La epidermis posee terminaciones nerviosas que alertan al cerebro inmediatamente en caso de una lesión. Las heridas en la piel, que pueden provocar pérdida de sangre y elevar el riesgo de sufrir una infección, requieren atención urgente.
El órgano más extenso del cuerpo es una cubierta protectora sensible, impermeable, flexible y capaz de estirarse para adaptarse a los movimientos. Desempeña un papel esencial al retener los fluidos corporales e impedir el paso de agentes infecciosos. En muchos casos, la piel afectada por pequeñas cortaduras, quemaduras o ampollas debe protegerse con venditas adhesivas, gasas limpias o vendas.
Los rasguños son menos graves que las cortaduras —pues el daño en la piel es superficial y casi no se pierde sangre—, pero a menudo son más dolorosos. Esto se debe a que el área corporal que pierde capas de piel es más amplia y, por lo tanto, hay más terminaciones nerviosas expuestas. En el caso de las cortaduras leves, el daño se concentra en pequeños vasos sanguíneos ubicados en las capas más externas de la piel; aunque al principio la herida sangra mucho, la hemorragia se detiene al poco tiempo. Algo esencial es limpiar y desinfectar muy bien la herida.
Cualquier golpe que rompe los vasos capilares debajo de la piel causa un moretón o hematoma; esto es señal de que la sangre se derramó y se desplazó a los tejidos cercanos. Estas lesiones suelen ser dolorosas. Un moretón grande en el rostro, la cabeza, el torso, la espalda o el abdomen puede ser señal de lesiones internas que requieren atención médica.
Para calmar el dolor, aplica una compresa fría. Sumerge un paño en agua helada, exprímelo y colócalo 10 minutos sobre el moretón; esto ayudará a desinflamar y detener la hemorragia interna. También puedes envolver una bolsa de chícharos congelados en una toalla. Evita que el contacto entre el moretón y la compresa se prolongue más de 10 minutos.
La mayoría son provocadas por tocar el mango de una sartén caliente o por quedarse dormido bajo el sol en la playa. Pero la piel también puede sufrir daño al entrar en contacto con agua hirviendo, fuego, sustancias químicas (como el cloro) o descargas eléctricas. Las quemaduras se distinguen por su nivel de gravedad: primer, segundo o tercer grado.
Quemaduras de primer grado: Son las heridas que ocurren al tocar brevemente una superficie muy caliente (como una plancha para ropa o una bandeja para hornear). El daño se limita a la capa superficial de la piel, que se vuelve roja, inflamada y sensible. La molestia suele desaparecer en 2 o 3 días, y es posible que se desprenda un poco de piel.
Quemaduras de segundo grado: Afectan las dos primeras capas de la piel. El área se infla- ma y se pone roja. A veces se forman ampollas; el proceso de cicatrización es más lento.
Quemaduras de tercer grado: Lesionan todas las capas de la piel y otras estructuras más profundas, como el tejido adiposo, el músculo e incluso el hueso. El tiempo de recuperación es variable, depende de la profundidad y la gravedad de la quemadura; puede tomar meses.
¿Atenderlas en casa o en el hospital?
Las quemaduras leves, incluyendo aquellas de primer o segundo grado cuyo diámetro no sea mayor a 8 o 10 centímetros, pueden tratarse en casa. Las de primer o segundo grado (en especial si están en el rostro, las manos, los pies o los genitales) que tengan un diámetro mayor, así como las quemaduras de tercer grado, requieren atención urgente.
En caso de quemaduras, sigue este procedimiento de primeros auxilios:
Se trata de vesículas llenas de líquido que se forman debajo de la piel. Suelen aparecer como consecuencia de una quemadura o debido a la fricción (por ejemplo, al usar zapatos nuevos). Si se inflaman, duelen o expulsan un líquido turbio o de olor desagradable, lo más probable es que estén infectadas.
No las revientes, para evitar el riesgo de desarrollar una infección. Mejor aplica una cataplasma de harina de maíz o un poco de aceite de lavanda con una bolita de algodón; esto acelerará la recuperación.
Algunos insectos, como las abejas y las avispas, inyectan su veneno en la piel; otros, como los mosquitos, penetran las capas superficiales para absorber sangre. En general, las mordeduras y picaduras no son peligrosas, a menos que sean alrededor de la boca o la garganta, la víctima reciba una gran cantidad o sea alérgica.
En caso de picaduras o mordeduras, sigue este procedimiento de primeros auxilios:
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