Estilo de vida

¡Alto a la diabetes!

Según datos de la Federación Internacional de Diabetes, 415 millones de personas padecen esta enfermedad en el mundo. De esa cantidad, 44 millones se ubican en Norteamérica y el Caribe, y se estima que esa cifra alcance los 60 millones en 2040.

En 2015, en nuestro país hubo un poco más de 11 millones de casos en adultos de entre 20 y 79 años. Es decir, aproximadamente el 15% de la población padece diabetes… sin contar los casi 4 millones de casos que no han sido diagnosticados.

La diabetes puede tener graves repercusiones en la salud si no se controla adecuadamente. Sin embargo, con el conocimiento adecuado y algunos cambios en el estilo de vida, es posible prevenir y controlar esta enfermedad silenciosa. En este artículo, te explicaremos un poco más de la diabetes , así como acciones claves y consejos prácticos y efectivos para decir “Alto a la diabetes”.

Para entender la diabetes

Dado que es una de las enfermedades que más se padecen en México, vale la pena saber de qué se trata. Aquí te proporcionamos la información básica.

Punto de partida

La diabetes es un padecimiento en el que las células corporales no pueden absorber la glucosa, su combustible vital, del torrente sanguíneo.

  • Casi 5% de los casos son atribuibles a la incapacidad del páncreas para producir células de insulina, cuya función es permitir la absorción de la glucosa. En este caso el diagnóstico es diabetes tipo 1, y se presenta en la infancia.
  • El otro 95% de los casos es consecuencia del estilo de vida: obesidad, malos hábitos alimentarios, estrés y sedentarismo. Todo ello merma la capacidad de las células para acceder a la glucosa. Aquí, el diagnóstico es diabetes tipo 2, y casi siempre se presenta después de los 40 años.
  • Comer bien, mantener un nivel adecuado de actividad y utilizar una combinación inteligente de medicamentos son medidas que ayudan a controlar la enfermedad.
  • Hay una relación estrecha entre la diabetes y las cardiopatías. La primera incrementa en gran medida el riesgo de sufrir un infarto. Las medidas recomendadas para controlar la diabetes también sirven para reducir las probabilidades de desarrollar cardiopatías.

Acciones clave

  1. Infórmate. Para aprender a controlar adecuadamente la diabetes, necesitas entender por qué ocurre.
  2. Mantente pendiente de tu salud cardiaca. Pon especial atención en los valores de presión arterial, colesterol, peso y frecuencia cardiaca.
  3. Procura llevar una buena relación con tu doctor (si aún no tienes un médico de confianza, búscalo cuanto antes). Visítalo frecuentemente, pues te acompañará en todo este proceso.

¿Qué es exactamente la diabetes?

En pocas palabras, la diabetes impide que las células corporales puedan absorber la glucosa del torrente sanguíneo. Esta sustancia es el combustible básico que necesitan las células para funcionar, pero sino ingresa a ellas, se acumula en la sangre y causa complicaciones, como cardiopatías, hipertensión y lesiones renales, oculares y de los nervios. Lo anterior se traduce en fatiga, debido al mal funcionamiento de las células dada la falta de combustible.

Yo pensaba que la diabetes tenía que ver con problemas de insulina. ¿No es así?

Es correcto. La insulina, una hormona sintetizada por el páncreas, cumple un papel fundamental en la diabetes. Si bien desempeña varias funciones en el cuerpo, la más importante es la de “abrir” las células para que pueda ingresar la glucosa. Por lo general, el hecho de que las células no puedan absorberla se debe a una de dos razones.

La primera es la escasez de insulina. En la diabetes tipo 1, el páncreas no produce suficiente insulina, por lo que las células no tienen acceso a su combustible. La segunda es que las células desarrollan resistencia, y se deteriora el mecanismo por el cual la insulina “abre” las células. Por lo general, esa es la causa de la diabetes tipo 2.

¿La glucosa es igual al azúcar que comemos?

No, pero se parece. Desde el punto de vista químico, los azúcares que ingerimos suelen ser más complejos que la glucosa sanguínea. No obstante, el aparato digestivo actúa de manera rápida y eficiente para transformarlos en moléculas independientes de glucosa.

