¿Es inevitable olvidar?
Cada vez nos hacemos esa pregunta con mayor frecuencia. Conozcamos la respuesta.
La capacidad de retener información de manera temporal y manipularla mentalmente se desacelera con los años, al igual que el cuerpo. Sin embargo, la percepción de pérdida de memoria podría estar relacionada tanto con nuestras ideas preconcebidas sobre el envejecimiento, como con un deterioro real de la capacidad.
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La pérdida de memoria es uno de los mayores temores en la vejez. Muchas personas creen que es inevitable, aunque los cambios cerebrales relacionados con la edad contribuyen a los olvidos, estos son solo una parte del panorama. Por ejemplo, si una adolescente olvida su abrigo en el autobús, lo consideraría un simple descuido. Sin embargo, si lo hace una mujer de 70 años, podría interpretarlo como una señal de deterioro cognitivo.
Los científicos que estudian la pérdida de memoria en la vejez se enfocan cada vez más en factores como la percepción de los olvidos y cómo las expectativas de otras personas influyen en el desempeño mental.
El papel de la actitud
Una línea de investigación se ha centrado en el efecto de la cultura en la memoria durante la vejez. En China, por ejemplo, se valora a los ancianos por su experiencia y sabiduría, y no se asocia la edad con deterioro de la memoria, como sucede en Occidente.
Un estudio comparó el desempeño de la memoria en voluntarios de Estados Unidos y China. Entre los jóvenes de ambos grupos hubo poca diferencia, pero los chinos mayores se desempeñaron mejor que los estadounidenses de la misma edad, sobre todo aquellos que mantenían una actitud positiva hacia el envejecimiento. Esto sugiere que la actitud puede influir en la capacidad de recordar.
Cierto deterioro mental
Aunque una actitud positiva es útil, ciertos procesos mentales sí se desaceleran con el envejecimiento. La velocidad de procesamiento disminuye y la recuperación de información, como nombres o lugares, puede volverse más difícil. No obstante, la memoria procedimental, que involucra habilidades adquiridas, muestra poco o ningún deterioro.
Aprender nuevas habilidades tampoco es un desafío mayor para las personas mayores. Una vez aprendido algo, lo retendrán tan bien como los jóvenes. ¡No hay límite de edad para aprender cosas nuevas!
El porqué de los olvidos
Los olvidos ocurren con mayor frecuencia cuando intentamos recordar información muy concreta. A menudo, este olvido es temporal y el dato surge después, espontáneamente. Este fenómeno, conocido como “tenerlo en la punta de la lengua”, es común. La información está ahí, pero a veces es difícil acceder a ella.
Si te sucede, pregúntate:
- ¿Con qué letra empieza?
- ¿Cuántas sílabas tiene?
- ¿Con qué sonido comienza?
La memoria prospectiva
El tipo de olvido más frustrante es la memoria prospectiva, que consiste en recordar eventos futuros, como citas o aniversarios. Esta capacidad tiende a disminuir con la edad, pero otros factores como el estrés y la falta de sueño también influyen.
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La necesidad de olvidar
El olvido también es necesario. Algunas profesiones requieren aprender grandes cantidades de información solo para usarla temporalmente. Olvidar detalles irrelevantes nos ayuda a concentrarnos en lo importante.
La intención de recordar
Muchos de nuestros recuerdos tienen un gancho emocional que los hace inolvidables. En cambio, lo que olvidamos suele ser de poco interés o importancia. Para mejorar la memoria:
- Presta atención y relaciónate con lo que estás haciendo.
- Repite el material con frecuencia.
Aquí y ahora
La distracción es una de las principales causas de los olvidos cotidianos. Para evitarlos, es esencial estar presentes en el momento y prestar atención a lo que estamos haciendo.
Consejos para recordar
- Establece una rutina: Coloca las llaves siempre en el mismo lugar.
- Usa los sentidos: Di en voz alta lo que estás haciendo para reforzar el recuerdo.
- Utiliza notas adhesivas para recordatorios.
- Aprovecha la tecnología con alarmas y calendarios en dispositivos electrónicos.
- No postergues: Si puedes hacerlo ahora, hazlo.
- Consulta con la almohada: Dormir entre 6 y 8 horas ayuda a consolidar los recuerdos.