Lecciones de los más optimistas
¿Quieres ver el vaso medio lleno? Adopta estos sencillos hábitos.

Inténtalo una y otra vez
Los optimistas buscan nuevas soluciones a viejos problemas, gracias a su mentalidad del vaso medio lleno. En un estudio se dieron a los participantes anagramas que eran casi imposibles de resolver; los sujetos más optimistas le dedicaron entre 50 y 100 % más de tiempo que los pesimistas. Y como los optimistas suelen quedarse para resolver problemas mucho después de que los pesimistas hayan tirado la toalla, a la larga suelen tener más éxito en todo.
Pasa tiempo con otros optimistas
Encontrar una pareja alegre es la mejor manera de convertirse en una persona así, según Prevention. En un estudio de un año de duración sobre más de 100 parejas en edad universitaria, los pensadores positivos y sus parejas declara- ron una mayor satisfacción en sus relaciones que las parejas sin optimismo. Y los beneficios se aplican a cualquier tipo de relación: matrimonios, amistades o colegas de trabajo. Lo más probable es que cuanto más positivo sea tu entorno, más positividad sentirás tú también.
Encuentra nuevas formas de usar tus puntos fuertes Muchos optimistas demuestran creatividad y hallan formas de compartirla con los de- más, como hacer voluntariado o cocinar un plato nuevo para sus compañeros de trabajo. Si la creatividad no te sale de forma natural, puedes entrenar a tu cerebro para ello: escri- be tus cinco puntos fuertes principales y usa uno de ellos de forma nueva cada día por una semana. Según un estudio publicado en Psychologists’ Desk Reference, quienes lo hicieron fueron más felices durante seis meses.
Sonríe más
Resulta que sonreír no solo nos hace parecer felices, sino que también puede hacernos sentir felicidad. Los estudios han descubierto que sonreír tiene grandes beneficios psicológicos y físicos, como reducir los niveles de estrés, mejorar tu estado de ánimo y ayudarte a hacer más amistades.
Los investigadores creen que esto se debe a que sonreír reduce las hormonas del estrés y te hace parecer más accesible. Así que la próxima vez que sientas que te invade el mal humor, sonríe.