El masaje de drenaje linfático es maravillosamente suave, diseñado para limpiar el cuerpo, es excelente para reforzar el sistema inmunitario, tratar la celulitis y eliminar el exceso de líquido del cuerpo.
[Quizás te interese leer: El poder del tacto: beneficios de los masajes y la aromaterapia]
El sistema linfático
Para saber cómo nos beneficia el drenaje linfático, es importante conocer el sistema linfático del cuerpo. Este combate las enfermedades y es responsable de la función inmunitaria del organismo y del transporte de grasas y nutrientes. El masaje es de gran ayuda para el sistema linfático después de una enfermedad.
El flujo linfático
Dicho flujo es muy parecido al sanguíneo: ambos circulan por el cuerpo a través de los vasos sanguíneos y desempeñan un papel importante en el mantenimiento de la homeostasis, es decir, el equilibrio del organismo. El flujo linfático también es similar al flujo sanguíneo venoso, ya que ambos necesitan el movimiento y la contracción muscular para desplazarse por el cuerpo y volver al corazón.
La linfa se recoge del exceso de líquido entre las células de los tejidos, desde donde se expulsa a los capilares linfáticos que la esperan. De este modo, el sistema linfático actúa como una red de drenaje, especialmente para el exceso de proteínas plasmáticas de las células (el cuerpo puede filtrar hasta 3 litros de exceso de líquido en un día). A continuación, se transporta desde los capilares hasta los vasos linfáticos, que llevan el líquido linfático hasta los ganglios.
Los ganglios linfáticos
Son pequeños órganos en forma de frijol (poroto) ovalado que suelen agruparse. Estos ganglios filtran la linfa de patógenos y desechos, y cuando se padece una enfermedad, pueden irritarse y agrandarse. Por ejemplo, cuando te duele la garganta, los ganglios linfáticos del cuello estarán doloridos y sensibles debido a la acumulación de células inmunitarias y gérmenes muertos. Esto demuestra que tu cuerpo está luchando contra los virus o bacterias que lo amenazan.
Los ganglios se encuentran por todo el cuerpo y en ellos hay glóbulos blancos especiales, llamados leucocitos, que pueden destruir los virus o bacterias invasores. Estas células se reúnen, se dividen y luego se adhieren a la amenaza o la destruyen. Así, el sistema linfático es el limpiador y salvador del cuerpo.
La red linfática
Tras filtrarse, la linfa avanza por la red linfática, ya que es empujada hacia arriba a través de los vasos, para volver finalmente al sistema venoso a través del conducto torácico izquierdo y derecho, situado en la zona del tórax. A continuación, regresará al corazón.
La otra función del sistema linfático es transportar grasas y vitaminas que son absorbidas por el tracto gastrointestinal y trasladarlas a la sangre. En un sistema inmunitario lento o perezoso, las toxinas, los residuos y los líquidos pueden acumularse, provocando una sensación general de agotamiento y falta de energía y vitalidad.
Esto también puede provocar enfermedades, fatiga, tos, resfriados, gripe, dolores de cabeza, congestión (especialmente de la cabeza y la cara, lo que provoca problemas de sinusitis), cefaleas e hinchazón alrededor de los ojos. Varios factores ayudan al sistema linfático, entre ellos una buena dieta, descanso y sueño adecuados, y también una actividad adecuada, que incluye ejercicio. El sistema linfático depende del movimiento muscular para desplazarse por el cuerpo, por lo que el ejercicio es de gran ayuda. Además, beber suficiente agua ayudará a limpiar el sistema.
Sin embargo, llegan a surgir problemas cuando queda demasiado líquido en el cuerpo. Esto suele provocar edemas o hinchazón, ya que el líquido no puede drenarse o filtrarse con la misma eficacia.
