Erradica las presiones
Si aprendes a reaccionar bien ante situaciones que causan sentimientos repentinos de angustia, puedes elaborar una estrategia a largo plazo para vivir libre de estrés.
El estrés es una de las causas indirectas de enfermedad más importantes en el mundo contemporáneo y desempeña un papel fundamental como detonador de emergencias cardiovasculares.
La tensión y el estrés pueden tener un impacto negativo en tu salud; sin embargo, todo depende de cómo manejes la situación. Aunque tal vez te resulte imposible eludir la angustia, puedes aprender a lidiar con ella. De hecho, algunas personas se desempeñan increíblemente bien bajo presión. Si algún problema te tiene con el alma en un hilo y sin dormir —o si recurres al cigarro, al alcohol o a los alimentos azucarados y grasosos para sentirte mejor—, tus malos hábitos están elevando el riesgo de que sufras un infarto o un EVC.
El estrés causa todo tipo de problemas de salud. La ventaja es que no tienes que vivir bajo su yugo para siempre. Considera estos consejos para aprender a sobrellevarlo.
- Suelta. La relajación muscular progresiva ayuda a aliviar los efectos del estrés en el cuerpo. No toma mucho tiempo y es muy sencilla. Recuéstate, tensa los músculos en los pies, y relájalos. Luego, repite el pro- ceso sucesivamente a lo largo del cuerpo, de los pies a la cabeza. En ocasiones, solo al experimentar y liberar la tensión muscular de esta forma nos damos cuenta de la cantidad de rigidez que retiene el cuerpo.
- Desahógate. Si el estrés se acumula a tal punto que quieres llorar, no te desesperes. Las lágrimas emocionales son muy distintas a las provocadas por el dolor o por pelar cebollas. Los científicos creen que un buen llanto en realidad elimina sustancias químicas relacionadas con el estrés que se producen cuando estamos bajo presión. Algunos médicos especulan que esta es la razón por la cual los hombres, que lloran menos, corren mayor riesgo que las mujeres de con- traer enfermedades relacionadas con el estrés.
- “Elévate” con ejercicio. La actividad física es uno de los mejores reductores de estrés. Y una de las herramientas ideales para hacer ejercicio es fácil de usar y casi todo el mundo tiene acceso a ella: las escaleras. Si la vida diaria empieza a bajonearte, sube y baja las gradas un par de veces a la carrera, o si te sobran 10 minutos, camina al aire libre rápidamente alrededor de la manzana.
- Aliméntate bien. Una dieta saludable permite que el sistema inmunitario y el metabolismo funcionen adecuadamente. Además, te protege de los efectos del estrés.
- Háblalo. Cultiva una red de apoyo. Empieza a compartir tus sentimientos a menudo con por lo menos un pariente o amistad de confianza.
- Cuidado con las imágenes. Evita recurrir a descripciones exageradas al pensar o hablar, como: “Este trabajo me va a matar”. Todos lo hacemos, pero amplificar las dificultades diarias aumenta su intensidad emocional. Si dices algo así sin querer, neutralízalo con una fuerte dosis de realismo: “No me he muerto … así que obviamente he dicho una tontería”.
- Crea un santuario. Establece un lugar en tu casa que sea realmente “tuyo”, donde puedas refugiarte cuando necesitas alejarte de todo. Consérvalo ordenado y trata de que sea lo más apacible y tranquilo posible. Coloca, por ejemplo, tu sillón favorito y algunos objetos que te parezcan hermosos.
- Medita o haz yoga. Cuando los científicos midieron la cantidad de placa dañina en las arterias de voluntarios con presión alta, después de nueve meses encontraron una impresionante reducción en quienes habían aprendido a meditar. Por su parte, los estudios indican que el ritmo cardiaco disminuye considerablemente durante una sesión de yoga.
- Una linda vista. La naturaleza alivia el estrés. Las investigaciones muestran que los pacientes sienten menos dolor después de una cirugía si pueden ver árboles en vez de una pared de ladrillo. Además, pruebas en estudiantes sometidos a una labor tensionante indicaron que su ritmo cardiaco volvió antes a la normalidad si miraban una fuente real en vez de una imagen digital. Incluso las fotos de escenas apacibles ayudan. Así pues, si la vista desde tu ventana no es buena, cuelga la foto de un paisaje hermoso en la pared, o coloca una planta o un florero pequeño con flores en el lugar donde pases más tiempo.
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