Tal vez no lo sientas, ni lo veas, pero el impacto de las siguientes acciones en tu organismo es inmediato y sustancial, de hecho, muchas decisiones menores acerca de qué comer o qué hacer tienen un efecto dominó en tu cuerpo.
Una reacción desencadena a otra, que a su vez desencadena otra. Estas funcionan en direcciones tanto negativas como positivas.
Por ejemplo, si comes una pieza de fruta, las fibras y antioxidantes que contiene limpiarán tu organismo durante horas enteras, lo que podría ayudar por más tiempo aún a la circulación de la sangre y la digestión.
Reacción: Un órgano en particular puede no estar al cien: el cerebro, que requiere una afluencia constante de azúcar para funcionar eficazmente. Además, puedes sentirte mareado, nervioso o menos alerta.
También ocasiona que más tarde se coma mucho. “El desayuno es importante para mantener el hambre bajo control el resto del día”, dice la endocrinóloga Suma Dronavalli, del Centro Médico de Chicago.
Tu estómago gruñirá al medio día si no desayunas y hará que elijas un sándwich de tres pisos en lugar de una ensalada.
Conclusión: Más de 75% de las personas que bajan de peso, y no lo recuperan, desayunan.
Sentarte a desayunar también podría volverte 50% menos susceptible de crear resistencia a la insulina, el problema que causa la diabetes tipo 2.
Reacción: Tu nivel de azúcar permanecerá bajo pues la elevación del azúcar tras consumir alimentos con alto contenido de fibra es más lenta ya que esta se interpone en el camino cuando tu organismo trata de absorber los carbohidratos y convertirlos en glucosa.
Comer alimentos ricos en fibra también baja el colesterol y te sacia, es decir, te sientes satisfecho con menos calorías: la fibra es una buena amiga de quienes están a dieta.
Conclusión: En un extenso estudio que se realizó a más de 21,000 hombres, aquellos que comieron un tazón diario de cereal –en especial las variedades integrales ricas en fibra– redujeron en 37% su riesgo de contraer diabetes tipo 2.
Reacción: Por contener grasa saturada que obstruye las arterias que, si bien es ácido esteárico y no eleva demasiado el colesterol, contiene muchas calorías.
Conclusión: Disfruta del chocolate ocasionalmente u elige el oscuro, rico en antioxidantes que bajan la presión arterial.
Reacción: Cada mordida te aporta nutrientes y otros compuestos que mantienen tu metabolismo estable, controlan tu apetito y nutren tu corazón.
El más importante es la fibra, en especial la soluble, pues se torna pegajosa en los intestinos. Eso lentifica la digestión: el azúcar que contiene se absorbe despacio por lo que apenas eleva el azúcar sanguíneo.
Las manzanas también contienen quercitina, antioxidante que reduce el riesgo de cardiopatías, algunos cánceres y asma.
Conclusión: Estudios amplios han demostrado que los amantes de las manzanas tienden menos a desarrollar diabetes y sufrir infartos.
Otras investigaciones revelan que comer una manzana al día también ayuda a bajar de peso.
Reacción: La glucosa no se usa y tu cuerpo convierte en grasa parte de esa azúcar, al acumularse tus glúteos, muslos y estómago se expandirán generando cardiopatías y otros males específicamente en el depósito de grasa alrededor de la cintura.
Un exceso de glucosa en la sangre incrementa también los productos finales de la glicación avanzada (AGE, por sus siglas en inglés) que dañan los nervios y glóbulos sanguíneos, lo que causa complicaciones diabéticas como ceguera y nefropatías.
Conclusión: Estar sentado eleva el azúcar, te hace engordar y causa diversos problemas de salud.
Reacción: Las células de los músculos pierden energía, estas se reabastecen sacando azúcar de la sangre, por tanto, se adiestran para responder mejor a la insulina, hormona que permite usar el azúcar, pierdes grasa del estómago, baja el colesterol y la presión arterial e incluso genera una actitud más alegre frente a la vida.
Conclusión: Iniciar un programa de caminata puede reducir en 58% el riesgo de padecer diabetes tipo 2 o bajar la dosis de medicamento para tratarla.
Conoce qué es lo que necesitas para sacarle el máximo provecho a una caminata.
Reacción: Provoca que tu organismo libere ciertas hormonas, como la adrenalina. Un efecto de estas hormonas del “estrés” es que elevan el azúcar. Asimismo, el estrés puede hacerte caer en malos hábitos, como comer comida chatarra.
El enojo puede dañar tu corazón, pues sube la presión arterial y produce altos niveles de endotelina, sustancia que desencadena infartos al hacer que las placas de las arterias se abran y formen coágulos, acúmulos de grasa, colesterol y otras sustancias, además de causar arritmia y frecuencia cardiaca irregular que a su vez puede provocar que tu corazón deje de latir permanentemente.
Conclusión: Busca la forma de soltar el enojo, si lo sostienes todo el día es tóxico, escribe en un diario, exprésalo o sal y grita, cualquier cosa que te permita desahogarte es más sano.
Reacción: Tu organismo entra en un estado de calma y parece más capaz de concentrarse en su propio cuidado.
Un estudio a lo largo de diez años, de más de 1,700 hombres y mujeres canadienses arrojó, que, quienes se sentían felices y satisfechos con su vida tenían menos ataques cardiacos que otros que vivían amargados y sombríos.
La gente feliz contrae menos infecciones, pues producen más citoquinas, proteínas que las combaten. Se ha probado que estar contento prolonga y salva la vida de pacientes que se enfrentan al cáncer y otros padecimientos.
Conclusión: Con una sonrisa se ejercitan más músculos de la cara que con un ceño fruncido.
Reacción: En tu torrente sanguíneo tienen lugar cambios que reducen el riesgo de cardiopatías y bajan los niveles de azúcar, aumenta el colesterol HDL que ayuda a limpiar las arterias, ayuda a que las proteínas de la sangre se acumulen y formen coágulos, que son causa de infartos.
Conclusión: Quienes beben una copa de vez en cuando tienen menos apoplejías y son menos proclives a desarrollar demencia: pérdida de claridad mental asociada a la edad.
Reacción: Bajan los niveles de leptina, la hormona que ayuda a controlar el apetito, es muy probable que comas en exceso.
Aumenta las concentraciones de las hormonas del estrés, que instruyen al organismo a enviar más glucosa a la sangre. Prepara tu cuerpo, tu mente y tu entorno para dormir y lograr un descanso profundo.
Las investigaciones revelan que poco sueño inhibe la producción de ciertas sustancias químicas del sistema inmunitario, quienes duermen menos de siete horas por noche son hasta tres veces más propensos a resfriarse, además reduce el tiempo de reacción, lo que te pone en riesgo de sufrir accidentes.
Conclusión: Casi todos necesitamos entre siete y ocho horas de sueño. Los expertos dicen que una señal de que se duerme lo suficiente es abrir los ojos a tiempo todos los días sin usar despertador.
Las bebidas energéticas prometen energía, pero ¿a qué precio? Te contamos todo lo que debes…
Sus semillas, de color amarillo y con un sabor ligeramente amargo, han sido utilizadas durante…
Al aprender a reconocer los signos del perfeccionismo y a desarrollar estrategias para superarlo, puedes…
Elegir la soltería no significa renunciar a la felicidad, sino explorarse y disfrutar de una…
El masaje linfático es ideal para eliminar toxinas, mejorar la circulación y apoyar la recuperación…
Incluir alimentos como frutos del bosque, huevo y pescado azul en tu dieta puede mejorar…