!

 ·  21/06/2024
Alimentación mágica: Ponles un toque de acidez a tus platillos

La presencia de ingredientes ácidos puede amortiguar tu respuesta glucémica a una comida rica en carbohidratos. Al aumentar la acidez de los alimentos se desacelera la descomposición de los almidones en glucosa y tu glucemia se eleva más lentamente.

Sin embargo, parece que ciertos alimentos ácidos, como el vinagre (ácido acético), tienen otras funciones que los hacen más eficaces. Así que deshazte de los aderezos cremosos y compra o prepara combinaciones de vinagre con aceite de oliva.

Basta una cucharada de vinagre por porción para reducir sustancialmente la CG de una comida. Por ejemplo, puedes disfrutar de una ensalada verde rociada con vinagreta en la comida o la cena varias veces a la semana. De esa manera, tomarás algo de ácido acético en tus comidas e incluirás más verduras en tu dieta.

El Instituto del Vinagre (ubicado en Atlanta, Georgia, EE.UU.) sugiere remojar el pescado en vinagre y agua antes de cocinarlo, a fin de que quede más suave y conserve mejor su forma. Por la misma razón, al escalfar pescado vierte una cucharada de vinagre en el agua hirviendo.

Haz una marinada a base de vinagre para la carne a la parrilla. Usa una cucharada par darle sabor a la sopa enlatada y agrégalo al agua en la que hierves las verduras.


Si te gusta la comida japonesa, no te preocupes tanto por el arroz glutinoso del sushi, ya que está preparado con vinagre de arroz.

Consejos ácidos

Ve más allá del vinagre con nuestros consejos para agregarles acidez a tus platillos y comidas.

  • Usa mostaza —hecha con vinagre— en vez de mayonesa en tus sándwiches, como base para untar pollo y carnes y en platillos de legumbres.
  • Cómete el pepinillo del sándwich. Su acidez se debe al vinagre en el que lo preparan.
  • No te limites a los pepinos en vinagre y prueba jitomates, zanahorias, apio, brócoli (brécol), coliflor y pimientos morrones (pi- mentones) rojos y verdes encurtidos. Si vas a un restaurante japonés, pide oshinko, que son verduras encurtidas.
  • ¡No tires el líquido de los encurtidos! Te servirá para hacer una excelente marinada, en especial mezclado con aceite de oliva y hier- bas frescas picadas.
  • Come chucrut, que es col (repollo) en vinagre. Busca que sea bajo en sodio.
  • Ponle jugo de limón (que también es ácido) a pescados y mariscos. También puede vivificar platillos insípidos y dar sabor a verduras, arroz y pollo.
  • Agrégales un poco de jugo de limón al pavo, aguacate (palta), melón, camote (batata) y frijoles (porotos) negros.
  • Come cítricos, como la toronja (pomelo) fresca, que, como tu lengua sabe, es algo ácida.
  • Cocina con vino. También es ácido y le da un gusto delicioso a salsas, guisos, sopas y asados. Una idea es cocinar pescado al vino blanco: sofríe ajo (y cebolla, si quieres) en aceite de oliva, añade especias, agrega algo de vino blanco y baja el fuego. Suma el pescado y déjalo cocer a fuego lento. Al final, ponle un chorrito de jugo de limón.
  • Bebe vino tinto en la cena. Es otra forma de incluir líquidos ácidos en tu dieta. Beber vino y otras bebidas alcohólicas con modera- ción (una copa al día para las mujeres, hasta dos para los hombres) puede ayudar a mantener bajo el nivel de insulina en la sangre y está vinculado a un menor riesgo de presentar diabetes. Además, el consumo moderado de alcohol eleva el nivel de colesterol “bueno” (LAD) y ayuda a proteger contra las cardiopatías. (Si tienes diabetes, es mejor que consultes antes a tu médico). No obstante, todos esos beneficios desaparecen si bebes más de lo que los expertos consideran mode- rado. Si no puedes beber con moderación, evita el alcohol por completo.
  • Pide pan de masa madre. Al fermentar, la masa libera ácido láctico, que, al igual que el vinagre, tiene un efecto benéfico sobre la CG de lo que comemos agrega algo de vino blanco y baja el fuego. Suma el pescado y déjalo cocer a fuego lento. Al final, ponle un chorrito de jugo de limón.