Este compuesto se encuentra principalmente en los carbohidratos: arroz, cereales, pan, pasta, leche, fruta, tortillas y dulces. Cuando consumimos carbohidratos, el organismo digiere los azúcares y almidones y los transforma en glucosa; esta última se absorbe en el torrente sanguíneo para distribuirse a todas las células corporales. La insulina ayuda a las células a absorber la glucosa, que se transformará en energía (para ello, también se utilizan átomos de oxígeno provenientes del aire que respiras).

Si consumes más glucosa de la que necesitas, el exceso se “derrama” en todo el cuerpo y puede lesionar las células, además de que se almacena como grasa.

¿Qué causa la diabetes tipo 1?

No se conocen sus causas exactas; no obstante, los investigadores creen que podría deberse a factores autoinmunitarios (es decir, tu cuerpo confunde sustancias corporales normales con invasores externos y monta un ataque para destruirlos), genéticos y ambientales. Esta variante de la enfermedad recibe el nombre de diabetes juvenil porque por lo general se presenta en niños, adolescentes y adultos jóvenes.

¿Y qué causa la diabetes tipo 2?

La mayoría de los pacientes con diabetes tipo 2 comparten una característica: casi el 90% tiene exceso de peso. No es coincidencia. El sobrepeso es el factor independiente que más contribuye al desarrollo de la enfermedad. Adelgazar es el paso más importante que puedes dar para controlarla (o prevenirla).

¿Qué tiene que ver el peso con la diabetes?

Imagina que el exceso de grasa corporal es un contaminante en tu tanque de gasolina. Como dijimos antes, la glucosa es el combustible que tu cuerpo necesita para funcionar. Normalmente, esta sustancia se mueve del torrente sanguíneo hacia el interior de las células, pero la grasa corporal interrumpe el proceso, segregando los llamados ácidos grasos libres.

Estos son responsables de, por lo menos, dos efectos indeseables: en primer lugar, hacen que las células ignoren la glucosa y la dejen flotando en la sangre; en segundo lugar, hacen que el páncreas produzca menos insulina. Estos dos efectos combinados son lo que convierte a los ácidos grasos libres en un peligro. Además, al alterar gravemente los procesos de absorción de glucosa y de producción de insulina, también contribuyen a elevar la presión arterial y los niveles de colesterol y triglicéridos (otro tipo de grasa).


Conseguir un peso saludable de acuerdo a cada persona es una manera de limpiar el tanque de gasolina para usar la energía de manera más eficiente. Cuanto menos grasa corporal haya, menor será la cantidad de ácidos grasos presentes en el torrente sanguíneo y, por ende, disminuirá la glucosa de la sangre (también llamada glucemia).

¿Cuáles son los síntomas de la diabetes?

Si bien al principio los signos son sutiles, no es imposible notarlos. Los síntomas serán más evidentes conforme vaya avanzando la enfermedad. Los indicios de una diabetes no controlada son los siguientes:

  • Sed excesiva
  • Mayor apetito
  • Ganas frecuentes de orinar
  • Fatiga
  • Vista borrosa
  • Infecciones frecuentes
  • Hormigueo en manos y pies
  • Disfunción sexual.

¿Podría tener diabetes sin saberlo?

Sí. Entre 30% y 50% de quienes viven con diabetes no saben que la tienen. El Colegio Estadounidense de Endocrinología afirma que la mitad de las personas que finalmente acuden a consulta con el experto llegan por complicaciones.

De hecho, mucha gente que padece diabetes y no lo sabe está bajo tratamiento para contrarrestar factores de riesgo cardiaco como hipertensión o concentraciones elevadas de colesterol. El problema es que no les han hecho un sencillo análisis de glucemia. Algunos investigadores aseguran que los doctores no están haciendo evaluaciones lo suficientemente profundas como para detectar la diabetes en personas con factores de riesgo conocidos, por lo que se pierde la oportunidad de detectar la enfermedad antes.

Si no te han diagnosticado y tienes razones para dudar, acude a consulta médica. En las primeras etapas, es muy fácil controlar la diabetes; no obstante, el padecimiento es silencioso, por lo que va dañando el cuerpo lentamente sin producir síntomas muy claros. Mantente pendiente de los signos sutiles.

