De agruras a diarrea… es normal que la digestión y el apetito se alteren de vez en cuando y causen malestar en la panza. Por lo general, esto se resuelve sin mayor problema; basta con cuidar la alimentación y, de ser necesario, recurrir a remedios naturales.
El malestar casi siempre se debe a malos hábitos alimentarios, como engullir la comida sin masticarla bien, o excederse en el consumo de platillos pesados. Una alimentación alta en carbohidratos refinados y baja en fibra también ocasiona muchas alteraciones, como el estreñimiento. Existen remedios naturales útiles para calmar las molestias, pero lo mejor siempre es adoptar medidas preventivas: poner atención durante las comidas y aumentar el consumo diario de fibra y agua. Así mantendrás los problemas a raya.
Esta puede deberse a muchas razones, como cansancio y ansiedad. Los resfriados afectan nuestra sensibilidad olfativa y gustativa, por lo que comer pierde su encanto. Algunos medicamentos pueden tornarnos inapetentes, pero esto se revierte al concluir el tratamiento. A veces la falta de apetito es signo de padecimientos graves, como cáncer. Consulta con tu médico si tu inapetencia:
Si no toleras una comida completa, opta por pequeños refrigerios saludables, como verduras al vapor, distribuidos a lo largo del día. También puedes beber jugos de frutas o verduras recién preparados. La genciana (Gentiana lutea) y la artemisia (Artemisia vulgaris) estimulan el apetito; como son amargas, lo mejor es tomar pequeñas dosis de las tinturas correspondientes (5-10 gotas antes de cada comida).
Según algunos estudios recientes, la insuficiencia de cinc puede provocar falta de apetito, así que tomar complementos tal vez resulte benéfico. Consulta con tu médico antes de consumirlos, pues su uso excesivo o prolongado puede ser peligroso. Si la ansiedad o el estrés te quitan las ganas de comer, relájate: date baños con aceite esencial de lavanda, haz respiraciones profundas o sal a caminar.
Es común que los síntomas de la indigestión, como las náuseas, la flatulencia y la distensión abdominal, se presenten después de comer demasiado. Recostarse casi inmediatamente tras una comilona puede desencadenar una sensación de ardor y acidez en el estómago y el pecho, es decir, agruras. Otras de sus causas comunes son:
Aunque la indigestión llega a ser muy incómoda, no es normal que se presente con dolor estomacal. Si te duele el estómago y has perdido peso, vomitado o padecido diarrea o estreñimiento por mucho tiempo, acude a consulta médica.
Para prevenir las agruras y la indigestión, opta por alimentos comunes de fácil digestión. Mastica muy bien y tómate tu tiempo entre bocados. Baja tu con- sumo de cafeína y suspende todo alimento dos horas antes de irte a dormir.
Sustituye el café de la sobremesa por una infusión de menta, manzanilla o jengibre. También puedes adoptar la costumbre india de masticar semillas de hinojo, eneldo, anís o alcaravea (Carum carvi). Con dos o tres piezas de jengibre cristalizado se aplaca la indigestión. Con el fin de calmar las agruras de forma provisional, disuelve una cucharadita de bicarbonato de sodio en un vaso de agua y bébelo.
Sus causas más comunes son:
A veces, el dolor estomacal es indicio de padecimientos más graves, como cáncer. El tratamiento de este síntoma depende de la causa, así que el diagnóstico médico resulta fundamental.
Aunque la capacidad del estómago es de casi 1.7 litros de sólidos o líquidos, tu consumo debe mantenerse muy por debajo de estas cifras para evitar cualquier malestar. En ocasiones, las infusiones de manzanilla y menta o de jengibre y salvia calman el dolor estomacal (evita la salvia durante el embarazo). Mezclar un poco de agua con corteza de olmo rojo también podría darte alivio.
Si la molestia es causada por estrés, haz un poco de ejercicio (caminata, baile o yoga). Las prácticas relajantes como la meditación y el tai chi también son útiles. El punto de digitopresión CV 6, que se encuentra dos dedos por debajo del ombligo, podría calmar el dolor estomacal. Presiona este punto suavemente durante dos minutos.
La primera es la sensación de querer vomitar, mientras que la segunda es la expulsión violenta e involuntaria del contenido estomacal. Por lo general, ambos se asocian a:
Aunque las náuseas y el vómito duran poco y no son signo de alarma urgente, debes consultar al médico si las molestias duran más de 48 horas, si vomitas sangre, o si, además de vomitar, hay salpullido.
El jengibre es famoso por aliviar las náuseas y el vómito sin importar su origen (embarazo, quimioterapia, etc.). Toma una infusión de menta; según los expertos naturistas, la menta reduce el reflejo nauseoso porque anestesia el recubrimiento estomacal. También puedes presionar con fuerza el punto P6, ubicado en la cara interna del antebrazo, dos o tres dedos arriba de la muñeca.
Si las náuseas son por estrés, date un baño tibio con 4-8 gotas de aceite de sándalo o lavanda para calmarlas. Tomar una infusión de marrubio negro (Ballota nigra) también suele ser útil. Asimismo, podrías ponerte una compresa fría en la frente, que te ayudará mucho si la molestia se debe a una migraña.
Se entiende por colon irritable a la alteración de la función de defecación (estreñimiento, diarrea o ambos) que se presenta con dolor o distensión abdominal. Aunque se desconocen las causas, algunos terapeutas naturistas la asocian con:
Las siguientes medidas te podrían ayudar con los síntomas: hacer varias comidas ligeras al día, en vez de tres más pesadas; eliminar por completo el gluten de tu dieta; comer menos grasas y más proteínas y carbohidratos complejos.
