Socializar es una parte importante de la vida humana. Nos ayuda a conectarnos con los demás, a aprender sobre diferentes culturas y a desarrollar nuestras habilidades sociales. Sin embargo, para algunas personas, la socialización puede ser un desafío.
Las personas con una vida social activa viven más tiempo, disfrutan de una mejor salud en general y presentan menos depresión que las personas sin conexiones sociales.
Según una revisión de 148 estudios con un total de más de 300 000 participantes, el aislamiento social es en la actualidad uno de nuestros mayores riesgos para la salud. Resulta tan devastador como el tabaquismo y el abuso del alcohol, y apenas menos peligroso que la falta de ejercicio y la obesidad.
Hay que darle la importancia debida a este tema, que puede ser la próxima epidemia de salud a la que se enfrente el planeta entero.
Desde la infancia, las amistades y las relaciones interpersonales estrechas nos brindan una sensación de seguridad; además, los humanos somos animales de manada por naturaleza, es decir, criaturas sociales.
En ese aspecto, desde el punto de vista hormonal hay diferencias entre los sexos. Según un estudio, las mujeres tienden a proteger a los demás y a establecer nuevos contactos, incluso en situaciones de peligro, mientras que los hombres se inclinan más por la lucha, ya sea por la familia o por una “causa”, o bien emprenden la huida.
Para ambos sexos, los fuertes lazos sociales a lo largo de la vida tienen un efecto positivo medible en el bienestar físico y mental. La unión amistosa calma y relaja, entre otras cosas, reduciendo la liberación de hormonas del estrés que aceleran los latidos del corazón. Este efecto aumenta el bienestar, ya que nuestro cuerpo funciona mucho mejor cuando no está sometido a estrés.
Se ha demostrado que las personas que cuentan con el apoyo de su familiares y amistades son menos propensas a sufrir infartos de miocardio y trastornos relacionados con la salud mental. Además, una vida social activa puede prevenir la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia en personas de la tercera edad.
Según una extensa encuesta llevada a cabo a nivel internacional, incluso las personas cuyo rendimiento mental disminuye no son infelices mientras tengan una red de lazos sociales sólidos.
Como hemos visto, entablar relaciones con los demás nos ayuda a tener una mejor calidad de vida. Muchos de los procesos fisiológicos que evitan tanto las enfermedades como el estrés están vinculados a la presencia o a la ausencia de contactos sociales y redes de apoyo. Si te cuesta trabajo entablar amistades, pon en práctica los consejos que te presentamos a continuación.
Sí, es verdad, las viejas amistades nos conocen mejor, pero no tienes que conformarte únicamente con un pequeño círculo social. Entabla una conversación con alguien que veas a menudo cuando caminas por el vecindario, cuando vas al gimnasio, cuando estás de compras en el supermercado, cuando caminas por el parque o cuando acudes al servicio religioso en la casa de oración.
Luego ve un paso más allá y pregunta si le gustaría acompañarte a tomar un café. Son altas las probabilidades de que esa persona esté encantada de hacerlo.
Mucha gente siente el deseo de hacer un trabajo que sirva al bien común, pero no tiene la oportunidad durante su vida laboral normal. Según los expertos, realizar trabajo voluntario trae consigo un sinfín de beneficios para la salud, derivados de las hormonas del bienestar que inundan el organismo cuando hacemos algo beneficioso por otras personas sin esperar nada a cambio.
Si juegas tenis, haces pesas en el gimnasio o practicas otro deporte, agrega una actividad final con algunos de tus compañeros que creas que estén disponibles: diles que coman o almuercen juntos o que tomen un jugo verde al terminar el ejercicio. Comparte historias con las personas para que se conviertan en algo más que conocidos.
Hay muchas maneras de ampliar tu círculo social, incluso si no puedes salir con tanta frecuencia. Localiza a viejas amistades por Internet. Organiza un evento en tu comunidad y ofrece algunas reuniones en tu casa. Únete a un club o inscríbete en una clase que se reúna solo una vez a la semana o una vez al mes, o prueba una clase en línea. Haz una lista de personas que deseas que formen parte de tu vida social, incluidos tus vecinos. Planea hacer algo con ellos, como preparar una comida o ver una película.
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