En algunas circunstancias, una enfermedad en particular puede afectar una sola articulación, como la rodilla. En otros casos, son varias las zonas afectadas: cadera, muñecas o dedos de los pies. A menudo, el reposo y los tratamientos manuales pueden ayudar a reducir el dolor, pero en ciertos casos es necesario tomar analgésicos o someterse a una cirugía.
La inflamación de las pequeñas bolsas llenas de líquido que permiten a las distintas partes del cuerpo deslizarse sin fricción recibe el nombre de bursitis.
Aunque tenemos al menos 150 bolsas en el cuerpo, solo unas cuantas causan los problemas más comunes: las que se localizan entre la piel y el hueso del codo; las que están alrededor de las articulaciones del hombro y la cadera (así como los músculos y tendones correspondientes), y aquellas ubicadas en la cara anterior de la rótula y la parte posterior del talón.
Algunos tipos de reumatismo articular, como la artritis reumatoide y la gota, producen inflamación en las bolsas. También corres riesgo si tienes una ocupación o pasatiempo en el que sueles imponer un exceso de carga a las articulaciones, como trabajar en el jardín.
Si experimentas hipersensibilidad y dolor que empeora con el movimiento, es probable que padezcas bursitis. La zona afectada puede verse inflamada o enrojecida y sentirse caliente.
En la mayoría de los casos, la bursitis desaparece en una o dos semanas. Basta con reposar, aplicar hielo y tomar algún medicamento antiinflamatorio. Si lo anterior no funciona, es necesario visitar al médico. La falta de tratamiento, sobre todo en el hombro, puede producir rigidez progresiva e inmovilidad permanente en la articulación.
Los tendones son estructuras fibrosas que unen el músculo al hueso. Algunos son largos y otros cortos. Por lo general, si el músculo se mueve con facilidad, el tendón también lo hace. Sin embargo, el uso prolongado o intenso pueden causar problemas.
La tendinitis ocurre cuando se inflama un tendón; con el tiempo, esto puede ocasionar tendinosis (desgaste del tendón sin inflamación real). Aunque ninguna zona del cuerpo está exenta de riesgos, el hombro, el codo, la rodilla y el talón suelen ser las más afectadas.
Conforme envejecemos, los tendones se desgastan y pierden elasticidad, lo cual aumenta el riesgo de experimentar dolor al realizar el mismo movimiento muchas veces.
Esto sucede, por ejemplo, al jugar tenis, arreglar el jardín o pintar la casa. Los tendones también pueden lesionarse debido a una mala postura, un estiramiento excesivo o falta de calentamiento adecuado antes de una rutina de ejercicio.
Independientemente de cómo desarrollaste el dolor en los tendones, puedes aliviarlos siguiendo estos sencillos pasos:
Este padecimiento doloroso se debe a un exceso de ácido úrico en el cuerpo, el cual se deriva de las purinas (compuestos presentes en el organismo y en varios alimentos).
La sobreproducción de ácido úrico da pie a la formación de cristales, los cuales se acumulan en las articulaciones y el tejido circundante, especialmente en el dedo gordo del pie.
Todo esto provoca dolor intenso e inflamación. También puede haber depósitos de cristales en otras partes del cuerpo, como pies, tobillos, rodillas, manos y muñecas. A menudo, el dolor empieza por la noche. Un acceso puede durar entre una y dos semanas, y afectar una o varias articulaciones. Quienes corren mayor riesgo son:
Los detonantes más comunes de la gota son el consumo excesivo de vísceras animales (como hígado y riñones), el abuso de alcohol, una infección, lesión o cirugía reciente. Afortunadamente, el médico puede abordar el problema con fármacos, dieta y otros cambios en el estilo de vida.
La clave para prevenir el dolor es evitar todas las situaciones que favorecen la acumulación de ácido úrico.
¿Tu cuerpo amanece rígido como el de un robot y tienes más de 40 años? Pues ese crujir matutino podría ser señal de osteoartritis, un desgaste del cartílago que recubre las articulaciones. Esta dolorosa enfermedad puede afectar cualquier articulación, pero se presenta con mayor frecuencia en la cadera, las rodillas, las manos y la columna vertebral.
Es común que los pacientes experimenten dolor y rigidez por las mañanas; también puede haber inflamación o hipersensibilidad articular y dificultad para flexionar la zona afectada. Incluso hay quienes llegan a sentir fricción entre los huesos debido al desgaste del cartílago. Ciertos factores aumentan el riesgo de padecer osteoartritis, como:
Aún no existe una cura para la osteoartritis, pero es posible atenuar el dolor y reincorporarte a tus actividades favoritas; basta con probar una o varias de las siguientes medidas:
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