Las hepatitis virales representan una carga elevada de enfermedad y mortalidad, así que se han convertido en un problema de salud pública no solo en México, si no en el mundo.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, durante 2022 se han registrado más de 200 casos nuevos de Hepatitis B en el país, con una tasa de incidencia nacional de 0.28 casos por cada 100 mil habitantes.
Se estima que cada año alrededor de la República Mexicana hay más de cuatro mil casos agudos, 10 a 15 casos fulminantes, más de 500 casos de cirrosis, cuatro a 100 casos de cáncer primario de hígado y más de 400 muertes por esta causa.
Las hepatitis se caracterizan por la inflamación del hígado. Cuando esta ocurre de manera rápida y abrupta, hablamos de una hepatitis aguda.
Existen 5 tipos de hepatitis virales: A, B, C, D y E. En algunos casos, como en las hepatitis B, C y D, la infección puede tornarse crónica. La probabilidad de que esto ocurra depende de la edad de contagio.
Los síntomas de las hepatitis A, B y C pueden incluir fiebre, malestar, pérdida del apetito, diarrea, náuseas, malestar abdominal, orina oscura y coloración amarillenta de la piel.
A veces, la enfermedad no presenta síntomas hasta varios años después de la infección. Para ese entonces, el hígado puede estar ya muy dañado.
Las complicaciones crónicas van de un 80 a un 90 por ciento en los lactantes infectados durante el primer año de vida. Entre los menores infectados antes de los seis años alcanza entre un 30 y un 50 por ciento, explica Martha Avilés, infectóloga pediatra, jefa del Servicio de Infectología del Hospital Infantil de México Federico Gómez.
La hepatitis A se puede transmitir a través de alimentos, agua contaminada, falta de higiene o contacto directo con una persona infectada.
Los virus de las hepatitis B, C y D pueden transmitirse a través de la sangre, el semen y otros líquidos corporales.
El Día Mundial contra la Hepatitis se conmemora el 28 de julio. Bajo el lema ‘No puedo esperar’, se hace un llamado a la sociedad para que se concientice y actúe sobre las hepatitis, pues quienes están contagiados no tienen tiempo que perder.
Es necesario intensificar la lucha internacional contra la enfermedad, alentar a la actuación y la participación de personas, así como hacer hincapié en la necesidad de una mayor respuesta mundial.
Se debe fortalecer y privilegiar la vacunación de lactantes y de niños para prevenir las potenciales consecuencias.
En México, tan solo en 2020 nacieron 1,629,211 niños y niñas quienes, de acuerdo con el Esquema Nacional de Vacunación, deben recibir la vacuna hexavalente, la cual confiere protección contra 6 enfermedades en cada inyección:
Hepatitis B
Esta vacuna se aplica de forma gratuita en los centro de salud, a los 2, 4, 6 y 18 meses de edad. Es importante destacar que si durante la pandemia los padres tuvieron un retraso en las aplicaciones de sus hijos o hijas, no importa, los especialistas señalan que están a tiempo de iniciar o completar su esquema.
Es imprescindible que todos los niños reciban la vacuna hexavalente, pues de es forma se obtiene el 98 por ciento de protección frente a estas enfermedades, finalizó el Dr. Gregory López, gerente médico para Sanofi Vacunas.
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