Un resfriado suele ser inofensivo, pero las infecciones más fuertes elevan en más del doble el riesgo de sufrir un infarto o un EVC. Esto lo descubrió un estudio publicado en el European Heart Journal que consistió en analizar las historias clínicas de más de dos millones de pacientes.
Las infecciones respiratorias provocan una respuesta inflamatoria generalizada que afecta los vasos sanguíneos y, en ocasiones, precipita la rotura de las placas de ateroma de las paredes arteriales. Es por eso que los médicos recomiendan a las personas con cardiopatías que se apliquen la vacuna contra la influenza una vez al año.
Si bien es posible que te enfermes aun con esta medida, los síntomas no serán tan intensos y correrás menor riesgo de sufrir complicaciones.
Para algunos investigadores, las infecciones leves podrían relacionarse con el desarrollo no solo de la aterosclerosis, sino también de un gran número de padecimientos adicionales, como la diabetes e, incluso, algunos tipos de cáncer.
Además, cada vez existen más pruebas de que las infecciones desempeñan un papel importante en el desarrollo de las enfermedades y los trastornos propios de la madurez.
Un equipo de médicos rusos incluso ha sugerido que la infección es lo que detona el proceso de envejecimiento en sí. Así como muchas otras afecciones específicas, el envejecimiento tiene “orígenes infecciosos”.
Esto quiere decir que al prevenir infecciones leves, como la gripe o la periodontitis, te estarás protegiendo no solo de los infartos, los EVC y la muerte prematura, sino también de muchas de las afecciones que se encuentran detrás de la discapacidad y los achaques típicos de la vejez.
Llevar una dieta saludable, hacer ejercicio y dormir siete horas todas las noches fortalece las defensas.
Seguramente piensas, como mucha gente, que los microbios viajan en la tos y los estornudos. Aunque eso es verdad, lo que quizá no sepas es que hay otros mecanismos de contagio mucho más frecuentes: uno suele pescar gripas y resfriados al estrechar la mano de alguien enfermo o al tocar la manija de una puerta o un teléfono contaminados.
De hecho, resfriarse es bastante difícil. Aunque toser o estornudar cerca de alguien puede favorecer el contagio de enfermedades, es mucho más probable que estas se transmitan al contacto con superficies infectadas.
Según estudios recientes, los virus que afectan el aparato respiratorio pueden sobrevivir en superficies sólidas hasta dos días. Por lo general, después de estrechar la mano de alguien, nos frotamos la nariz o los ojos; es algo que casi todos hacemos de modo inconsciente a cada rato. Por eso, si saludas de mano a alguien enfermo, es muy probable que te contagie.
Entonces, ¿cómo prevenir enfermedades? Es sencillo. La clave está en lavarse las manos bien y con frecuencia. Está comprobado que el lavado de manos frecuente reduce el contagio de resfriados incluso entre los habitantes de la misma casa.
Otra medida eficaz para mantener la gripe y los resfriados a raya es la desinfección periódica de las superficies caseras. Bastará con aplicar un poco de cloro diluido en agua.
Las manijas, las llaves de lavabos y fregaderos y las puertas del refrigerador suelen ser los principales culpables de la transmisión de enfermedades; los teléfonos, los teclados de la computadora, los apagadores, las superficies de la cocina y los paños de limpieza también albergan gérmenes.
A veces es imposible eludir los microbios de otras personas; para esos casos, lleva una pequeña botella de desinfectante hidroalcohólico para manos, ya sea en gel o en atomizador. Utilízalo después de estrechar la mano de alguien o tocar cualquier superficie en un espacio público.
Algunos investigadores llevaron a cabo un estudio para evaluar la facilidad con la que el virus de la gripe viaja de las superficies comunes a las yemas de los dedos.
Con esa idea en mente, pidieron a 15 adultos enfermos (con una infección por rinovirus, microbio causante de la mitad de todos los resfriados) pernoctar en un hotel para posteriormente analizar diez de las superficies sólidas de cada cuarto.
De los 150 sitios evaluados, 35% presentaba contaminación con virus asociados al resfriado común. Las superficies con mayor concentración de microbios fueron las manijas de las puertas, los bolígrafos, los apagadores, los controles remotos de la televisión, las llaves de los lavabos y los teléfonos.
Luego, los expertos pidieron a cinco voluntarios tocar los apagadores y los teclados o los auriculares de los teléfonos para verificar si los microbios se transferían a las yemas de sus dedos. Las muestras de piel evaluadas una hora después de este ejercicio arrojaron resultados positivos de contaminación en el 60% de los casos.
Los expertos hallaron microbios en una tercera parte de las muestras incluso 18 horas después del experimento. Los investigadores concluyeron que las personas resfriadas suelen contaminar las superficies de sus espacios y que los virus que dejan pueden transferirse al cuerpo de otros durante las actividades diarias.
Una de las razones por las que los virus del resfriado se resisten a nuestros intentos de mantenerlos a raya es que al movernos en lugares públicos resulta imposible identificar las superficies con microbios de alguien más.
Lo peor es que casi todas las infecciones respiratorias se transmiten por el contacto cercano con alguien de nuestro mismo entorno, especialmente niños en edad escolar. Por otro lado, las superficies se contaminan con gran facilidad, de modo que cuando un miembro del hogar o un visitante está enfermo, pone en riesgo a los demás.
Se ha comprobado, mediante distintos estudios, que el lavado de manos y la desinfección constante de superficies son las medidas más eficaces para protegernos frente a los resfriados y la gripe.
Durante una campaña para promover el lavado de manos, por ejemplo, un grupo de investigadores distribuyó gel desinfectante entre estudiantes que vivían en dormitorios universitarios. Al cabo de un tiempo, se observaron menores tasas de ausentismo y episodios de gripe y resfriados entre esta población que entre los estudiantes que no habían participado en la campaña.
Y, según un estudio canadiense, utilizar spray desinfectante para limpiar superficies contaminadas reduce el número de virus del resfriado en más del 99.99% en tan solo un minuto.
¿Por qué necesitas líquidos? El proceso inflamatorio que suele acompañar la gripe y los resfriados “espesa” la sangre y eleva la propensión a formar coágulos. Esta situación empeora cuando, además, te da fiebre.
Y es que en esos casos, el cuerpo pierde líquidos. Si te resfriaste, haz todo lo necesario para hidratarte bien. Por eso refuerza tu sistema inmune en casa con estos hábitos.
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