Alguna vez Benjamin Franklin dijo: “Cuando ya no sientas la necesidad de cambiar, ya no tendrás esperanzas”. ¿Pero cómo puedes saber que te estancaste? Una pista: cada día se ve igual al día anterior y al día siguiente, e incluso puedes hacer tu rutina diaria con los ojos cerrados. Es momento de cambiar y buscar lo que te has estado perdiendo.

Evalúa las cosas

Realizar la misma tarea de la misma manera día tras día puede ser seguro, familiar y cómodo. Pero si sigues haciendo lo mismo por mucho tiempo, eventualmente tu zona de confort empezará a pa- recer una jaula. El gurú de la mercadotecnia Seth Godin dice: “Somos humanos; es nuestra naturaleza. Erigimos barreras y dejamos que nos atrapen”. Evalúa a fondo tu vida —tu horario, tus actividades, tus relaciones— y pregúntate si alguna vez te pasa algo nuevo, si hay sorpresas de vez en cuando o si sientes que estás aprendiendo y creciendo en el ámbito personal o profesional. Si la respuesta es “no”, entonces te atrapó la rutina.

Tómatelo con calma

No le tienes que dar a tu vida un giro de 180 grados para salir de la rutina, ni tienes que hacer todos los cambios al mismo tiempo. Es cierto que, si en la misma semana renuncias a tu empleo, vendes
la casa y te separas de tu pareja, tu vida quedará totalmente revuelta, pero eso no necesariamente renovará tu perspectiva. Aunque las modificaciones que hagas sean diminutas, son pequeños pasos en una dirección diferente que contribuirán a generar un cambio mayor. Y si sientes que no puedes aquí te dejamos algunas claves para disfrutar más la vida.


Toma un camino diferente

A veces la mejor manera de cambiar de aires es simplemente variar tu rutina. No tomes las avenidas y en cambio opta por calles secundarias. Ve una película que esté en un idioma que nunca habías escuchado. Si normalmente vas al gimnasio los miércoles para tomar una clase de spinning, mejor da una largo paseo a pie. Saca todo lo que haya en la sala y luego acomódalo de una manera totalmente diferente o cambia algunas cosas por otras que tengas en otra habitación de la casa. Juega a ser turista en tu propia ciudad y acude a restaurantes, tiendas o museos que normalmente no visites. La idea es ver el mundo desde otra perspectiva.

Atrévete

Si aun haciendo pequeñas modificaciones no progresas, tal vez lo que necesitas es cambiar de profesión, terminar esa relación que no avanza o mudarte a otra ciudad. Quizá en un principio el shock te deje sin aliento, pero de eso se trata.

Lilo Flores

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