¿Cómo realizar un buen masaje?
Para aprovechar al máximo los beneficios de un masaje, es importante tener una atmósfera acogedora y observar algunas precauciones básicas.
El masaje es una extensión de nuestro instinto natural de brindar alivio por medio del tacto. Con la práctica, irás desarrollando tu propio estilo para dar masajes. Así sabrás cuándo usar aceites esenciales y qué técnicas van mejor con quien lo recibe. Te puede interesar leer: Conoce los beneficios de combinar la aromaterapia y los masajes
Prepara el ambiente adecuado
Selecciona una habitación limpia, ventilada y sin ruido. Los masajes tienden a bajar la presión arterial de quien lo recibe, así que ten cerca una manta o un calefactor. Una iluminación tenue y algo de música suave te ayudarán a crear una atmósfera relajante.
Una cama especial para masajes (con una abertura para la cara) suele reducir la pre- sión que se ejerce en la espalda de quien da el masaje y es más cómoda para quien lo recibe. También se puede utilizar una mesa grande y firme con varias mantas, o una cama indivi- dual con colchón firme.
La vestimenta
Te recomendamos darte antes un baño, tener las uñas cortas, vestir ropa holgada y cómoda, usar zapatos sin tacón y retirar toda tu joyería.
Pide a la persona que se quite las gafas, los accesorios y la ropa, aunque puede dejarse los calzoncillos. Para mantener su calor y comodidad, cubre con una toalla o sábana las partes de su cuerpo que no estés masajeando. Usa pañuelos de papel y una solución desinfectante para limpiar sus pies antes de trabajarlos.
Comienza el masaje
Al empezar, calienta en tus manos un poco de aceite base (el de almendras es el más común). Usar demasiado hará quela zona que masajees se vuelva muy resbaladiza, y usar muy poco irritará la piel. Procura mantener un estado de ánimo positivo, con una respiración profunda para no transmitir estrés ni tensiones. Ambas personas deberán permanecer en silencio durante toda la sesión.
Medidas de seguridad
La regla de oro aquí es no lastimar, ni a uno mismo ni a la persona a la que se masajea. Sigue estas recomendaciones para garantizarlo.
Alimentos y bebidas
Hidrátate y come bien una hora antes de la se- sión, ya que dar un masaje puede ser agotador.
Postura y respiración
Mantener una buena postura durante la sesión es esencial: conserva la espalda recta y el abdomen fuerte, y procura no tensar el cuello. Hacer estiramientos antes y después te ayudará a mantener la flexibilidad de tu cuerpo. Procura coordinar tu respiración con la de la otra persona, pues así te será más fácil detectar la respuesta de su cuerpo a tus movimientos, lo que te ayudará a dar un mejor masaje.
Contraindicaciones
Estas son algunas afecciones en las que está contraindicado dar masaje.
- Artritis o reumatismo: Evita hacer presión directamente en la columna vertebral y las articulaciones y, sobre todo, evita presionar demasiado en articulaciones inflamadas por artritis o reumatismo.
- Esguinces y fracturas: No se debe masajear sobre un esguince o fractura. Además de ser doloroso, puede provocar más daño. Espera a que la zona se recupere.
- Cáncer: Si una persona está bajo tratamiento contra el cáncer, un masaje puede hacer más daño que bien. En caso de que esté en remisión, pregunta al médico si puede recibir un masaje.Diabetes: Las personas con diabetes suelen tener problemas de circulación, lo que puede ocasionarles pérdida de sensibilidad en piernas y pies, y por ello es posible que no sientan del todo la presión que ejerces. Si es el caso, pide que consulten primero con su médico y siempre realiza el masaje con precaución.
- Dolor de cabeza y migrañas: Jamás des un masaje a una persona con migraña, pues podrías agravar los síntomas. Ante un dolor de cabeza por tensión o rigidez muscular, un masaje delicado puede ayudar.
- Problemas cardiacos: Los masajes pueden estar contraindicados con algunos tipos de medicamentos para estas afecciones. Consulta a la especialista.
- Lesiones recientes: No masajees zonas con lesiones recientes, como traumatismo cervical o esguince muscular.
- Inflamaciones: Nunca se debe masajear una zona muy inflamada, ya que se aumentará el flujo de sangre al lugar y esto suele intensificar el dolor. Sin embargo, masajear la zona afectada después de que se haya desinflamado puede ser benefi- cioso para eliminar las toxinas y desechos que quedaron del proceso de sanación.
- Embarazo: Por lo general, el masaje está contraindicado durante el primer trimestre, ya que en este periodo el feto aún no ha terminado de instalarse en el útero. No obstante, un profesional capacitado puede dar un masaje ligero, evitando siempre tocar ciertos puntos de acupresión que podrían desencadenar el trabajo de parto.
- Adultos mayores: El masaje es una excelente opción para tratar dolores musculares en personas mayores. El aumento del flujo linfático fomenta la circulación y refuerza el sistema inmunitario. Sin embargo, el masaje está contraindicado si se padece de osteoporosis, artritis crónica y huesos frágiles o debilitados. De cualquier forma, el masaje siempre debe ser muy delicado.
- Cirugías: Cuando una persona se está recuperando de alguna cirugía, masajear las cicatrices no solo le será doloroso, sino que además podría ocasionarle nuevas lesiones.
- Trombosis: Si la persona padece algún problema circulatorio, como trombosis venosa profunda (TVP), evita los masajes, ya que existe el riesgo de desprender un coágulo que pudiera llegar al corazón o al cerebro y provocar una embolia. Los síntomas más comunes de la TVP incluyen dolor en pantorrillas, inflamación de pies, un bulto o hematoma en la pierna afectada y dolor al elevar un pie.
- Enfermedades graves: Asesórate con un profesional de la salud antes de dar un masaje a una persona que padezca una enfermedad grave.
- Afecciones cutáneas: Evita dar masaje directamente sobre afecciones cutáneas que sean muy sensibles o contagiosas, como salpullidos, alergias, úlceras, abrasiones, forúnculos, cortaduras, mordeduras, hematomas, cicatrices en recuperación, quemaduras solares o heridas. Los masajes pueden irritar o propagar la afección, lo que podría agravarla o exponerte a contraerla. Si tienes sospechas, usa guantes de hule.
- Enfermedades sistémicas: Si la persona que recibirá el masaje tiene gripe o fiebre, un masaje empeorará su estado, ya que las células enfermas se dispersarán por su cuerpo. Además, corres el riesgo de contagiarte. Nunca des un masaje si uno de los dos tiene alguna de estas enfermedades.
- Várices: Evita masajear sobre las várices y alrededor de ellas. Si las venas no son tan frágiles, puedes presionar la zona muy ligeramente con aceites esenciales, no sin antes haber consul- tado con el médico.