Hay miles de cosas capaces de entristecerte, y algunas de ellas no dependen de ti. Lo que sí puedes hacer es tomar medidas inteligentes para mejorar tu estado físico y mental cuando la situación se complique. Son muchas las fuentes de estrés y ansiedad en el día a día que agotan tus reservas emocionales y provocan tensión, irritabilidad y depresión. Esto puede traer problemas físicos si no te das el tiempo de relajarte.
Enojarse con facilidad es una respuesta emocional y fisiológica natural ante sucesos que parecen amenazantes. La irritabilidad puede deberse a:
Sentirte irritable eleva el pulso, provoca un nudo en el estómago y tensa los músculos. Es poco probable que un médico recete fármacos a quien padece irritabilidad; más bien, te preguntará acerca del estrés y las tensiones subyacentes, y te aconsejará descansar mucho y probar algún método de relajación.
Lo que puedes hacer: Toma una infusión de tila para reducir la tensión. El ejercicio regular aliviará la ira acumulada: trota, camina o nada por 20 minutos al menos tres veces por semana.
Si conoces a alguien muy irritable, ofrécele un masa- je relajante. Pídele que se siente en una silla de respaldo recto. Coloca tus manos, con las palmas hacia abajo, en la parte superior de sus hombros cerca del cuello. Deja una mano apoyada en un hombro mientras te concentras en el otro. Comienza haciendo movimientos circulares suaves con el pulgar y los dedos. Luego amasa y aprieta ligeramente los músculos. Poco a poco baja por el hombro hasta la espalda. Repite el proceso en el otro hombro.
Suele ser causada por la incapacidad de enfrentar las presiones. Se caracteriza por dificultad para concentrarse o completar tareas y puede ir acompañada de:
Si el problema no es serio, el médico podría recomendar descanso y unas vacaciones del trabajo, con o sin psicoterapia. También podría recetar ansiolíticos en casos muy graves de tensión nerviosa.
Lo que puedes hacer: Las infusiones de betónica, lavanda, manzanilla y melisa ayudan a calmar el sistema nervioso. El té de tulsi también tiene un efecto calmante. Los aceites esenciales de bergamota, enebro, neroli, rosa y sándalo pueden aliviar la tensión. Combina cualquiera de ellos con un aceite base y úsalo para dar masajes, o pon de 5 a 8 gotas en una olla con agua hirviendo, coloca una toalla sobre tu cabeza y la olla e inhala profundamente.
Es un estado emocional y fisiológico que abarca sentimientos de inquietud, miedo y aprensión, así como:
Algunas personas presentan síntomas físicos de ansiedad tan graves que se confunden con un infarto: dolor de pecho, falta de aliento, palidez y sudoración.
Sentir algo de ansiedad es normal (por ejemplo, antes de un examen o discurso público) y puede servir para mejorar el rendimiento. Pero cuando trastorna las actividades cotidianas se vuelve un problema. El médico puede recomendar psicoterapia y, en casos graves, recetar un ansiolítico por periodos cortos.
Lo que puedes hacer: La manzanilla es el remedio clásico para los nervios de punta, pues contiene apigenina y luteolina, que inducen a la relajación. Acompaña tu té de manzanilla con un sándwich de atún, una ensalada de salmón o un puñado de nueces de Castilla. Hay cierta evidencia de que los ácidos grasos omega 3, que abundan en los pescados grasos enlatados y las nueces, alivian los síntomas de ansiedad al reducir los niveles de adrenalina y cortisol.
Muchos de los problemas de la vida parecen menos graves si los ves con calma. La relajación y la respiración profunda contribuyen a ponerlos en perspectiva. Un masaje con aceite de lavanda tranquiliza y ahuyenta las preocupaciones; también puedes usarlo en compresas y baños corporales o de pies, e inhalar sus vapores de un recipiente con agua caliente.
Puede ser causado por algo que perturbe la sensación de bienestar. La respuesta del cuerpo a un suceso estresante es producir más adrenalina, lo cual aumenta el ritmo cardiaco y el flujo sanguíneo a los músculos, y ralentiza la digestión. El estrés no atendido y el consiguiente estado continuo de preparación física para enfrentar el peligro pueden generar trastornos como:
Los síntomas emocionales y físicos específicos pue- den tratarse temporalmente con medicamentos de tipo covencional —como ansiolíticos y relajantes musculares— pero solamente deben utilizarse como remedio a corto plazo.
Lo que puedes hacer: Si experimentas mucho estrés en tu vida, es importante que te des tiempo para relajarte. La meditación es un calmante efectivo, pues conduce a una sensación profunda de paz y tranquilidad interior; el masaje también sirve, ya que alivia la tensión y el dolor muscular. Incluso estar con tu animal de compañía puede ayudarte. Un estudio piloto de la Universidad de Kean, en Estados Unidos, sugiere que pasar cinco minutos con un perro de terapia reduce el nivel de cortisol —marcador químico del estrés— en la sangre y la saliva.
Una excelente manera de reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño es hacer por lo menos 20 minutos de ejercicio tres veces por semana. Caminar a paso rápido, trotar en un parque, nadar, jugar golf o andar en bicicleta son buenos ejercicios. El yoga y el tai chi son otras terapias de movimiento que pueden ayudar a aliviar los síntomas del estrés.
Esta condición con frecuencia pasa desapercibida. Sus múltiples síntomas incluyen:
La mayoría de las personas experimenta estos sentimientos por periodos cortos, que pueden ser una respuesta natural a sucesos específicos, como una ruptura matrimonial, la pérdida del empleo o el nacimiento de un bebé. Pide ayuda si la depresión persiste o es grave. El médico podría recetarte un tratamiento corto con antidepresivos, además de recomendar psicoterapia o apoyo psicológico.
Lo que puedes hacer: Come abundantes verduras, hojas verdes, fruta, granos integrales y legumbres. El triptófano es un antidepresivo natural que se encuentra en aves de corral, pescado, frijoles, chícharos y nueces, así como en la crema de cacahuate. Diversos ensayos clínicos han demostrado que la hierba de San Juan (o hipérico) puede aliviar los síntomas de diversas formas de depresión leve, yse le considera tan eficaz como la mayoría de los medicamentos sintéticos.
Un masaje con aceites esenciales diluidos en aceite base puede contribuir a levantar el ánimo y darte una sensación de bienestar. Se cree que los de bergamota, naranja, toronjil, jazmín, neroli y rosa tienen un efecto estimulante. El ejercicio regular genera liberación de endorfinas y encefalinas en el torrente sanguíneo, sustancias naturales que tienden a aliviar el letargo y la depresión.
Se trata de un episodio corto de ansiedad aguda; por lo general dura solo unos minutos. Los síntomas físicos son hiperventilación, sensación de no poder respirar, palpitaciones, mareos, dolor de pecho, sudoración y temblores. Aunque son aterradores y desagradables, no representan ningún peligro. Suelen ser producto de una tensión excesiva o alguna fobia. Durante un ataque, el jadeo puede reducir el nivel de dióxido de carbono en la sangre, lo cual intensifica los síntomas del pánico. Respirar lenta y profundamente es mejor, mientras que hacerlo dentro de una bolsa de papel ayudará a elevar el nivel de dióxido de carbono.
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