Las memorias flashbulb
De vez en cuando, hay e eventos monumentales que rompen la rutina y nos marcan para siempre.
La impresión que nos causan es tan grande que recordamos con facilidad cualquier detalle relacionado, como el lugar donde nos encontrábamos o lo que estábamos haciendo al escuchar la noticia. ¿Recuerdas dónde estabas cuando te enteraste de la muerte de algún personaje muy conocido? Para la mayoría de la gente, el recuerdo es tan vívido que al repasar esos días sienten como si estuvieran viendo fotografías. Un fenómeno similar pero más intenso ocurre con las vivencias personales. Los psicólogos acuñaron el término memoria flashbulb (MFB) para describir estas intensas marcas. Como su nombre indica, las MFB son registros de eventos emotivos importantes. Por ser tan reales, accesibles y perdurables se convierten en puntos de referencia que permiten ubicar en el tiempo otros eventos de tu vida menos dramáticos o intensos.
¿Por qué son importantes las memorias flashbulb?
Investigadores de la Universidad de Nueva York entrevistaron a 24 personas que se encontraban en Manhattan el día en que sucedieron los ataques a las Torres Gemelas.
Mediante técnicas de imagenología, observaron que la actividad cerebral de los participantes aumentaba al rememorar ese día. Algunos de ellos estaban solo a unas cuadras del World Trade Center; otros, a 3 kilómetros, y un tercer grupo, a más de 6. Todos
se acordaron con bastante exactitud de los eventos; sin embargo, las MFB más intensas se observaron entre quienes se encontraban muy cerca del lugar de los ataques.
Las memorias flashbulb se forman gracias a la acción conjunta del hipocampo y de la amígdala. Esta última estructura entra en acción cuando el organismo secreta hormonas del estrés, como la adrenalina. Al recibir el estímulo de dichas sustancias, la amígdala informa al cerebro que está pasando algo importante y que conviene recordarlo. En eventos de gran magnitud, como desastres naturales, las MFB se forman no solo por la respuesta emotiva, sino también debido a la práctica y la repetición.
Son un fenómeno fascinante que nos muestra la complejidad y la fragilidad de nuestra memoria. Son como instantáneas emocionales de nuestra vida, pero es importante recordar que, aunque son vívidas, no son infalibles.