Una digestión saludable
Una digestión saludable implica que nuestro organismo es capaz de obtener los elementos necesarios de cada comida y al mismo tiempo, eliminar lo innecesario.
Una digestión saludable se refiere a la capacidad de tu cuerpo para descomponer y absorber los nutrientes de los alimentos que consumes mientras elimina los desechos y las toxinas de manera eficiente.
Quizá hayas comenzado a tener problemas digestivos, como estreñimiento o indigestión. Si bien con la edad el organismo empieza a rechazar algunos alimentos, en realidad hay mucho que se puede hacer para facilitar el proceso de cambio.
Los alimentos se mueven en el organismo por medio de una serie de contracciones musculares, como una especie de ola. Con la edad, estas contracciones se vuelven más débiles, lo que dificulta la digestión.
Estos consejos te pueden ayudar:
- Lleva una dieta saludable, con abundante fibra.
- Toma mucha agua.
- Mantente en actividad.
- Toma probióticos (que se encuentran en los yogures y se venden como complemento). Algunas personas sienten que los probióticos —bacterias “buenas” que controlan los microorganismos que pueblan el intestino— alivian la hinchazón o el dolor abdominal.
- Evita el estrés, ya que altera la digestión y exacerba los síntomas de los trastornos intestinales. Practica yoga y técnicas de relajación, como la meditación.
Contra el estreñimiento
Cuando la materia fecal permanece en el colon demasiado tiempo, se reabsorbe mucho líquido y se produce estreñimiento (deposiciones poco frecuentes con heces duras y secas que no pasan con facilidad). Si tiendes a padecer este trastorno, quizá debas revisar tu alimentación, pues a menudo esta condición se debe a la deficiencia de fibra.
El 4% de los casos es producto del efecto secundario de algunos fármacos. El estreñimiento también se relaciona con la diabetes. Paradójicamente, los laxantes provocan este trastorno, ya que el intestino se habitúa a ellos y los necesita en dosis cada vez más elevadas para funcionar de forma adecuada. Además, los laxantes pueden interferir en la digestión y la absorción de los nutrientes, por lo que solo deben utilizarse a corto plazo.
A continuación te proponemos algunas maneras de prevenir el estreñimiento crónico, que puede resultar muy incómodo:
- Consume fibra.
- Come toda la fruta y los vegetales que te sea posible e intenta ingerir tres porciones diarias de granos enteros (una porción equivale a tres cucharadas de cereal o una rebanada de pan).
- Mantente en actividad constante. Muévete más y evita sentarte por periodos prolongados. Intenta hacer treinta minutos de actividad diaria, pues esto contribuye a regular el tránsito intestinal.
- Elige productos sin refinar. Consume arroz integral en lugar de blanco, y agrega a tu alimentación pastas elaboradas con harinas integrales.
- Toma agua. Los intestinos necesitan agua suficiente para funcionar bien; por lo tanto, no dejes de beber líquidos.
La importancia de la fibra
Como resultado de la dificultad de evacuar, se forman pequeñas bolsas (divertículos) en el intestino grueso, enfermedad conocida como diverticulosis. El problema parece ser una consecuencia directa de las dietas que contienen poca fibra.
No siempre hay síntomas, pero puedes experimentar dolor abdominal intermitente y cólicos, hinchazón, diarrea o estreñimiento y flatulencia o, incluso, sangrado del recto. Si los divertículos se inflaman (diverticulitis), puedes tener dolor intenso y constante, temperatura alta, náuseas y, en ocasiones, sangrado. Es necesario el tratamiento con antibióticos o, algunas veces, cirugía.