Sumérgete en agua helada

¡Qué manera de quemar grasa! Un nuevo estudio explora los vínculos entre la termogénesis inducida por el frío, el metabolismo y tu reloj corporal. Si has seguido las tendencias del bienestar, seguramente ya oíste hablar de la terapia con agua fría. Esta opción, también llamada “inmersión en frío”, se ha hecho cada vez más popular

 ·  24/03/2025
Sumérgete en agua helada

¡Qué manera de quemar grasa!

Un nuevo estudio explora los vínculos entre la termogénesis inducida por el frío, el metabolismo y tu reloj corporal.

Si has seguido las tendencias del bienestar, seguramente ya oíste hablar de la terapia con agua fría. Esta opción, también llamada “inmersión en frío”, se ha hecho cada vez más popular entre los atletas que buscan una mejor recuperación tras el entrenamiento, así como entre las personas de a pie que buscan un alivio no farmacológico de los síntomas de la depresión, el dolor articular y la inflamación. Queda claro que esta terapia ofrece un enfoque atractivo.

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La explicación científica

Ahora, una investigación sugiere que un chapuzón helado podría ayudar en otro aspecto: un estudio publicado en Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism en 2022 afirma que zambullirse en el frío a cierta hora del día tiende a favorecer el metabolismo.

Exponerse al frío es algo más que una experiencia gélida. Moviliza la grasa para alimentar los procesos termogénicos en órganos como el tejido adiposo marrón (TAM). Esto es fundamental para mantener la temperatura corporal. En los roedores, la actividad metabólica del TAM muestra un ritmo diurno, alcanzando su punto máximo al inicio del periodo de vigilia. Los investigadores se propusieron averiguar si esta variación diurna existe también en los seres humanos, y si difiere entre hombres y mujeres.

Resultados

En el estudio participaron 24 hombres y mujeres jóvenes y delgados que se sometieron a una sesión de enfriamiento personalizado de 2.5 horas por la mañana y por la noche utilizando colchones de agua. Los investigadores midieron su gasto energético y la temperatura cutánea sobre la clavícula, un marcador de la actividad del TAM, como reacción a esta exposición a las bajas temperaturas.

La respuesta del organismo al frío es más pronunciada por la mañana que por la tarde en los hombres, como indican el gasto energético y la temperatura de la piel sobre la clavícula. Las mujeres, en cambio, muestran una mayor tolerancia al frío por la mañana, pudiendo alcanzar un umbral de escalofríos más bajo.

No solo eso, sino que el estudio también descubrió que los niveles de ácidos grasos libres (AGL), un marcador de la descomposición y absorción de grasa por los tejidos productores de calor, aumentan más significativamente por la mañana que por la noche en ambos sexos. Curiosamente, otros biomarcadores lipídicos, incluidos los triglicéridos, el colesterol y el colesterol de lipoproteínas de alta densidad (LAD, o colesterol “bueno”), experimentaron un mayor aumento por la mañana, pero esto fue exclusivo de las mujeres.

El momento más adecuado

Dados los resultados de la investigación, ¿podrían fluctuar también los beneficios de la inmersión en frío en función de la hora del día? ¿Y podrían incluso diferir entre hombres y mujeres?


Aunque todavía se necesitan más estudios directos sobre este posible vínculo, la idea es tentadora. Comprender cómo responde el cuerpo al frío en distintos momentos del día podría ayudarnos a maximizar los beneficios de la inmersión en frío y otras prácticas de exposición a las bajas temperaturas.

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¡Presta atención!

Si bien la inmersión en agua fría y la termogénesis tienen beneficios potenciales para la salud, no están exentas de riesgos. El golpe de frío (el choque inicial por la exposición repentina al agua fría) puede ser peligroso, sobre todo para quienes padecen afecciones cardíacas. Algunos estudios sugieren que los baños de hielo regulares o la natación invernal pueden reducir la inflamación y los riesgos cardiovasculares. Sin embargo, otras investigaciones muestran niveles elevados de troponina, que indican daños en el músculo cardíaco, en los nadadores de invierno. Esto llevó al Dr. Jorge Plutzky, director de cardiología preventiva del Hospital Brigham and Women’s de Boston, a desaconsejar estas prácticas de terapia fría a cualquier persona con antecedentes cardíacos a través de un artículo de American Heart Association News.

Para atenuar la respuesta de choque se recomienda aclimatar gradualmente el cuerpo al agua más fría. Lee Hill, experto científico en temas de ejercicio del Instituto de Investigación del Centro de Salud de la Universidad McGill en Quebec, recomienda empezar lento y sugiere nadar al aire libre antes de que bajen las temperaturas y continuar a medida que vaya enfriando el clima. Si no es posible nadar al aire libre, propone tomar duchas o baños cada vez más fríos en casa y hacer ejercicio al aire libre.

Aunque los beneficios de la inmersión en agua fría y la termogénesis son prometedores, es esencial abordar estas prácticas con precaución, sobre todo en el caso de las personas con problemas de salud preexistentes. Como siempre, consulta a un profesional de la salud antes de iniciar cualquier nuevo régimen de salud.

El futuro

La Dra. Mariëtte R. Boon, investigadora principal del estudio, sugirió que, sobre todo en el caso de los hombres, ducharse con agua fría por la mañana podría ser más beneficioso.

Así que, la próxima vez que te plantees darte un chapuzón en frío, quizás quieras tener en cuenta el horario. Nuestros cuerpos son sistemas dinámicos, y comprender los ritmos que rigen las respuestas fisiológicas puede ayudarnos a optimizar nuestras rutinas de bienestar. Si tu objetivo es aumentar el gasto energético o estimular el metabolismo lipídico (la quema de grasas), un chapuzón matutino podría ser el camino a seguir.

Sin embargo, es importante recordar que las investigaciones en este campo están en curso. Todavía falta mucho por comprender.