La fibra es la parte comestible en muchas plantas y semillas que nosotros no podemos digerir y que no podemos absorber en forma de nutrientes. Esto es importante porque muchos de los beneficios de la fibra tienen que ver con este fenómeno, es decir, que no podamos digerirla correctamente y lo que nuestra microbiota puede hacer con ella.
Por lo anterior, la fibra es el elemento más importante para mantener una buena microbiota y así poder obtener de las bacterias aquellas sustancias que son importantes para nuestra salud.
La fibra insoluble al no ser digerida por nuestro sistema le ayuda a darle más volumen a la materia fecal, esto quiere decir que la materia fecal será más grande y blanda, así, el cuerpo deberá hacer menos fuerza para expulsarla. En cambio, la fibra soluble atrae el agua y se convierte en gel durante la digestión.
Consumir buenos hidratos de carbono nos ayuda a bajar de peso y a no acumular grasa. Un estudio reveló que a mayor consumo de fibra: menor era la grasa corporal. Aparte, tanto la fibra soluble como la insoluble tienen como beneficios el aumento de la sensación de saciedad después de las comidas, con lo que disminuye el hambre y la necesidad de volver a comer.
La fibra soluble funciona como alimento para nuestras bacterias. Por eso las fibras como inulina u oxilium son consideradas como prebióticos, es decir, la comida que tus bacterias necesitan.
Los grupos más importantes de microbiotas en el sistema digestivo son los bacteroidetes y firmicutes. Como dato relacionado al peso corporal:
Desarrollamos bacterias que aumentan niveles de neurotransmisores como la serotonina, donde hasta el 90% de la producción de serotonina puede realizarse en nuestra microbiota. Este punto, sin duda, está muy relacionado con un mejor esto de ánimo y mejor funcionamiento digestivo.
Otro de los beneficios es que, al consumir más fibra, nos ayuda a desarrollar bacterias que producen vitaminas como la K o vitaminas del grupo B. Esto ayuda a tener menos probabilidades a un déficit de vitaminas.
La fibra soluble tiene la capacidad de reducir la velocidad en la que absorbemos los azúcares en la comida, de forma que disminuirá el azúcar en nuestra sangre. Así pues, disminuirás el índice glucémico de un alimento.
La fibra también puede mejorar nuestra calidad de sueño y nuestro sistema inmune ya que nos vuelve más capaces a resistir el estrés y ayudándonos a prevenir enfermedades autoinmunes.
Las dietas con alto contenido de fibra requieren más tiempo de masticación lo que genera un aumento en la salivación de la boca, esto provoca una mejora en la higiene bucal.
El consumo de fibra en nuestra dieta también puede ayudar a reducir la posibilidad de formar tipos de cáncer, como el cáncer de colon y desarrollar un exceso de bacterias perjudiciales para nuestra salud.
Las dietas bajas en fibra pueden llevarnos a riesgo de diabetes, obesidad y riesgo a enfermedad inflamatoria intestinal. El consumo recomendado de fibra en personas adultas es de 20 a 35 gramos por día. Aunque las fibras insolubles son aquellas que deberían consumirse en general en mayor cantidad.
Las bebidas energéticas prometen energía, pero ¿a qué precio? Te contamos todo lo que debes…
Sus semillas, de color amarillo y con un sabor ligeramente amargo, han sido utilizadas durante…
Al aprender a reconocer los signos del perfeccionismo y a desarrollar estrategias para superarlo, puedes…
Elegir la soltería no significa renunciar a la felicidad, sino explorarse y disfrutar de una…
El masaje linfático es ideal para eliminar toxinas, mejorar la circulación y apoyar la recuperación…
Incluir alimentos como frutos del bosque, huevo y pescado azul en tu dieta puede mejorar…