¿Hay otros factores de riesgo?

Además del sobrepeso, fíjate en estos aspectos:

  1. Antecedentes familiares. Si algún miembro de tu familia inmediata (padres, hermanos o abuelos) padece la enfermedad, corres mayor riesgo de desarrollarla.
  2. Raza. La diabetes tipo 2 es más común entre personas de ascendencia africana, hispanoamericana, indígena y asiática. La diabetes tipo 1 afecta con mayor frecuencia a personas de raza blanca, en especial aquellas con ascendientes del norte de Europa.
  3. Edad. La diabetes tipo 1 por lo general aparece en la niñez o adolescencia. La diabetes tipo 2 casi siempre se presenta después de los 40 años, aunque hoy por hoy se está detectan- do en personas más jóvenes.

Cómo prevenir la diabetes

1. Adopta una alimentación saludable

La alimentación juega un papel fundamental en la prevención de la diabetes. Opta por una dieta equilibrada y rica en alimentos nutritivos. Aquí hay algunos consejos clave:

  • Consume una variedad de frutas y verduras frescas.
  • Prefiere granos integrales en lugar de granos refinados.
  • Limita el consumo de alimentos procesados y azucarados.
  • Reduce la ingesta de grasas saturadas y trans.
  • Controla las porciones y evita comer en exceso.

2. Mantén un peso saludable

El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo importantes para desarrollar diabetes tipo 2. Mantener un peso saludable es clave para prevenir la enfermedad. Aquí tienes algunas recomendaciones:

  • Realiza actividad física regularmente.
  • Busca un equilibrio entre la ingesta de calorías y el gasto energético.
  • Evita el sedentarismo y encuentra formas de moverte más a lo largo del día.
  • Consulta con un profesional de la salud para establecer un plan de pérdida de peso si es necesario.

3. Haz ejercicio regularmente

El ejercicio regular es esencial para prevenir la diabetes y mantener una buena salud en general. Aquí te presentamos algunas sugerencias:

  • Realiza actividades físicas que te gusten y te motiven. Puedes optar por caminar, correr, nadar, practicar deportes o hacer ejercicio en casa.
  • Establece metas realistas y gradualmente aumenta la intensidad y duración de tus sesiones de ejercicio.
  • Incorpora ejercicios de fuerza para fortalecer tus músculos y mejorar tu metabolismo.
  • Mantén una rutina constante y busca oportunidades para moverte a lo largo del día, como subir escaleras en lugar de usar el ascensor.
  • Consulta con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier programa de ejercicios para asegurarte de que sea seguro y adecuado para ti.

4. Controla tu consumo de azúcar

Reducir el consumo de azúcar es crucial para prevenir la diabetes y mantener niveles saludables de glucosa en sangre. Aquí hay algunas recomendaciones:

  • Lee las etiquetas de los alimentos y evita aquellos que contienen altos niveles de azúcar añadida.
  • Limita el consumo de bebidas azucaradas como refrescos, jugos y bebidas energéticas.
  • Opta por opciones más saludables como agua, té sin azúcar o infusiones naturales.
  • Utiliza edulcorantes naturales en lugar de azúcar refinada cuando sea necesario.

5. Controla el estrés

El estrés crónico puede afectar negativamente la salud y aumentar el riesgo de desarrollar diabetes. Aquí tienes algunas estrategias para controlar el estrés:

  • Práctica técnicas de relajación, como la meditación, la respiración profunda o el yoga.
  • Encuentra actividades que te ayuden a desconectar y relajarte, como leer, escuchar música o dar un paseo en la naturaleza.
  • Establece límites saludables en tu vida diaria y aprende a decir “no” cuando sea necesario.
  • Busca apoyo emocional y habla con amigos, familiares o un profesional de la salud si te sientes abrumado.

Y por último, adoptar una alimentación saludable, mantener un peso adecuado, hacer ejercicio regularmente, controlar el consumo de azúcar y manejar el estrés son estrategias clave para prevenir y controlar esta enfermedad silenciosa.

Recuerda que prevenir la diabetes es un compromiso a largo plazo. Es importante consultar con un profesional de la salud para obtener orientación personalizada y realizar chequeos regulares.

Lilo Flores

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