Los productos más susceptibles de contaminación son la carne y el pollo crudos o poco cocidos, los mariscos, los quesos blandos, los patés, el pescado ahumado, las comidas precocidas, los sándwiches empacados, las ensaladas listas para usar, los huevos y la leche. A las personas más vulnerables, incluso a aquellas que presentan trastornos inmunitarios, se les recomienda eliminar de la dieta los alimentos más propensos a contaminarse con Listeria, como son los quesos blandos y el paté.
Los alimentos pueden estropearse por diferentes causas, como la contaminación bacteriana, la oxidación o la pérdida de nutrientes. Por ello, es importante saber identificar los signos de deterioro para evitar consumir alimentos en mal estado.
Estos incluyen diarrea, náuseas, vómito y espasmos abdominales. Debes recurrir al médico si, a partir de la aparición de los síntomas, no puedes retener líquidos por más de un día; el vómito continúa después de dos días; el cuadro de diarrea dura más de tres días, defecas con sangre o tienes fiebre alta.
La primera medida para prevenir la intoxicación alimentaria es lavarse las manos con frecuencia, sobre todo después de haber ido al baño, antes de cocinar y tras haber manipulado carne cruda.
El 40% de los casos de intoxicación alimentaria se produce en el hogar. Mantén el refrigerador a una temperatura máxima de 4 °C. Guarda las carnes y aves crudas por separado en el estante inferior. Descongela los alimentos antes de cocinarlos, a menos que el empaque indique que pueden prepararse sin descongelar.
Tira los que hayan vencido (aun cuando se vean y huelan bien). Cuando los manipules, hazlo sobre una tabla exclusiva para ese propósito, a fin de no contaminar el resto de los comestibles. Ten sumo cuidado con el pollo crudo: más del 50% está contaminado con Campylobacter. Se recomienda no enjuagarlo, pues esto contribuye a esparcir los gérmenes.
Cuece bien los alimentos, sobre todo el pollo, el cerdo, las hamburguesas y las brochetas. Cualquier comida que recalientes deberá alcanzar una temperatura muy alta y uniforme. Nunca calientes los alimentos más de una vez; esto incluye co- mida para llevar y platillos que provengan de otras fuentes (que hayan cocinado amistades o familiares, por ejemplo).
Es importante que los alimentos se conserven adecuadamente para evitar el deterioro y garantizar su seguridad alimentaria.
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