En los últimos años ha crecido el interés relacionado con el uso de cannabis medicinal para el tratamiento de diferentes enfermedades, incluyendo la epilepsia.
De acuerdo a diferentes estudios, el CBD (cannabidiol) puede ser útil como tratamiento complementario para ciertos tipos de epilepsia, especialmente en casos de epilepsia refractaria, es decir, cuando los pacientes no responden adecuadamente a los tratamientos convencionales.
Para comprender mejor el papel del CBD en el tratamiento de la epilepsia, es fundamental tener una comprensión clara de qué es la epilepsia.
La epilepsia es un trastorno neurológico crónico que se caracteriza por convulsiones recurrentes.
Estas convulsiones son el resultado de una actividad cerebral anormal y pueden variar en su presentación y gravedad.
Las convulsiones pueden manifestarse de diversas formas, desde movimientos involuntarios hasta pérdida de conciencia temporal. Cualquier persona puede desarrollar epilepsia, independientemente de su edad, género o etnia.
Es crucial buscar un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento efectivo para mejorar la calidad de vida de aquellos afectados por esta condición.
El CBD, o cannabidiol, es uno de los muchos cannabinoides presentes en la planta de cannabis. A diferencia del tetrahidrocannabinol (THC), otro cannabinoide conocido por sus efectos psicoactivos, el CBD no produce una sensación de “estar colocado” o eufórico.
El CBD interactúa con el sistema endocannabinoide del cuerpo, que juega un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio y la homeostasis en el organismo.
El sistema endocannabinoide regula una amplia variedad de funciones, incluyendo el estado de ánimo, el sueño, el apetito y la respuesta del sistema inmunológico.
Se cree que el CBD tiene propiedades antiinflamatorias, neuroprotectoras y ansiolíticas, lo que ha llevado a investigaciones sobre su potencial efecto en la epilepsia y otras condiciones neurológicas.
En 2018, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó el primer medicamento derivado del cannabis, llamado Epidiolex, que contiene CBD, para el tratamiento de dos formas raras y severas de epilepsia: el síndrome de Lennox-Gastaut y el síndrome de Dravet, que afectan principalmente a niños.
Estudios clínicos y ensayos han mostrado que el CBD puede reducir significativamente la frecuencia y la intensidad de las convulsiones en algunos pacientes con epilepsia, aunque los mecanismos exactos de acción aún no están completamente claros.
En la actualidad, dicen los especialistas que las plantas de cannabis contienen más de 100 compuestos terpenofenólicos que se han denominado cannabinoides. Los 2 más abundantes son el delta-9-tetrahidrocannabinol y el cannabidiol.
Diferentes modelos preclínicos de epilepsia han demostrado que estos cannabinoides tienen propiedades anticonvulsivas, por ello se ha comenzado a utilizar cannabidiol purificado al 100% y extractos de cannabis enriquecidos con cannabidiol para el tratamiento de la epilepsia en humanos.
La eficacia y la seguridad de estos productos han quedado demostradas en diferentes estudios abiertos y ensayos clínicos controlados y aleatorizados.
De acuerdo a un comunicado lanzado por la empresa Hemp Meds, científicos latinoamericanos han liderado el desarrollo de protocolos para entender todo el potencial que puede tener el cannabidiol terapéuticamente hablando para diversos padecimientos neurodegenerativos.
Y recién presentaron un estudio realizado en Argentina llamado “Cannabidiol como coadyuvante en el tratamiento de epilepsia resistente a los medicamentos” en la revista “Epilepsy & Behavior”.
El estudio, dirigido por las doctoras Silvia Kochen y Sivia Oddo, tenía como objetivo evaluar la eficacia, tolerabilidad, seguridad y calidad de vida del tratamiento adyuvante con CBD en pacientes adultos con epilepsia focal resistente a los fármacos durante al menos 6 meses.
Se seleccionó a un grupo de pacientes entre 18 y 60 años, y se les administró un producto derivado de cáñamo, por sus altas concentraciones de cannabidiol y sin rastros de otros cannabinoides, y se designó una dosis inicial de 125 mg y en algunos pacientes se alcanzó una dosis final de 500 mg de CBD por día.
El estudio demostró que al utilizar CBD un 34 por ciento de los pacientes obtuvieron un control entre el 80 y 90 por ciento de sus crisis convulsivas, y el 5 por ciento se mantuvo libre de convulsiones.
Treinta y cuatro por ciento de los pacientes informaron eventos adversos leves y ningún paciente informó efectos adversos graves.
Al final del estudio, las investigadoras indicaron que en la mayoría de los pacientes una mejora significativa en la calidad de vida, en todos los ítems evaluados.
El tratamiento adyuvante con CBD en pacientes adultos con epilepsia focal resistente a fármacos fue eficaz, seguro, bien tolerado y se asoció con una mejora significativa en su calidad de vida.
El CBD puede ser una herramienta valiosa para mejorar la calidad de vida de aquellos afectados por algunos casos de epilepsia, pero siempre es importante tomar decisiones informadas y responsables en relación con la salud y sobre todo respaldadas por los especialistas.
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