La endometriosis no tiene cura, pero puede controlarse. Además de ocasionar dolor que puede ser incapacitante, afecta la fertilidad. Entre las enfermedades más comunes que afectan a las mexicanas en su etapa reproductiva está la endometriosis.
La endometriosis daña la salud, vida social, sexual y mental de quienes la padecen.
En el mundo, 10 por ciento de las mujeres en edad reproductiva padece endometriosis.
Al menos 35 por ciento de las mujeres en etapa fértil en México viven con endometriosis, según un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Esta enfermedad sin cura afecta la fertilidad en caso de no ser tratada adecuadamente. En México, el diagnóstico llega entre 7 y 10 años tarde. La mayoría de las mexicanas no está diagnosticada debido a que consideran como normal el dolor menstrual.
El útero, o matriz, es el lugar donde se desarrolla el bebé cuando una mujer está embarazada. Mientras que el endometrio es el tejido que recubre el interior del útero. La endometriosis es una enfermedad en la que el tejido similar al revestimiento del útero crece fuera de éste.
Estos parches de tejido se llaman “implantes”, “nódulos” o “lesiones” explica Carlos Maquita, médico especialista en ginecología y biología de la reproducción humana.
A diferencia del sangrado menstrual, el cual es extraído por el cuerpo vía vaginal, la sangre del tejido que está fuera de su lugar no tiene a donde irse, así que los tejidos invadidos se inflaman.
Este proceso puede producir tejido cicatrizante alrededor del área, lo cual deriva en lesiones o crecimientos, precisa Eduardo Luna, médico especialista del Hospital Militar de Especialidades de la Mujer y Neonatología en Ciudad de México.
A pesar de los estudios actuales aún no se sabe exactamente cuál es la causa de esta enfermedad.
“Muchas mujeres sufren dolores menstruales intensos, sangrado abundante y, por ende, dificultades para embarazarse”, alertó Maquita Nakano, el también director general de UR Crea Medicina Reproductiva.
Diagnosticar y tratar oportunamente la endometriosis permite a las mujeres evitar periodos menstruales muy dolorosos y sus afectaciones, explica Cintia Mejía García, también especialista en biología de la reproducción humana.
Hasta el momento la endometriosis no se cura, pero debe verse como una enfermedad crónica.
Los tratamientos deben ser médicos y quirúrgicos y personalizados, dijo el Dr. Julio Morfin, ginecoobstetra y gerente médico de Ifa Celtics.
Aunado a los síntomas mencionados, la endometriosis obstruye el paso de los espermatozoides y de los óvulos, por lo que lograr un embarazo es muy complicado.
“Se ven afectados factores como la función tanto de los óvulos como de los espermatozoides, la fertilización, el desarrollo y la implantación del embrión”, refirió Cintia Mejía García.
Y es que, aclaró, no es normal tener dolor pélvico o abdominal durante la menstruación.
“Si durante las relaciones sexuales se presenta sangrado, se recomienda acudir con un médico especialista, quien buscará –por medio de un ultrasonido de alta frecuencia– quistes y crecimiento anormal del tejido endometrial”.
El doctor Carlos Maquita agregó que en algunos casos puede ser necesario realizar una resonancia magnética y biopsias.
En ciertas mujeres llega a ser necesaria una cirugía para retirar los implantes de tejido endometrial. Por ello, es muy importante que quienes busquen un hijo soliciten asesoría.
El tratamiento adecuado permite el control de la enfermedad. Además, hasta 90 por ciento de las mujeres cuya causa de infertilidad fue la endometriosis logra embarazarse con tratamientos reproductivos.
“Con el tratamiento adecuado es posible que se cumpla ese sueño”, comentó el doctor Maquita Nakano.
El tratamiento requiere la intervención multidisciplinaria con especialistas en psicología, nutrición, ginecología, radiología y en reproducción.
Existen opciones de tratamiento médico en el mercado como el Dienogest, explica el Dr. Julio Morfin, gineco-obstetra.
Ese medicamento hormonal inhibe y disminuye la endometriosis, lo que evita síntomas y complicaciones como dolor en la menstruación, dolor durante las relaciones sexuales e, incluso, la infertilidad.
El retardo en el diagnóstico puede complicar el tratamiento e, incluso, llevar a la muerte.
La detección adecuada requiere la exploración física con un aparato específico, ultrasonido pélvico y resonancia magnética que se complementa con la ecografía.
La ausencia de alguno de estos estudios puede retardar su detección.
Lo más importante es que las pacientes estén bien informadas, conozcan su enfermedad, sepan que existe y no normalicen el dolor.
Hay alternativas que permiten un manejo óptimo de la enfermedad que les permitirá tener una mejor calidad de vida.
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