Lo sabías

Conoce algunos datos fascinantes sobre las abejas

Las picaduras de abeja tienen algunos beneficios para la salud

Una toxina en el veneno de abeja llamada melittina puede prevenir el VIH. La melittina puede matar el VIH haciendo agujeros en la envoltura protectora del virus. (Mientras tanto, cuando la melittina engancha a ciertas nanopartículas, simplemente rebotará en las células normales y las dejará ilesas). Científicos de la Universidad de Washington en St. Louis esperan que la toxina pueda utilizarse en geles preventivos. Las picaduras de abejas también pueden aliviar el dolor causado por la artritis reumatoide. Investigadores de la Universidad de Sao Paulo descubrieron que las moléculas en el veneno de abeja aumentan el nivel de glucocorticoides de tu cuerpo, una hormona antiinflamatoria.

Las abejas trabajan más duro que tú

Durante las temporadas más frías, las abejas trabajadoras pueden vivir durante nueve meses. Pero en verano, rara vez duran más de seis semanas, literalmente trabajan hasta la muerte.

Cuando cambian de trabajo, cambian su química cerebral

Las abejas están cableadas para hacer ciertos trabajos. Las abejas exploradoras, que buscan nuevas fuentes de comida, están conectadas para la aventura. Las abejas soldados, descubiertas en 2012, trabajan como guardias de seguridad toda su vida.

El 1% de todas las abejas de mediana edad se convierten en funerarias: un patrón cerebral genético las obliga a eliminar las abejas muertas de la colmena.

Pero lo más sorprendente es que las abejas regulares, que realizan múltiples trabajos a lo largo de su vida, cambiarán la química de su cerebro antes de dar un nuevo trabajo.

Los cerebros de las abejas desafían el tiempo

Cuando las abejas que envejecen hacen trabajos generalmente reservados para los miembros más jóvenes, su cerebro deja de envejecer. De hecho, su cerebro envejece a la inversa.

Imagina si andar en triciclo no solo te hiciera sentir joven, sino que en realidad te hiciera funcionar el cerebro como el de una persona más joven. Los científicos de la Universidad Estatal de Arizona creen que el descubrimiento puede ayudarnos a frenar la aparición de la demencia.

Están cambiando la medicina

Para reforzar sus colmenas, las abejas utilizan una resina de álamos y árboles de hoja perenne llamada propóleo. Básicamente es pegamento de colmena. Aunque las abejas lo usan como masilla, los humanos lo usan para combatir bacterias, virus y hongos.

Las investigaciones muestran que el propóleo tomado de una colmena puede aliviar el herpes labial, las aftas, el herpes, el dolor de garganta, las caries e incluso el eccema.

Las abejas pueden reconocer rostros humanos

Las abejas se besan las caras de la misma manera que nosotros. Toman partes, como cejas, labios y orejas, y las improvisan para distinguir toda la cara.

Se conoce como procesamiento configural, y podría ayudar a los informáticos a mejorar la tecnología de reconocimiento facial, informa The New York Times.

Las abejas tienen personalidades

Incluso en las colmenas, hay trabajadores y escalanderos. Investigadores de la Universidad de Illinois descubrieron que no todas las abejas son drones intercambiables. Algunas abejas buscan emociones, mientras que otras son un poco más tímidas.

Un estudio del 2011 incluso descubrió que las abejas melíferas agitadas pueden ser pesimistas, lo que demuestra que, hasta cierto punto, las abejas pueden tener sentimientos.


Son afectadas por la cafeína y la cocaína

La naturaleza no tenía la intención de que la cafeína quedara relegada a tu taza de café de la mañana. En realidad, es una sustancia química de defensa vegetal que aleja a los insectos dañinos y atrae a los polinizadores.

Los científicos de la Universidad de Newcastle descubrieron que el néctar mezclado con cafeína ayuda a las abejas a recordar dónde está la flor, lo que aumenta las posibilidades de una visita de regreso.

Mientras que la cafeína hace que las abejas funcionen mejor, la cocaína las convierte en grandes mentirosas. Las abejas “bailan” para comunicarse, una forma de dar instrucciones a otras abejas para una buena comida.

Pero las abejas drogadas exageran sus movimientos y exageran la calidad de la comida. Incluso exhiben síntomas de abstinencia, ayudando a los científicos a entender los matices de la adicción.

Tienen técnicas de navegación similares a los vikingos

Las abejas usan el Sol como brújula. Pero cuando está nublado, hay una copia de seguridad: navegan por luz polarizada, utilizando fotorreceptores especiales para encontrar el lugar del sol en el cielo.

Los vikingos pueden haber utilizado un sistema similar: en los días soleados, navegaban con relojes de sol, pero en los días nublados, las piedras solares, trozos de calcita que actúan como un filtro Polaroid, les ayudaron a mantener el rumbo.

Pueden resolver problemas matemáticos complejos

Finge que es fin de semana y es hora de hacer recados. Tienes que visitar seis tiendas y todas están en seis ubicaciones separadas. ¿Cuál es la distancia más corta que puedes recorrer mientras visitas las seis? Los matemáticos llaman a esto el “problema del vendedor ambulante”, e incluso puede dejar perplejos a algunos ordenadores.

Pero para los abejorros, es muy fácil. Investigadores de la Royal Holloway University de Londres descubrieron que los abejorros vuelan la ruta más corta posible entre las flores. Hasta ahora, son los únicos animales que se sabe que resuelven el problema.

Son las constructoras más económicas de la naturaleza

En el año 36 a. C., Marco Terencio Varrón argumentó que los panales eran las estructuras más prácticas que existen. Siglos más tarde, el matemático griego Pappus solidificó la “conjetura de panal” haciendo la misma afirmación.

Casi 2,000 años después, el matemático estadounidense Thomas Hales escribió una prueba matemática que muestra que, de todas las estructuras posibles, los panales utilizan la menor cantidad de cera. Y los panales no solo son las estructuras más eficientes de la naturaleza, sino que las paredes se encuentran en un ángulo preciso de 120 grados, un hexágono perfecto.

Las abejas pueden ayudarnos a atrapar asesinos en serie

Los asesinos en serie se comportan como abejas. Cometen sus crímenes cerca de casa, pero lo suficientemente lejos como para que los vecinos no sospechen. Del mismo modo, las abejas recogen polen cerca de su colmena, pero lo suficiente lejos como para que los depredadores no puedan encontrar la colmena.

Para entender cómo funciona esta “zona de amortiguación”, los científicos estudiaron el comportamiento de las abejas y escribieron algunos algoritmos. Sus hallazgos mejoraron los modelos informáticos que utiliza la policía para encontrar delincuentes.

Juan Ramirez

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