Principios clave del masaje linfático
Fue desarrollado en la década de 1930 por los doctores Emil y Estrid Vodder, que lo utilizaron para tratar algunas afecciones, como las infecciones de los senos nasales, el acné y la inflamación de los ganglios linfáticos a consecuencia de una enfermedad. En la actualidad, se utiliza en hospitales y por masajistas calificados para tratar diversas condiciones, desde edemas y artritis hasta lesiones deportivas.
Esta técnica está diseñada para aprovechar al máximo el sistema linfático, responsable de la actividad inmunitaria del organismo, y se basa en el movimiento y la contracción muscular para desplazar el líquido linfático. El cepillado de la piel la estimula y mejora su circulación, textura y funcionamiento. Estas técnicas ayudan a eliminar el exceso de líquido de los músculos y las articulaciones, por lo que el masaje linfático es un tratamiento eficaz para los tobillos hinchados por accidentes o esguinces.
Aunque el masaje linfático es suave, las técnicas de estiramiento, palpación y vibración pueden inquietar un poco al principio, pero después del tratamiento se debe sentir que el cuerpo funciona con más eficacia.
Beneficios
Los beneficios del masaje general o del masaje linfático específico para el sistema linfático incluyen:
- Eliminar de las células y los tejidos los desechos metabólicos producidos por el movimiento de los músculos; el masaje ayuda a que esto suceda con mayor rapidez.
- Eliminar el exceso de líquido de las células, lo que ayuda en casos de edema o hinchazón. Tras una fuerte inflamación (no aguda), los restos pueden eliminarse mediante masaje.
- Eliminar las toxinas sobrantes y transportar nutrientes frescos a una zona determinada, todo tras una enfermedad.
- Transportar el exceso de proteínas de las células al torrente sanguíneo.
- Apoyar al buen funcionamiento del sistema inmunitario evitando la acumulación de toxinas en una zona y ayudando a que los ganglios linfáticos las muevan y filtren.
Paso a paso
1. Pide a la persona que recibirá el masaje que se recueste en la camilla y después colócale una almohadilla relajante sobre los ojos. A continuación, con un cepillo suave o un guante, aplica una técnica de cepillado cutáneo sobre las zonas a masajear: brazos, piernas, abdomen y parte superior del pecho. Cepilla de forma rítmica y ligera, siempre en dirección al corazón.
2. Aplica un muy suave movimiento de balanceo con las palmas de las manos sobre el abdomen. Sigue con un masaje en la zona del cuello, siempre con presión suave, y continúa en las zonas donde hayas cepillado la piel.
3. Para tratar los tobillos hinchados, aplica la siguiente secuencia de cuatro pasos en una pierna. En primer lugar, con el fin de estimular los ganglios linfáticos, dobla la pierna y con ambas manos presiona suavemente la parte posterior de la rodilla, hacia dentro y hacia fuera, como una bomba, hasta 3 veces. No utilices demasiada fuerza, pues esta zona es muy sensible.
4. Coloca ambas palmas sobre la parte inferior de la pierna. Muévelas lenta y suavemente hacia arriba, imaginando que empujas el líquido hacia la parte superior de la pierna. Repite hasta 5 veces. Esto prepara la pierna para recibir el líquido acumulado en los tobillos.
5. Coloca la punta de los dedos en el tobillo y, con movimientos circulares lentos, masajea la articulación y sus alrededores. Esto empieza a mover el líquido que se ha acumulado. A continuación, mueve los dedos un poco hacia abajo y luego empújalos hacia delante y hacia atrás, hacia arriba y hacia abajo.
6. Para terminar, acaricia suavemente la pierna hacia arriba, asegurándote de que incluyes la parte posterior. Hazlo varias veces y repite la secuencia según sea necesario. Pide a la persona que dé algunos golpecitos con el pie hacia arriba y hacia abajo para ayudar a los músculos a empujar la linfa hacia arriba. Después, pídele que eleve la pierna unos segundos para ayudar a avanzar el proceso de desintoxicación.