Leemos libros, revistas y blogs. Comparamos notas, intercambiamos consejos y contamos historias desgarradoras de las trincheras. Con todo esto, es sorprendente que alguien se anime a tener un segundo hijo. Pero, a fin de cuentas, ser un buen padre o una buena madre se reduce a las preguntas que nos hacemos durante 20 años y a las respuestas que logramos obtener.
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Este es uno de los mejores consejos que hemos oído, y no solo se refiere a los bebés (no toques su frazada ni ajustes la posición de su cabeza mientras duerme) sino a niños más grandes también. Si tu hijo está bien, déjalo ser. ¿Has visto a esos padres que persiguen a su retoño mientras este juega feliz para ponerle un suéter o darle una manzana, o que presionan a su hijo adolescente para sugerirle que tome un curso avanzado y mejore sus notas? Se les llama “padres helicóptero”. No seas uno de ellos; son de lo más molestos.
Desde el principio, los niños necesitan una rutina. No tiene que ser rigurosa ni sobrecargada, simplemente general: reglas sobre horarios para ver la televisión e ir a dormir que permanezcan iguales. Atención, adultos responsables: esto hace que los niños se sientan seguros. Sin constancia ni límites, el mundo puede ser un lugar aterrador.
Los niños de todas las edades sufren decepciones. Lo que marca la diferencia es cómo respondes a ellas. Es probable que el trágico suceso no te parezca devastador, pero si has prestado atención a tu hijo comprenderás cómo encaja en su mundo y por qué es importante. No lo descartes como algo trivial, ni (por más tentador que resulte) lo tomes a broma. En vez de eso, trata de expresar una empatía auténtica. Seguramente tendrás algo útil que decir, o el abrazo que des lo dirá por ti.
Los niños escuchan y observan… a veces precisamente cuando quisiéramos que no lo hicieran. De ti aprenden a ser educados, a hacer trabajo voluntario, a cumplir su palabra y a leer en vez de pasar horas viendo televisión. Tus hijos obtienen sus valores de ti, todos los días, en todos los sentidos
“No existe el tiempo de calidad, tan solo el tiempo”, comentó el actor y padre de familia Timothy Daly a un entrevistador, lamentando su nido vacío. “Echo de menos hacer rondas en el auto. Extraño los entrenamientos de futbol”, dijo. Luego, se disculpó para ir a visitar a su hija a la universidad.
Algunos niños tienen una personalidad definida desde el primer día de nacidos. Otros necesitan experimentar y probar distintas versiones de sí mismos. En algún momento, cualquiera de estas probabilidades puede llegar a enloquecerte. Recuerda que no estás para convertirlos en lo que quieres que sean, sino para ayudarlos a convertirse en la mejor versión posible de sí mismos.
Siempre. De manera incondicional. Todos, todos, tooooodos los días.
Recuerda que la crianza es un proceso único y personal, y cada familia tiene sus propias necesidades. No existe una fórmula perfecta para ser padre o madre, pero al estar abierto al aprendizaje y la mejora continua, estarás en el camino correcto para fortalecer tus habilidades parentales.
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