Según algunos estudios, el consumo de alcachofa puede calmar los síntomas de colon irritable. Si el estrés te desencadena el malestar, haz ejercicio, tai chi o yoga para relajarte, prevenir los ataques y com- batir las molestias.
Si padeces de colon irritable y el dolor abdominal es constante, masajea el área del abdomen bajo con aceites esenciales de pimienta negra, salvia esclarea o romana (Salvia sclarea) o flores de azahar. Para combatir los espasmos y retortijones usa mejorana, comino, hinojo, canela y menta.
El exceso de gas intestinal, que tarde o temprano se libera por vía anal, puede venir acompañado de distensión abdominal y estreñimiento. Algunas de sus causas son:
■ consumo de alimentos difíciles de digerir
■ intolerancias alimentarias
■ ingesta de demasiado aire al comer
■ fermentación de alimento en los intestinos.
Aunque las flatulencias resultan incómodas y vergonzosas, no son graves. Si el problema no cede o experimentas dolor, consulta al médico.
Las semillas de hinojo ayudan a desalojar el gas intestinal atrapado. Tan solo mastica muy bien una cucharadita de semillas después de comer. En ocasiones, las infusiones de jengibre o de menta estimulan la expulsión de gas. Los especialistas en medicina Ayurveda utilizan la cúrcuma como remedio rápido contra las flatulencias. Muele una cucharadita de esta especia y disuelve en una taza de agua. Cuela, añade leche o aceite de coco (para facilitar la absorción) y bebe la mezcla de inmediato.
Los puntos de digitopresión CV 6 (dos dedos debajo del ombligo) y CV 12 (cuatro dedos arriba del ombligo) podrían ayudar a liberar el gas. Presiona firmemente cualquiera de estos sitios por dos minutos. No presiones el punto CV 12 en caso de tener trastornos estomacales inflamatorios, como úlceras.
La frecuencia normal de defecación varía según la persona. Se dice que hay estreñimiento cuando esta actividad resulta incómoda, no se ajusta a un patrón habitual o se asocia a heces demasiado duras. Algunas de sus causas son:
Si el estreñimiento se presenta sin razón aparente y se prolonga por más de una semana, consulta con el médico. Mucha gente recurre a los laxantes, pero no es bueno utilizarlos por periodos largos.
Para mejorar la función intestinal, modifica tus comidas poco a poco: añade granos enteros y más frutas y verduras crudas o cocidas, en especial, ciruelas pasas. Toma ocho vasos de agua al día y ejercítate para tonificar todo el cuerpo.
Algunas hierbas tienen propiedades laxantes, pero, al igual que los medicamentos, solo deben utilizarse por periodos breves. Prueba infusiones de alholva (Trigonella foenumgraecum), linaza o verbena. Al contacto con el agua, la cáscara de la semilla de plantago (Psyllium plantago) se hincha y adopta una consistencia mucilaginosa; bebe esta solución para estimular el tránsito de materia fecal por el intestino.
Se trata de la evacuación frecuente de materia fecal líquida. Algunas de sus causas más comunes son:
En general, la diarrea desaparece por sí sola, pero es recomendable hablar con el médico si se prolonga por más de dos días, si los episodios son frecuentes, si hay evacuaciones con sangre o si el afectado es un niño.
El arroz blanco tiene un efecto aglutinante en el intestino; consúmelo en porciones pequeñas (no añadas nada) hasta que cesen las evacuaciones. La infusión de manzanilla contiene compuestos que previenen los espasmos intestinales y combaten la inflamación. Por su contenido de pectina, el puré de manzana ayuda a compactar la materia fecal.
La agrimonia (Agrimonia eupatoria) es un remedio suave y eficaz, muy recomendable para los niños en particular. Si la diarrea es por estrés, usa aceites esenciales de manzanilla, enebro (Juniperus communis), lavanda o sándalo; añade 6-8 gotas del aceite de tu preferencia a un recipiente con agua hirviendo e inhala los vapores. Si la diarrea se debe a ansiedad o tensión, adopta actividades relajantes como practicar yoga o hacer respiraciones profundas.
Son venas edematosas o dilatadas en la región anal, que comúnmente se presentan por presión en el recubrimiento del área. Síntomas característicos:
El tratamiento depende de la intensidad de la molestia. Las cremas y supositorios de venta libre pueden ayudar a combatir la dilatación hemorroidal. En casos graves, el doctor tal vez recomiende cirugía.
Consumir más fibra y agua e intentar defecar con cierta frecuencia te ayudará a prevenir las hemo- rroides o aliviar los síntomas. Se recomienda utili- zar papel higiénico húmedo sin aroma después de evacuar para mantener el área limpia y minimizar el malestar. Los baños de asiento también reducen la dilatación en la región anal. Llena la tina de agua caliente hasta cubrir la cadera y toma un baño de 20 minutos. Después sumerge brevemente la mitad baja del cuerpo en agua fría.
Se cree que la escina, un principio activo de la castaña de Indias (Aesculus hippocastanum), reduce el edema y tonifica las venas. Tritura la castaña de Indias y mezcla con aceite de coco para preparar un ungüento, y aplica en la región anal. El agua de hamamelis (Hamamelis virginiana) es un antiinflamatorio natural que contrae las venas dilatadas. Sumerge una bola de algodón en esta sustancia y coloca sobre el área.
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