La cena debe de ser ligera y estar cargada de nutrientes, a fin de brindarle al organismo lo que necesita para todas las labores que llevará a cabo mientras duermes.
Sin importar la hora a la que cenes, seguramente la disfrutas enormemente porque te brinda un tiempo de relajación al final del día. Puede ser un evento familiar o social muy activo o, por el contrario, algo más tranquilo para una o dos personas. Lo importante es que comas algo nutritivo, por lo cual te vendrá bien encontrar un sistema que te funcione para preparar las meriendas.
Algunas personas prefieren planear con anticipación las comidas exactas para cada día de la semana y seguir las recetas correspondientes, mientras que a otras les gusta resolver en el momento según los alimentos que encuentran en el refrigerador y el tiempo del que disponen. Si cocinas para la familia y tienes horarios complicados o solo puedes hacer la compra una vez a la semana, el enfoque estructurado parece la opción más sencilla.
Cuando la mesa esté puesta y los alimentos listos, finalmente habrá llegado la hora de cenar. Encárgate de servir las porciones individuales de comida en la cocina, es decir, evita llevar las ollas a la mesa. Así todos comerán menos. Ten presente las porciones del Plato del Buen Comer y recuerda que no es necesario tapizar los platos.
Deshazte de las distracciones a la hora de la cena. No veas la televisión ni revises tu teléfono. Tampoco leas. Concéntrate en saborear cada bocado. Disfruta la compañía y la conversación de tus acompañantes. Al comer sin prestar atención, terminarás consumiendo más de lo que planeabas y tal vez ni lo notes.
Cada vez más gente alrededor del mundo vive sola, lo cual significa que muchos de nosotros cocinamos para una persona. Esto definitivamente tiene sus ventajas: puedes comer lo que quieras cuando quieras. No obstante, es muy probable que se te dificulte hallar la motivación para preparar una cena nutritiva todas las noches.
Casi todas las recetas rinden 4 porciones, así que tendrás que ajustarlas; también podrías guardar una porción para el día siguiente y congelar el resto para otra semana. Existen recetarios especialmente diseñados con cantidades individuales, por lo que valdría la pena conseguir alguno o buscar en línea.
Hoy en día, muchos supermercados empacan porciones individuales de carne, pescado y comida preparada o sopas de menor tamaño. Lo mejor es que también puedes comprar alimentos frescos por pieza para elegir el tamaño y la cantidad. Seguramente, en las tienditas locales podrás conseguir porciones individuales y seleccionar los productos que necesites.
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