Anatomía de un buen masaje

El masaje es ideal para hacer llegar la sangre a los brazos, las manos, las piernas y los pies, que están más alejados del corazón.

 ·  28/02/2024
Anatomía de un buen masaje

Para dar un buen masaje, es necesario saber las bases sobre el funcionamiento de ciertos aspectos del cuerpo humano. Veamos algunos de los más importantes.

El sistema circulatorio

Es el responsable de mover la sangre, el oxígeno y los nutrientes a través del cuerpo. Varios padecimientos contribuyen a que el sistema circulatorio sea lento y a que se acumulen toxi- nas, por lo que el masaje puede ayudar mucho.

Cómo funciona

El corazón bombea la sangre por todo el cuerpo mediante la contracción del músculo cardíaco. La sangre se desplaza desde el corazón hasta los pulmones, donde toma oxígeno, y después regresa al corazón. Posteriormente, recorre el cuerpo a través de las arterias, que tienen paredes musculares gruesas. Las arterias dependen de la presión del corazón para funcionar. El tabaquismo, la mala alimentación, la falta de ejercicio y otros factores pueden provocar el engrosamiento de las arterias, y esto hace que la presión aumente.

En su trayecto, la sangre recoge nutrientes del tracto digestivo y hormonas de las diversas glándulas del cuerpo. El corazón impulsa la sangre hacia los órganos, huesos, ligamentos y músculos a través de arterias más pequeñas llamadas arteriolas. Luego a través de los ca- pilares, que son los vasos más pequeños, que a su vez llevan nutrientes y oxígeno a las células.

Como resultado de este proceso, se generan desechos y dióxido de carbono, que deben filtrarse o eliminarse, tras lo cual la sangre debe volver al corazón, que la bombea a los pulmones. Aquí la sangre filtra el dióxido de carbono a través de los pulmones y toma oxígeno fresco; por último, regresa al corazón, y el ciclo continúa. Al volver de las células, la sangre se transporta primero a través de vénulas y luego por las venas hasta la vena cava.

Esta vena se divide en dos: la vena cava superior (ya que se ubica arriba del corazón) y la inferior (que se localiza debajo de dicho órgano). Ambas porciones de la vena cava se encargan de regresar la sangre al músculo cardiaco.

Las venas tienen una válvula antirretorno que impide que la sangre fluya en sentido contrario, pero con el tiempo, y debido a ciertos factores de estilo de vida, pueden acumularse depósitos de calcio. El resultado es una mala circulación.

Articulaciones, huesos y músculos

Recibir un relajante masaje y hacer ejercicio con regularidad contribuye al fortalecimiento y tonicidad de los músculos y las articulaciones, además de que incrementa el rango de movimiento de estas últimas, mejorando la flexibilidad, lo que permite que te muevas con mayor libertad.

Huesos

El esqueleto de una persona adulta está constituido por 206 huesos que soportan el peso del cuerpo, permiten que se mueva y protegen los órganos vitales. La mayoría de los músculos son del tipo musculoesquelético y su función es hacer que los huesos permanezcan en su sitio. Los huesos almacenan la médula ósea, cuyos glóbulos rojos contribuyen al buen funcionamiento del cuerpo en general.


Articulaciones

Estas se forman en la unión de un hueso con otro. La mayoría tiene movimiento, según el tipo de articulación que sea. Pueden estar unidas por tejido conectivo, cartílago o una cápsula sostenida por ligamentos. Cuando los músculos se tensan o se contraen en exceso por largos periodos, evitando que se realice un arco de movimiento completo, la función articular se ve limitada. Otros factores que contribuyen a los padecimientos articulares son la edad avanzada, una dieta deficiente, una mala circulación y la inflamación.

Músculos

El cuerpo tiene 650 músculos que le permiten moverse, protegen los órganos; regulan el volumen de los mismos; producen calor al temblar y contraerse; y bombean la linfa y la sangre, ya sin oxígeno, a través de los vasos sanguíneos y linfáticos. Para trabajar de manera eficiente, cada músculo necesita sangre rica en oxígeno, hormonas y nutrientes; estos llegan a través de los capilares de los vasos sanguíneos, cuando el músculo está relajado, lo cual le permite activarse o contraerse.

Cuando las fibras de los músculos se contraen, expulsan la sangre desoxigenada a través de las paredes de las venas. Asimismo, contribuyen a que se mueva el flujo linfático. El músculo cardiaco siempre se está contrayendo para hacer que la sangre fluya. Dicha contracción produce desechos y toxinas químicas naturales. Si los músculos emplean una cantidad de oxígeno mayor a la que suministra la sangre —como sucede cuando se ejercitan por perio- dos prolongados— se acumulan los productos de desecho.

En este caso, los masajes sirven para mover estos elementos no deseados por el cuerpo, de manera que puedan reabsorberse y eliminarse.

Postura

Los músculos posturales mantienen el cuerpo en una posición erguida. En nuestros tiempos es posible que trabajen de más, ya que tendemos a hacer algunas cosas de manera repetitiva, como usar el ratón de la computadora. Cuando un músculo trabaja en exceso, comienza a endurecerse y luego se tensa, lo cual puede causar dolor, haciendo que los músculos adyacentes tengan que hacer movimientos de compensación. Así, el cuerpo puede cambiar de apariencia, como sucede con los hombros encorvados.

Recibir un buen masaje hace que los músculos se estiren, ayudándolos a suavizarse y a que recuperen su longitud y funciones normales.

Fatiga

Los músculos pueden debilitarse y fatigarse debido al estrés y a su uso excesivo, lo cual limita la circulación de sangre y oxígeno e impide la eliminación correcta de linfa, desechos y toxinas. Un masaje puede ayudar a contrarrestar este problema, ya que contribuye a que el flujo de sangre y oxígeno se mueva dentro de los músculos, haciendo que sea más fácil eliminar los desechos acumulados