La buena comunicación en las relaciones

Esta es central para mantener buenas relaciones, pero a menudo es lo primero que se rompe en cuanto aparecen los problemas.

 ·  12/03/2024
La buena comunicación en las relaciones

Mantener los canales de comunicación abiertos es difícilsi te molestaron las acciones o palabras de un familiar, pareja o amistad. La comunicación honesta puede resolver las diferencias o los sentimientos lastimados. Sin embargo, es en los momentos de conflicto que la comunicación tiende a romperse.

Las emociones intensas afectan nuestros procesos de pensamiento, por lo que cuando nos enojamos es muy difícil comunicarnos con otros de forma calmada o racional. Si siempre te atascas en las mismas discusiones con tu pareja, padres o hijos, dando vueltas sin llegar a ningún lado, tal vez podrías probar la técnica del espejo (revisa el recuadro en estas páginas), que los terapeutas familiares usan para ayudar a las parejas y familias a comunicarse mejor.

El poder del contacto físico

La comunicación no se trata solo de palabras. El contacto físico es un poderoso medio de interacción: anima o calma, según cómo se transmita. Con solo colocar la mano sobre el brazo o espalda de alguien puedes comunicarle una sensación de apoyo, y los últimos des- cubrimientos científicos han avalado esto. Por ejemplo, el Instituto de Investigación del Tacto de la Facultad de Medicina de la Universidad de Miami ha llevado a cabo más de 100 estudios sobre los beneficios del contacto físico y ha encontrado numerosos efectos importantes, entre ellos, una disminución del dolor.

Estas son algunas sencillas formas de usar el contacto físico para aliviar el estrés:

  • Toma la mano de tu pareja o hijo para transmitirle seguridad y afecto. Acariciar la espalda de alguien es un gesto que tranquiliza sin la necesidad de utilizar palabras.
  • Abraza a tu pareja: puede ser el mejor antídoto para un día estresante. El contacto físico relaja y acerca emocionalmente. Incluso puede bajar la presión arterial, según investigadores de la Universidad de Carolina del Norte, quienes estudiaron a 69 mujeres en la premenopausia y encontraron que aquellas que recibían muchos abrazos tenían un ritmo cardiaco más bajo y saludable.
  • Si a tu hijo le cuesta trabajo conciliar el sueño, acaricia suavemente su frente y después la parte superior de su cabeza con un movimiento rítmico. Esto es relajante y le impartirá una sensación de seguridad.
  • Aprende técnicas básicas de masaje. Masajear cualquier parte del cuerpo es un gesto cariñoso, alivia la tensión y baja la presión arterial mejor que las palabras. En particular, las personas mayores lo agradecen, espe- cialmente si viven solos, ya que extrañan el contacto físico con sus familiares.
  • Cuando no encuentres las palabras, tan solo acércate con un contacto suave, ya que demuestra que las personas te importan.

Piensa antes de hablar

Diversos estudios sociológicos han descubierto que las palabras que usamos cuando hablamos son la parte menos importante de cualquier mensaje. Las palabras transmiten solo el 7 % del mensaje; el tono de voz, el 38 % y el lenguaje corporal, el 55 % del sentido. Lo que importa, ya sea en una discusión o en una charla amorosa, no es tanto lo que se dice, sino cómo se dice.

Piensa cómo el tono de tu voz puede cambiar el significado de tus palabras: intenta pronunciar la misma frase con suavidad, luego de forma agresiva, en voz alta, con enojo, en voz baja y, finalmente, con humor.

Si tienes que decirle algo importante a alguien, practica diciéndolo de distintas formas para que el tono de tu voz aporte mayor significado a tus palabras en lugar de que genere un mensaje confuso. También debes ser conscien- te de lo que podría estar diciendo tu lenguaje corporal.

Podrías verte amenazante sin querer al apretar los puños, encorvarte de hombros, fruncir el ceño o los músculos faciales o al inclinarte hacia delante de forma agresiva. Revisa si tu lenguaje corporal se muestra abierto y relajado e intenta no mostrar una ac- titud defensiva o agresiva, la cual se expresa al cruzarte de brazos o darle la espalda a la otra persona cuando estás hablando.

El respeto

Este es otro componente esencial en cualquier relación exitosa. Cuando escuchas y comprendes lo que la otra persona dice, demuestras respeto tanto por sus pensamientos como por sus sentimientos, algo que a menudo se pierde en los conflictos.


Esto es particularmente importante en las relaciones entre gente de distintas generaciones. Todas las personas tienen derecho a tener un punto de vista propio, incluso si no estás de acuerdo, y mostrar consideración por las opiniones de alguien comunica que valoras y aprecias a esta persona. Los padres suelen exigir a sus hijos que les respeten, pero a menudo no regresan el gesto y olvidan que debe ser mutuo para que los vínculos se fortalezcan.

Realmente, ¿por qué estás discutiendo?

Las discusiones no siempre son lo que parecen ser: una disputa aparentemente trivial puede estar ocultando un problema más importante. En las parejas, las peleas por el dinero, el sexo o por quién hace más tareas domésticas, por ejemplo, pueden estar relacionadas con el hecho de que hay necesidades más profundas que no se están satisfaciendo. Por ejemplo, una discusión sobre quién paga qué en realidad puede tratarse de quién asume más responsabilidad o de quién tiene el poder en una situación determinada.

Las discusiones sobre las tareas domésticas suelen tener que ver más bien con una necesidad de respeto y autoestima que no se está satisfaciendo. Discutir sobre la frecuencia de las relaciones sexuales es casi siempre una cuestión de sentir que nos aman y nos cuidan y de la necesidad de afecto. Por ello, cuando el mismo tema salga una y otra vez, pregúntate qué hay detrás de él y trata de abordar el verdadero problema.

Problemas subyacentes

Muchas discusiones tienen su origen en heridas de la infancia. Por ejemplo, si uno de tus padres te abandonó en la niñez, podrías reac- cionar de forma exagerada si tu pareja llega a casa más tarde de lo esperado o si de repente anuncia que debe irse a un viaje de trabajo. La sensación detrás de esta reacción puede ser el miedo a que te abandonen de nuevo, que es el verdadero problema que hay que abordar.

En todas las relaciones suele haber mucho más de lo que se ve a simple vista, por lo que es fundamental dedicar tiempo a desentrañar los puntos de conflicto. Probablemente descubras que estás librando batallas con tu pasado, no con tu presente.

Diversión en familia

Es muy fácil perder el elemento divertido en una relación cuando uno está batallando por cumplir con la infinidad de exigencias mundanas de la vida diaria. Pero alejarte de las tensiones cotidianas y permitirte un poco de diversión puede hacer maravillas por tus relaciones personales y por tu bienestar propio.

Las parejas que tienen relaciones exitosas dicen reír bastante. Se ha demostrado que la risa es buena para la salud y un estudio realizado por psiquiatras en California descubrió que la risa replica los efectos del ejercicio: mejora la circulación, reduce el colesterol y los niveles de hormonas del estrés, refuerza el sistema inmunitario y libera endorfinas, una sustancia química que nos hace sentir bien. La risa y la diversión relajan y ayudan a poner los problemas en perspectiva.


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