Lo sabías

El ABC de los analgésicos

Es poco probable que los analgésicos erradiquen el dolor por sí solos. Pero puedes ayudar a mejorar su eficacia si tomas otras medidas para obtener alivio, como regular tu actividad física, aprender técnicas de relajación, ajustar tu alimentación y dormir bien. Sigue leyendo para descubrir cómo usar los analgésicos comunes de forma segura y eficiente.

Analgésicos comunes

En casos de dolor, la mayoría de las personas buscan la ruta más sencilla para sentirse mejor. A menudo, eso implica una visita a la farmacia para conseguir analgésicos de venta libre como el paracetamol o los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE).

Paracetamol: Alivia el dolor, pero no la inflamación. Funciona al afectar los centros del cerebro que controlan el dolor y la temperatura. Por lo general, no es tan potente como los AINE, sobre todo cuando se trata de molestias fuertes. Usa el paracetamol para reducir los siguientes dolores, leves a moderados:

  • De cabeza
  • Musculares
  • De garganta
  • De muelas.

Los AINE, como el ibuprofeno y el naproxeno, bloquean la producción de prostaglandina, que causa inflamación. Esto aumenta la sensibilidad de las terminaciones nerviosas y, como resultado, la generación y transmisión de señales de dolor. Las variaciones químicas de los AINE pueden afectar la eficacia con que los absorbes, la rapidez con la que actúan y los efectos secundarios que provocan. Son eficaces para molestias fuertes, como:

  • Artritis
  • Dolor de espalda
  • Cólicos menstruales
  • Dolor de cuello.

Ten cuidado Al tomar paracetamol, no excedas la dosis recomendada. El uso prolongado de AINE puede provocar úlceras o sangrado en la mucosa del estóma- go, así como daño en los riñones. Los AINE también afectan la coagulación sanguínea.

Antidepresivos

Aunque normalmente el dolor y la depresión van de la mano, no es necesario estar deprimidos para que los antidepresivos disminuyan el dolor. A continua- ción te presentamos cinco padecimientos para los cuales estos medicamentos parecen resultar útiles.

Daño nervioso (neuropatía)

Entre sus múltiples acciones, los antidepresivos tricíclicos aumentan la cantidad de noradrenalina en las terminaciones nerviosas (este efecto disminuye las señales de dolor). Suelen ser sedantes, un efecto secundario que se puede aprovechar tomándolos por la noche para promover el sueño. Los antidepresivos conocidos como inhibidores de la reabsorción de serotonina y noradrenalina (IRSN) tienen un menor efecto sedante y están emergiendo como los antidepresivos preferidos para los dolores causados por:

Fibromialgia

Algunas investigaciones indican que los antidepresivos pueden ayudar a reducir la fatiga y el insomnio en aproximadamente 25 por ciento de quienes padecen fibromialgia. Estudios sobre los IRSN sugieren que estos mejoran el sueño y disminuyen la fatiga en algunos pacientes de fibromialgia. Debido a que el sueño y el dolor parecen estar relacionados con esta enfermedad, es vital mejorar la calidad del sueño.

Artritis reumatoide

La depresión es algo común para las personas que sufren dolor artrítico. Sin embargo, los antidepresivos tricíclicos pueden ayudar con esto y también con el dolor y el insomnio

Migrañas

Los antidepresivos tricíclicos pueden ser útiles para prevenir estos fuertes dolores de cabeza.

Dolor pélvico crónico

Los antidepresivos tricíclicos pueden ayudar a mejorar el sueño y disminuir la intensidad del dolor pélvico crónico en las mujeres. En ciertos casos, sobre todo cuando el dolor está acompañado por depresión, una combinación de tricíclicos y AINE resulta útil.


Anticonvulsivos

A veces, el dolor se genera por trastornos del sistema neurológico. Los nervios periféricos pueden sufrir daño debido a la presión de una hernia discal, una infección de herpes o anormalidades metabólicas como la diabetes. El sistema nervioso central puede resultar dañado por una apoplejía. Los anticonvulsivos suprimen parte de la actividad neural, generando menos dolor. Desafortunadamente, la supresión de la actividad neural genera efectos secundarios como somnolencia, baja concentración, deterioro de la memoria y falta de equilibrio. No obstante, se ha descubierto que una nueva clase de anticonvulsivos, los gabapentinoides, son particularmente útiles para tratar el dolor neuropático.

Opioides

Si tu dolor es crónico e intenso, el médico podría recetar unos medicamentos llamados opioides. Hay muchos tipos en el mercado, incluyendo la buprenorfina, la hidromorfona, el fentanilo, la morfina y la oxicodona. La codeína, presente en muchos fármacos (incluyendo algunos para la tos), se convierte en morfina, y así es como disminuye el dolor. Se cree que usar medicamentos con codeína evita la exposición a grandes cantidades de opioides, pero en realidad es una cuestión de dosis. Tomar ocho tabletas diarias de un analgésico que contenga paracetamol y fosfato de codeína equivale a consumir unos 30 mg de morfina.

Los beneficios y riesgos a largo plazo de los opioides son inciertos. Aunque han demostrado mejorar los grados de dolor, no parecen mejorar las funciones.

Efectos secundarios importantes

Los opioides tienen un amplio rango de efectos:

El uso de opioides a largo plazo puede causar osteoporosis y disminución de la función sexual. Además, sus efectos sedantes tal vez eviten que las personas tomen otras medidas para lidiar con el dolor crónico, como fijarse metas y resolver problemas. Hay que evitar las dosis altas.

Analgésicos naturales

Las propiedades curativas de plantas y hierbas se han reconocido desde tiempos ancestrales. Muchos de los analgésicos ortodoxos modernos se derivan de plantas. Por ejemplo, la aspirina proviene de la corteza del sauce blanco, y la morfina se extrae de las vainas verdes de la amapola. Este tipo de analgésicos pueden usarse para aliviar el dolor de malestares como:

  • Reumatismo
  • Dolor de cabeza
  • Daño neural.

Usos y consecuencias

Los productos naturales pueden conseguirse en farmacias y tiendas naturistas. Hierbas secas como la hierbabuena y la salvia se pueden utilizar en infusiones para beber y en cataplasmas. Las infusiones de lavanda y matricaria son alternativas comunes a los analgésicos para tratar dolores de cabeza y migrañas.

Es probable que los analgésicos naturales tengan menos efectos secundarios que los sintéticos. Sin embargo, pueden tardar más tiempo en hacer efecto; considéralos para tratar dolores crónicos.

Entra en acción

Usa los analgésicos sensatamente

  • No uses más de un analgésico de venta libre a la vez. Podrían contener ingredientes similares y elevar el riesgo de sobredosis.
  • Consulta al médico antes de tomar analgésicos si padeces úlcera o tienes antecedentes de enfermedades hepáticas o renales.
  • Cuidado: algunas personas se sienten somnolientas después de tomar un analgésico. Si este es tu caso, evita conducir.

 

Lilo Flores

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