La salud reproductiva es un pilar fundamental para el bienestar general de las personas. Abarca la capacidad de disfrutar de una vida sexual placentera y segura, de tener hijos si se desea, y de hacerlo de forma saludable. La dieta y el ejercicio son clave, así como vigilar cambios sospechosos en los senos y otros órganos reproductivos. Te damos información útil para hombres y mujeres.
Se recomienda que todas las personas de cualquier edad se miren los senos con frecuencia y los toquen suavemente para conocer su aspecto y tacto normales, y así detectar alteraciones que pudieran ser nocivas. Mujeres y hombres deben informar al médico de cualquier bulto inusual o cambio en la apariencia de los senos y los pezones, como pliegues u hoyuelos en la piel o flujo del pezón.
Puedes reducir tu riesgo de cáncer de mama comiendo más frutas y verduras, que son ricas en vitamina C, y menos carne y otras fuentes de grasas animales (saturadas). Un estudio sugirió que las mujeres que consumen más grasas saturadas tienen el doble de riesgo de cáncer de mama que las que comen menos.
Aumentar la ingesta de fibra reducirá tus probabilidades de padecer cáncer de mama, según investigadores de la Universidad de Leeds. Un estudio de mujeres de 35 a 69 años reveló que quienes comían 30 g de fibra al día tenían la mitad del riesgo que quienes comían menos de 20 g (las mujeres premenopáusicas son las más beneficiadas).
Se cree que la fibra te protege al regular la forma en que el cuerpo produce y procesa los estrógenos. Para obtener 30 g de fibra, desayuna cereal alto en fibra, come solo pan integral y cinco porciones diarias de fruta y verdura.
Ingerir una pequeña porción de hongos al día podría reducir en dos tercios el riesgo de cáncer de mama. Un estudio chino mostró que las mujeres que comían al menos 10 g de hongos frescos al día tenían 64% menos probabilidades de desarrollar este cáncer.
El peso saludable y el ejercicio regular redu- cen considerablemente el riesgo de presentar cáncer de mama. El cuerpo de una mujer con sobrepeso convierte el exceso de grasa en estrógenos, lo que podría detonar cáncer de mama. El ejercicio ayuda a reducirlos; haz ejercicio moderado al menos durante 30 minutos cinco días a la semana.
Un 6% de los casos de cáncer de mama en mujeres tiene relación directa con el consu- mo excesivo de alcohol. Ingerir más de una bebida de alcohol al día puede aumentar sensiblemente el riesgo. Para el Instituto Nacional de Salud Pública de México, una bebida equivale a 240 ml de cerveza o 150 ml de vino o 45 ml de licores destilados.
El mensaje es claro para hombres y mujeres: bebe lo mínimo posible y procura tener días sin alcohol.
El síndrome premenstrual (SPM) es un conjunto de síntomas, como sensibilidad en los senos, dolor de cabeza, hinchazón y náuseas, que anteceden a la menstruación. El SPM puede responder a un aumento en la ingesta de calcio. Lo ideal es que lo consumas en tu dieta (lácteos bajos en grasa, sardinas y vegetales de hoja verde oscura, como berza [kale] y brócoli). También puedes tomar complementos de calcio, de magnesio y de vitamina B6. Consulta las dosis con tu médico.
El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es un trastorno en el que crecen quistes en los ovarios, lo que provoca aumento de peso, vello excesivo y problemas de fertilidad. Cambia los carbohidratos refinados por aquellos con un índice glucémico (IG) bajo, como legumbres y cereales, pan y pasta integrales.
El SOP hace al cuerpo resistente a la insulina (hormona que controla la glucosa), con lo que produce un exceso de testosterona, que favorece el crecimiento de quistes. Una dieta de IG bajo ralentiza la liberación de glucosa en la sangre, lo que disminuye los niveles de insulina y tes- tosterona, reduciendo la formación de quistes.
Una dosis de solo 75 mg de aspirina al día puede controlar el cáncer de ovario. Un estudio británico de 250,000 mujeres halló que el tratamiento con aspirina redujo el riesgo en al menos una quinta parte. Consulta al médico.
Para mujeres premenopáusicas se ha mostrado que tomar anticonceptivos orales por 10 años o más reduce a la mitad el riesgo de cáncer de ovario. Esta razón no basta para justificar su uso, y el médico tendrá que analizar tu caso antes de recetarte este método anticonceptivo.
Un gran conjunto de pruebas indica un fuerte vínculo entre el tabaquismo y el cáncer cervical; el riesgo baja una vez que la mujer deja de fumar. El tabaquismo inhibe el sistema inmu- nitario, lo que permite la multiplicación de las células cancerosas. Además, ciertas sustancias presentes en el humo del tabaco desactivan los genes que suprimen los tumores.
La vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubeola evita los efectos inmediatos de estos males y protege la fertilidad futura de los pequeños. En los niños, las paperas pueden dañar los testículos permanentemente; en las niñas, pueden causar infertilidad. La rubeola, contraída en las primeras 16 semanas de embarazo, puede causar ceguera, sordera y lesiones cardiacas y cerebrales en el feto.
Por su parte, la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) protege contra el cáncer cervical, de ano y de garganta. Es posible que las personas sexualmente activas ya se hayan expuesto a algunas cepas del virus, por lo que no tendrán la protección total de la vacuna, pero aun así vale la pena aplicársela.
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