Lo sabías

El ABC de la memoria ¿De qué se trata?

El cerebro tiene una capacidad asombrosa de registrar datos y retenerlos por distintos lapsos, para recordarlos en un momento específico posterior. Y es que la memoria es una herramienta muy útil.

Pregúntate: ¿cómo tendrías una conversación coherente con alguien sin retener lo que se está diciendo? ¿Cómo desarrollarías un argumento si no tuvieras conocimientos previos que te sirvieran de base? Si no pudieras recordar nada, la vida no sería más que un montón de experiencias aisladas, y no tendrías contacto significativo con otras personas ni entenderías lo que haces de un momento a otro.

Tampoco conocerías las técnicas básicas de supervivencia (¿te imaginas qué peligroso?). Lo que pasa es que, gracias a tu memoria de lo que has vivido, puedes predecir las consecuencias de tus actos y adaptar tu actuar a las circunstancias y a los resultados que deseas. En resumen, la memoria te permite prever e influir en el futuro.

¿Me debo preocupar?

A todos nos ha pasado que olvidamos dónde pusimos el celular o dónde aparcamos el auto. Si esto no te ha sucedido en el último mes, tu memoria está en excelentes condiciones. Recuerda que perder objetos (¡del tamaño que sean!) es normal a cualquier edad, especial- mente al estar bajo estrés. Esto se debe a que cuando realizas labores rutinarias, la mente entra en piloto automático y por eso no prestas atención.

Por ejemplo, al llegar a casa pones las llaves en el mismo sitio de siempre, pero si surge un elemento distractor —digamos que suena el teléfono— tu mente se ocupa con esta nueva tarea. El piloto automático se desconecta, pones las llaves en otro sitio y más tarde tienes que buscarlas.

Si te preocupa tener mala memoria, debes poner esta inquietud en perspectiva. Cerca de 35 % de las personas de entre 50 y 64 años dice tener problemas de memoria, y esta cifra aumenta a 88 % en quienes rebasan los 80. Es normal que haya cierta disminución de la memoria como consecuencia de la edad.

No temas, pues el cerebro es una maquinaria impactante, compuesta por miles de millones de neuronas que guardan un sinfín de fragmentos de información. A cada momento genera y almacena nuevos recuerdos, pero también los está perdiendo, ya sea porque no se almacenaron adecuadamente o debido a que con la edad se debilitaron las conexiones neuronales para llegar a ellos.

Lo bueno es que hay infinidad de medidas sencillas que te permitirán conservar la mayor parte de la información que es parte de tu vida, y así podrás tener una memoria ágil durante muchos años.


¿Cómo funciona la memoria?

El proceso que sigue el cerebro para obtener un fragmento de información, almacenarlo y recuperarlo cuando se necesita es algo sorprendente y misterioso. Todas la experiencias se crean en el cerebro cuando se disparan las neuronas en respuesta a lo que vemos, oímos, tocamos, olemos y saboreamos. Las vivencias se convierten en recuerdos cuando las neuronas que las producen se conectan entre sí, pero si las neuronas no se disparan, se genera una débil repetición de la experiencia original.

Cada vez que se rememora un evento, el patrón de disparos neuronales se modifica un poco. Se podría decir que las memorias son “recuerdos de recuerdos”, más que remembranzas de eventos, y el cerebro puede produ- cir una cantidad indefinida de versiones.

La memoria de corto plazo

Todos los días necesitamos recobrar pedacitos de información durante unos cuantos segundos; estos pueden ser desde números telefónicos hasta listas de nombres. A este tipo de memoria temporal se le llama memoria de corto plazo, funcional o de trabajo.

Es la que nos permite tener cifras en la cabeza mientras hacemos cálculos mentales, o recordar el principio de una oración el tiempo suficiente como para completarla cuando estamos leyendo. Sin este tipo de memoria, nada de los que leemos tendría ningún sentido.

Las tres etapas de la memoria

1. La memoria sensorial comienza en cuanto se absorbe información por los ojos, oídos, nariz, piel o papilas gustativas. Dura entre 0.25 y 3 segundos. Las señales que entran por los sentidos llegan al cerebro, y si no atraen tu atención, simplemente desaparecen.

2. Después, la información importante pasa a la memoria de corto plazo, donde permanece 30 segundos. Conforme entran nuevos datos a esta, van desplazando a los más antiguos.

3. La información más importante se transfiere a la memoria de largo plazo, en la que se almacena por unas horas o toda la vida. No hay reglas que definan cuáles datos pa- san a esta memoria y cuáles se eliminan. Un dato que merece especial atención o interés es candidato ideal para almacenar- se a largo plazo, sobre todo si participan dos o más sentidos y la información se relaciona con un recuerdo previo.

Lilo Flores

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Lilo Flores

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