Alergias e intolerancias
Vivir con estas condiciones puede ser limitante e incómodo. En algunos casos se pueden revertir, y en otros hay que adaptarse a las nuevas circunstancias.
Se da una reacción alérgica cuando una sustancia normalmente inocua genera una respuesta anormal en el cuerpo. Las alergias y las intolerancias son dos tipos de reacciones adversas al consumo de alimentos. Aunque a menudo se utilizan indistintamente, existen diferencias importantes entre ellas.
Alergias
Las alergias alimentarias son reacciones del sistema inmunitario a una proteína presente en un alimento. El sistema inmunitario identifica la proteína como una amenaza y produce anticuerpos IgE para combatirla. Cuando el cuerpo vuelve a entrar en contacto con la proteína, los anticuerpos IgE se activan y liberan sustancias químicas que causan los síntomas de la alergia.
Intolerancias
Las intolerancias alimentarias no son reacciones del sistema inmunitario. Son causadas por la incapacidad del cuerpo para digerir o metabolizar un componente alimenticio.
Sigue estos tips para mantener las alergias a raya.
Lucha contra el moho
Si todo el año tienes tos y secreción nasal, te pican los ojos y la garganta, o si los síntomas empeoran en clima húmedo, es posible que tengas alergia a las esporas producidas por el moho. Habitan en todas las casas, pero son difíciles de notar a simple vista. El principal causante es el moho negro que crece en sitios oscuros y húmedos, como debajo de los tapetes del baño, en hendiduras de la cocina, en las lavadoras de ropa e incluso en las juntas de caucho del refrigerador. El moho también pude ser una mancha anaranjada, verde o café (marrón). Prueba estas ideas para combatirlo.
- ¡A limpiar! Con un cepillo duro, agua y jabón restriega todas las superficies propen- sas al moho. Hay aerosoles muy potentes para eliminar el moho resistente.
- Limpia las alfombras completamente.
- Arregla las causas estructurales de humedad y mejora la ventilación.
- Prueba un deshumidificador. Es necesario tener el recipiente de agua meticulosamente limpio.
- Mide la calidad del aire. Si la alergia persiste, tal vez valga la pena comprobar, con un dispositivo que se compra o alquila, si el aire de tu casa tiene esporas de moho.
Encuentra el equilibrio adecuado
Al querer prevenir alergias en los hijos, hay que sopesar los riesgos de poca higiene contra los beneficios de una exposición sana a alérgenos potenciales. El Dr. Marc McMorris, alergólogo pediátrico del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan, recomienda a los padres dejar a los hijos ensuciarse mientras juegan saludablemente al aire libre, a fin de que sus sistemas inmunitarios reciban el estímulo adecuado… siempre y cuando los niños se laven después.
Come yogur
Si tienes distensión abdominal o diarrea sin razón aparente o después de un acceso de gastroenteritis, podrías estar experimentando una intolerancia temporal a la lactosa de la leche. Prueba añadir yogur con cultivos vivos a tu dieta. Las bacterias “buenas” en este tipo de yogur ayudan a restaurar las bacterias saludables en el intestino. No hay peligro al consumirlo porque la mayoría de la lactosa en él ya se ha convertido en ácido láctico que no provoca ninguna reacción.
Consume más fibra
Investigaciones australianas revelan que los alimentos ricos en fibra fortalecen el sistema inmunitario. En el intestino, las bacterias descomponen la fibra en ácidos grasos de cadena corta, unas moléculas esenciales para el funcionamiento del sistema inmunitario, que también ayudan a evitar trastornos autoinmunes. El consumo diario recomendado de fibra para un adulto promedio es de 30 g al día de fibra proveniente de frutas y verduras frescas, cereales enteros, legumbres, frutos secos y semillas. Una rebanada de pan integral contiene 4 g de fibra y una manzana tiene casi 2 g.
Protege a través de las mascotas
Los niños que viven con dos animales de compañía los primeros años tienen menos probabilidades de desarrollar alergias; según la evidencia, el contacto con animales fortalece su sistema inmunitario. Estudios estadounidenses detectaron que la exposi- ción a un mínimo de dos gatos o perros en sus primeros 12 meses hace que los niños sean menos sensibles, a los 7 años, a sustancias que provocan alergias, como escamas producidas por ácaros. Algunos científicos creen que los hogares con mascotas contienen más endotoxinas, los componentes bacterianos que podrían evitar las reacciones alérgicas en los niños.
Toma probióticos en el embarazo
Si vas a ser mamá, agregar yogur probiótico a tu alimentación podría mantener a tu bebé libre de enfermedades alérgicas, como asma o eccema… o, por lo menos, podría minimizar su impacto. Un estudio alemán demostró que los probióticos disminuyen en 40% los casos de eccema en niños hasta los dos años, o reducen la severidad en quienes la padecen. El yogur probiótico no tiene nin- gún efecto adverso durante el embarazo si está hecho con leche pasteurizada.
Evita los colorantes artificiales
Se ha hablado mucho del vínculo entre los colorantes para alimentos y el comportamiento de los niños. Un análisis respecto a 35 años de investigaciones, publicado en la revista Clinical Pediatrics, encontró que la evidencia a la fecha no prueba que los colorantes artificiales realmente causen trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Pero algunos niños con dicha condición mejoran mucho si su dieta no contiene estos componentes, posiblemente porque son sensibles a ellos. Un estudio británico de niños con hiperactividad detectó que tenían más problemas de comportamiento tras consumir alimentos con dos colorantes artificiales: tartrazina (102) y amarillo ocaso (110). Otros colorantes artificiales con los que hay que tener cautela: amarillo de quinoleína (104), carmoisina (azorrubina, 122), rojo allura (129) y ponceau 4R (124).
Atención a los sulfitos
Estos conservantes con azufre a menudo se agregan a alimentos empacados, como frutas deshidratadas, verduras enlatadas, tortas y pastelillos, mermeladas, pepinillos encurtidos y salsas embotelladas. También se agregan a vinos y cervezas, aunque a veces se desarrollan de forma natural. Los sulfitos pueden provocar ataques de asma en personas propensas y, en contadas ocasiones, causan choque anafiláctico. Normalmente, las etiquetas de los alimentos señalan el contenido de sulfitos, por lo que es fácil evitarlos si crees que eres sensible a ellos.
Remedios de la cocina
En caso de alergias moderadas, cuando la sobreproducción de histamina provoca secreción nasal, ojos llorosos y comezón en la piel, ve a la cocina y prueba estos alimentos con propiedades antihistamínicas:
- Piña (ananás): Su principal ingrediente activo es la enzima bromelina, que evita que las células liberen histamina.
- Manzanas y otras frutas: Contienen abundante quercetina y vitamina C, que son antihistamínicos naturales. Come fruta todos los días.
- Especias picantes: Los capsaicinoides, sustancias químicas que dan a la pimienta cayena su penetrante sabor, y los isotiocianatos, de la especia japonesa wasabi, son también excelentes para combatir reacciones alérgicas.
Cuidado con las histaminas ocultas
Estas sustancias alérgenas se encuentran en una gran variedad de alimentos comunes, y pueden llegar a causar desde dolores de cabeza fuertes hasta sarpullidos, asma, y en casos muy severos, choque anafiláctico, una reacción alérgica potencialmente mortal.
- Estos contienen abundante histamina: bebidas y alimentos fermentados (vino tinto, quesos maduros, productos con levadura), espinaca y jitomates. Los frutos cítricos no contienen histamina pero pueden liberarla.